La Jornada 5 de junio de 1998

Descarta ``idear fórmulas mágicas o sumarse a agendas políticas''

Enrique Méndez Ť El premio Nobel de Química 1995 José Mario Molina Henríquez anunció la integración de un grupo de científicos, de probada capacidad y reconocido prestigio, en el que se incluirán destacados investigadores mexicanos y extranjeros para analizar los problemas de la atmósfera del valle de México, e identificar y proponer ``medidas sensatas y viables'' que permitan reducir la contaminación ambiental.

``Mi tarea será integrar el grupo científico, coordinar sus tareas y contribuir al análisis del problema'', dijo Molina Henríquez, y precisó que la intención de su proyecto ``no es idear fórmulas mágicas o sumarse a agendas políticas de terceros''.

Molina Henríquez, quien obtuvo el Nobel de Química junto con Sherwood Rowland por sus investigaciones sobre el efecto de los clorofluorocarbonos (CFC) en la capa de ozono, anticipó que las medidas que se decida asumir para aminorar la contaminación en la capital del país serán decididas exclusivamente por los mexicanos.

Durante la ceremonia en la que recibió su carta de nacionalidad mexicana en Palacio Nacional --Molina Henríquez es ciudadano estadunidense desde la década de los ochentas--, el doctor en Química-Física por la Universidad de Berkeley, California, precisó que el grupo de científicos trabajaría de manera autónoma e independiente, y con el único propósito de recurrir a la ciencia, la tecnología y la buena fe para plantear medidas que contribuyan a resolver el problema del aire ``de esta magna urbe''.

Sabemos, agregó, que únicamente con estudios sólidamente apoyados en el conocimiento científico y tecnológico, y una gran dosis de sentido común, podrán sumarse los esfuerzos necesarios para que, con la participación de todos, se avance en la solución de los problemas atmosféricos del Distrito Federal y su zona conurbada.

Informó que se preocupará también porque los resultados de las investigaciones del equipo de científicos se hagan públicos, y expresó su fe en la verdad y en la ciencia, así como su convicción de que sus colegas y él podrán hacer una aportación útil. ``Confío además en que este enfoque siente un precedente para hacer frente a situaciones semejantes en otras megalópolis del planeta''.

José Mario Molina Henríquez cumplió 55 años el 19 de marzo pasado, y desde hace casi una década reside en el estado norteamericano de Massachusetts. Ayer, en el patio de honor de Palacio Nacional, después de recibir del Presidente su carta que le reintegra su nacionalidad mexicana por nacimiento, en cumplimiento a la nueva Ley de Nacionalidad Mexicana, expresó su público reconocimiento a su deuda con el país, así como con la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional, donde se graduó como ingeniero químico con mención honorífica en 1965, y habló de su compromiso de devolverle ``algo de lo que recibí''.

Recordó que sus primeros años coincidieron con la década de los 45 --nació en 1943 en el Distrito Federal--, que ahora se reconocen como una de las mejores etapas en la historia de la capital. ``Como visitante frecuente hoy comparto la grave preocupación de sus habitantes por la amenaza de la contaminación atmosférica y los peligros que entraña para su salud y bienestar'', expresó.

Asimismo, reiteró que su tarea personal estará sujeta a un compromiso de aportar a México su mejor esfuerzo.