Cuba, entre los 4 países que tienen candidato vacunal contra el sida
David Aponte, enviado/IV y última, La Habana, 3 de junio Ť Un aspecto importante de los trabajos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología está vinculado con el desarrollo de una vacuna contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
``Nosotros en el caso del sida --señala el doctor Manuel Limonta Vidal Vidal, director general del CIGB-- tenemos ya lo que se llama una vacuna propia, mejor dicho, es un candidato vacuna, que es una preparación que sale del laboratorio y que ha concluído todos los requisitos de laboratorio: primero concebir la idea, desarrollarla, producirla, y después detectarla desde el punto de vista químico, físico, bioquímico; posteriormente hacer todas las pruebas llamadas preclínicas que le den un aval para que pueda emprenderse su estudio en seres humanos. Ya nosotros pasamos todo eso. Estamos en la etapa de estudios en personas.
``En este momento la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a cuatro países como poseedores de candidato vacunal que están haciendo pruebas en humanos: Estados Unidos, Cuba, Francia e Inglaterra, que poseen estudios en humanos de vacunas recombinantes contra el sida, vacuna con una perspectiva moderna de desarrollo. Y eso es un reflejo del resultado que hemos alcanzado en este centro''.
La vacuna contra el sida recoge las seis etapas del virus que circulan en Estados Unidos, Europa y Cuba, para que sus efectos sean neutralizantes a todos sus tipos.
``Esta vacuna la hemos empleado aquí en voluntarios humanos. Tenemos un grupo de 24 voluntarios, dividido en tres grupos de ocho. Nosotros en los estudios que hicimos realmente tuvimos resultados muy estimulantes, y estos son los estudios llamados de fase uno, en los que el objetivo que se persigue es observar cómo el organismo tolera la vacuna. Eso se llama fase de rectogenicidad. Sin embargo, hicimos algunos estudios que pudieron corresponderse con la fase dos, que es la fase de inmunogenicidad, donde se estudia no sólo la reacción del individuo, sino su respuesta inmunológica.
``Tomamos muestras de sangre en los vacunados y notamos que en los dos grupos que tienen el producto, el antígeno que hemos hecho, todos los casos tuvieron respuesta de anticuerpo. Esto es muy interesante para nosotros, pero además de esos anticuerpos en todos esos casos había un 50 por ciento de lo que se llama anticuerpos neutralizantes, que tienen una importancia especial''.
Los investigadores encargados del proyecto, cuya edad promedio es de 29 años, trabajan paralelamente en otros dos tipos de vacuna contra el sida. ``Quiero decir que realmente, en este sentido, en la batalla contra el sida nosotros estamos haciendo un esfuerzo extraordinario con un grupo muy serio de trabajadores seleccio- nados que están haciendo estos experimentos'', precisa Limonta Vidal.
--¿Qué faltaría en la vacuna contra el sida?
--Faltan las demás fases clínicas, la dos y la tres. Nosotros pensamos empezar estudios de fase dos con suerte en el año 99, y los de fase tres en el 2000 o 2001. La fase dos implica estudios para ver cómo las personas responden inmunológicamente a la vacuna, que es lo que le describía anteriormente como la fase de inmunogenicidad. Ya le decía que en nuestros estudios de fase uno tomamos alguna muestra de sangre e hicimos algunos estudios que pudieran corresponder a la fase dos.
``Teniendo en las personas vacunadas la respuesta que le permita a uno tener un nivel de certeza importante de la fortaleza de la vacuna como para producir defensa, entonces se pasaría a la fase tres, que es la fase de eficacia. La fase tres implica que la persona vacunada se enfrente al virus real. Ahí hay un problema ético, porque nosotros no podríamos vacunar a una persona y después inocularle el virus. Entonces habría hacerlo en aquellos países (donde hay más casos). Por ejemplo, Cuba no es susceptible de ser candidato para fase tres por carecer de suficiente densidad de casos nuevos de sida (la isla tiene mil 948 seropositivos). Estamos pensando en diferentes países, donde hemos hablado inclusive, donde hay posibilidades.
``La OMS planteó Brasil, por ejemplo. Nosotros tenemos excelentes relaciones con Brasil, donde hay excelentes centros de investigación y personal muy preparado y muy estimulado a esto. Hemos hablado con algunos países africanos, por ejemplo Uganda''.
Para la fase tres, los científicos cubanos vacunarían a un amplio grupo de infectadas por el virus para analizar la reacción de la dosis. Además, tendrían que realizar una serie de estudios epidemiológicos posteriores a la inoculación.
--De entre estos cuatro países que están trabajando en la vacuna contra el sida ¿En qué nivel se encontraría Cuba?
--No es fácil definirlo porque, por ejemplo, nosotros estamos en fase uno y hay países que están en fase dos, pero que pudieran requerir repetir sus estudios de fase dos. Nosotros estamos repitiendo estudios de fase uno. Pudiera darse el caso de que lleguemos a la fase dos y tengamos que repetir estudios y nos perdamos más. O que no tengamos que repetirlos, y entonces nos ponemos parejos. En fin, los países que están en fase clínica son los que tienen la posibilidad de sacar una vacuna. La OMS espera que para el 2003 o el 2004 pudiera aparecer una vacuna.
--¿Cuándo empezó en Cuba la fase clínica?
--Nosotros comenzamos los estudios clínicos exactamente el 9 de diciembre de 96. Cuba ha hecho un gran esfuerzo para tratar de contribuir con esto a la salud del Tercer Mundo, vocación propia de los cubanos, y del mundo en general.
``Sin embargo, pienso que el costo vale la pena, y que son incomparables los costos nuestros con los presupuestos con que cuentan las grandes compañías para trabajar en la vacuna contra el sida. Mientras que en cualquier país de éstos puede haber cientos de millones, de lo que podemos disponer nosotros realmente no es mucho. Cada uno de estos proyectos depende del monto, pero podrían tener una decena de miles de dólares, o cientos, a la escala del desarrollo de nuestro país, que es pequeño. Sin embargo, los resultados se optimizan.
Los investigadores de este país consideran que la vacuna antisida puede ayudar a la isla y a los países del Tercer Mundo a salir de sus dificultades económicas. Para ellos es preferible invertir en crear vacunas que en curar enfermos; por ejemplo, un tratamiento para los seropositivos cuesta miles de dólares anuales. ``El problema del sida es un problema del Tercer Mundo. Una vacuna pudiera costar centavos --lo digo en términos comparativos muy generales-- no sé cuánto costará una vacuna cuando esté (lista), pero hay un trecho comparado con 12 mil dólares por año que debe gastar una persona que queda enferma'', concluye Limonta Vidal.