500 personalidades: la guerra global al narco, costoso fracaso
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 6 de junio Ť En vísperas de la sesión especial de la Organización de Naciones Unidas sobre el Problema de las Drogas, alrededor de 500 figuras enviaron una carta al secretario general, Kofi Annan, en la que sostienen que ``la guerra global contra las drogas está causando ahora más daño que el propio abuso de las drogas''.
Entre los firmantes, que piden que Annan reconsidere las políticas de ``una guerra contra las drogas fracasada y en vano'', se encuentran Javier Pérez de Cuéllar, el ex secretario de Estado George Shultz, Oscar Arias, Darío Fo, el alcalde de San Francisco, Willie Brown; su colega de Baltimore, Kurt Shmoke; Lani Guinier, Ariel Dorfman, Mario Benedetti, Miguel d'Escoto, Mariclaire Acosta, Homero Aridjis, Cornell West, George Soros, Milton Friedman, y otros intelectuales, políticos, artistas, ex funcionarios de seguridad pública y médicos.
``Cada década, la ONU adopta nuevas convenciones internacionales, enfocadas en su mayoría sobre la criminalización y castigo, que limitan la habilidad de naciones individuales para elaborar soluciones efectivas a los problemas de droga locales. Cada año los gobiernos promulgan medidas más punitivas y costosas de control de drogas. Cada día, los políticos endosan nuevas estrategias más severas para la guerra contra las drogas'', señala la misiva enviada al líder de la ONU.
Los resultados, afirman, son un creciente comercio de drogas, fortalecimiento de criminales organizados, corrupción de gobiernos a todos los niveles, erosión de la seguridad pública y violencia. ``Estas consecuencias no son por el uso de droga per se, sino de décadas de políticas fracasadas y en vano de la guerra contra la droga'', sostienen los firmantes.
Continuar con las políticas actuales ``sólo resultará en más abuso de drogas, fortalecimiento de mercados de drogas y criminales, y más enfermedad y sufrimiento'', agregan. Dicen que los que piden una reconsideración de las políticas actuales y un debate sobre opciones son frecuentemente acusados de ``rendirse'' en esta lucha.
Pero señalan que las políticas de guerra contra las drogas actualmente promueven la violación de los derechos humanos, el deterioro del medio ambiente y la inundación de cárceles con cientos de miles de acusados por droga, mientras que los recursos gastados para eso podrían ser destinados mejor a salud, educación y el desarrollo económico.
``Señor secretario general, apelamos a usted a iniciar un diálogo verdaderamente abierto y honesto en torno al futuro de las políticas globales de control de drogas; uno en el cual el temor, el prejuicio y las prohibiciones punitivas cedan al sentido común, la ciencia, la salud pública y los derechos humanos'', concluye.
La carta fue impulsada por el Lindesmith Center y su director Ethan Nadelmann, un centro independiente que promueve políticas alternativas para el problema del narcotráfico.