Silvia Gómez Tagle
Confrontación de ideas y realidades

Mientras Emilio Rabasa, coordinador para el diálogo y la negociación en Chiapas, parafrasea a Karl Popper, probablemente porque no quiere mostrar menos erudición que el subcomandante Marcos, en Chiapas, a 15 kilómetros de Tenejapa, la Seguridad Pública del estado, la Policía Judicial y el Ejército Federal atacan y saquean la comunidad de Navil, con 150 habitantes. Y me pregunto: ¿quiénes son los que realmente deben confrontar sus ideas? El gobierno reiteradamente invita a un diálogo de sordos porque pretende hablar de paz, pero desde 1995 insiste en montar una estrategia de guerra.

Los zapatistas han respondido con una estrategia de resistencia civil pacífica, eso y no otra cosa son los municipios autónomos. Pequeñas comunidades indígenas que, en ausencia de una autoridad legítima en el estado de Chiapas, han tratado de organizar su vida diaria al margen de las autoridades municipales en manos del partido tricolor. Algunas de ellas parecen haber tenido éxito al administrar su pobreza con inteligencia y equidad. Probablemente ha sido eso lo que ha ofendido la soberbia del gobierno y ha desatado la represión desde mayo del año pasado.

Polhó es un municipio autónomo dentro de la jurisdicción de Chenalhó, donde viven cerca de diez mil personas que se han visto obligadas a abandonar sus tierras, sus casas y pertenencias, con la esperanza de que aquí las fuerzas paramilitares no se atrevan a atacar otra vez. El poblado lo guarda un ``retén civil'' formado por mujeres adornadas con vistosos moños. En la región de La Selva permanecen prácticamente sitiadas las comunidades de Taniperla y Amparo Aguatinta. La simple observación de campo pone de manifiesto la absoluta desproporción entre las fuerzas del gobierno y la fragilidad de los municipios autónomos; si se tratara simplemente de poner orden, es evidente que el ejército sale sobrando(1).

En muchos casos la administración de justicia ha sido el pretexto para el ataque gubernamental, porque los municipios autónomos tienen sus propias instituciones y sus propias normas. Pero lo peor es que la justicia es un problema no resuelto: todos se quejan de que las instituciones de justicia no funcionan. En Chenalhó/Polhó esa ausencia ha ido dejando un saldo de hechos de sangre sin aclarar en los últimos tres años, que posiblemente en sus inicios fue realmente producto de rencillas personales. Antes de Acteal, según dicen las autoridades de Chenalhó, había 18 asesinados y 24 heridos de filiación priísta.

Por su parte, las autoridades del municipio autónomo de Polhó refieren que antes de Acteal había ya un saldo de aproximadamente once zapatistas asesinados(2).

El presidente municipal sustituto de Chenalhó (el anterior está preso debido a su responsabilidad en la matanza) reconoce que el ataque a Acteal Abejas fue un acto de venganza, porque ni siquiera son zapatistas. Ahora hay 87 presuntos responsables presos en Cerro Hueco, dos de ellos menores de edad, a quienes --dice-- no se ha seguido juicio. Otros informantes, inclusive de Tuxtla Gutiérrez, afirman que los autores intelectuales de la masacre de Acteal no han sido ni siquiera investigados, muchos de los presos, priístas o zapatistas, sólo son indígenas pobres. Sigue habiendo disputas por tierras, rencores por los asesinatos que nunca fueron castigados... Si prevalece esta situación, afirma el presidente municipal de Chenalhó, lo ocurrido en Acteal se puede repetir en cualquier momento.

Una verdadera confrontación de ideas empieza por analizar cuidadosamente los hechos y escuchar a muchos interlocutores.

El gobierno debería empezar a corregir su estrategia de guerra para dar paso al diálogo, aceptar la intervención de una fuerza civil legítima capaz de exigir a todos el respeto de los derechos humanos, ofrecer una administración de justicia eficaz y retirar al Ejército federal. Porque esa guerra sólo se puede ganar con la fuerza de la razón; en eso sí coincido con Rabasa.

1. Observación de campo de la zona realizada el 13 y 21 de mayo.

2. Entrevistas con las autoridades municipales de Polhó, Acteal, Chenalhó y Pantelhó, los días 16 y 17 de mayo.