DobleJornada, 1 de junio de 1998



¡A todas las que quieren y odian el futbol!

Elvira Hernández Carballido

Una acomoda la botana en los platillos y verifica que las cervezas estén frías; vendrán muchos amigos de su marido a gorrear y a gritar. Otra recuerda que hace cuatro años la insultaron y manosearon, se sintió sucia y herida; sólo quería celebrar el empate del Tri en el Angel de la Independencia... quizá por eso odian el futbol.

Para algunas son los ojos de García Aspe, la melena sexy de Palencia, el cabello decolorado de Luis Hernández y la galanura de Davino, los motivos para soportar 90 minutos de juego. Ellas saben mentársela a los árbitros, gritar gol con pasión, reconocen al mejor estratega del balompié nacional, aunque sus amigas y los hombres les digan que ése no es tema femenino... quizá por eso les gusta el futbol.

Le llaman el juego del hombre. En Balón a tierra (Ed. Clío) se dice que el futbol llegó a México con olor a ``lavanda y whisky'', exaltando en cada partido la virilidad que idealiza la fuerza, la velocidad y la agresividad, atributos considerados masculinos. Un psiquiatra describió la simbología de este deporte: la mujer es la pelota porque se mueve a donde el hombre quiere. El gambetero es todo un macho. Pasa a la mujer frente al rival y lo dice: ``Tómala, es tuya, pero antes tienes que quitármela''. (Fem, núm.18) La anotación, narró Monsiváis con ironía, puede representar para el público masculino la rendición inesperada del himen colectivo o el asalto al vientre materno.

Pese a todo, ya vivimos el próximo Mundial... Come futbol, sueña futbol... Mientras Televisa asegura estar a nivel mundial, TV Azteca sale a ganar. El ``poeta de los deportes'', David Faitelson, habla de un país unido por un balón y hasta el Papa aparece en escena al dar la bendición a los jugadores. Ante este panorama es interesante descubrir algunas opiniones a las que anteceden frases célebres de los ``filósofos'' deportivos.

A todos los que quieren y aman el futbol (palabras de Angel Fernández, cronista deportivo.)

Sinceramente no era afecta al futbol, me comenzó a gustar por conveniencia, ya que mi novio es aficionado. Después compartí la emoción que se vive en las tribunas, entendí las jugadas y hasta sentí simpatía por los jugadores del Cruz Azul. Por supuesto que veré el Mundial, si bien no confío en que la selección mexicana será campeona, estoy segura que habrá buenos espectáculos futbolísticos; ahí están los alemanes, los brasileños, los africanos... Estoy consciente que detrás de todo esto está la publicidad, pero la pasión por un deporte es pasión. (Imelda Pantoja, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Posgrado.)

Tirititito (Palabra clave de El Perro Bermúdez, cronista deportivo)

Por desgracia o fortuna no tengo la menor idea sobre futbol. Prefiero practicar los deportes a verlos. Reconozco que una gran multitud espera ansiosa el Mundial, que el futbol desborda el estusiasmo. Me imagino que para ellos un campeonato mundial es como un Nóbel en el espacio intelectual, claro, no existe comparación. Sé por los expertos que la selección no es de primera, pero ojalá consiga un buen resultado. (Elena Urrutia. Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer.)

¡Fuera Bora, fuera Bora! (Cántico popular para demostrar que no se quería en la selección a un entrenador yugoslavo.)

El futbol me gusta jugarlo, no verlo y menos el comercial, donde sólo existe el negocio y la enajenación. Es el pan y circo que necesita el gobierno para hacernos olvidar Chiapas. Deseo con toda el alma que México pierda todos los partidos y que eso influya para ubicarnos en nuestra triste realidad. (Guadalupe López, revista Fem.)

El silbatazo final (Frase para confirmar que el partido terminó.)

Pensar en futbol es recordar a mi padre, gracias a él tuve mi primer acercamiento a un juego, a un estadio, a sentir admiración por los jugadores. Pensar en futbol es recordar a mi marido junto a mí, sufriendo y a la vez gozando este mal llamado ``juego del hombre''. Disfruto ese deporte por su belleza, su pasión y lo aguerrido de los jugadores. He podido jugarlo y sentir la gran alegría de gritar gol. De este Mundial espero poder ver la mayoría de partidos. De nuestra selección espero ganas, coraje y entrega. No puedo pedir más, sería injusto. (Elina Hernández, comenarista deportiva.)

Mientras tanto, las mujeres preparamos la botana, nos acostumbramos o disfrutamos la indiferencia de nuestra pareja que tiene la mirada perdida en la tele y admiramos las buenas piernas de Braulio Luna. En tanto, la columna del Angel de la Independencia tiembla temerosa.