La Jornada 10 de junio de 1998

Zedillo, por una elección abierta del candidato del PRI en el 2000

Ap, Nueva York, 9 de junio Ť El presidente de México, Ernesto Zedillo, afirmó hoy que estaría de acuerdo en la realización de elecciones primarias abiertas, de donde surgiera el próximo candidato presidencial del PRI, después de decenios en que el Presidente designaba a quien lo sucedería en el cargo.

Lo anterior fue expresado por el mandatario en una reunión con un pequeño grupo de ejecutivos de varios medios de comunicación en Nueva York. El Partido Revolucionario Institucional ``ha entendido la necesidad de ser más competitivo'', dijo Zedillo.

Empero, no aclaró si se refería a convocar a una primaria limitada a los miembros del partido tricolor o abierta para todos los votantes inscritos en el padrón.

Desde que el partido fue fundado en 1929, todos los presidentes mexicanos han pertenecido al PRI. Los funcionarios del organismo político han aceptado la selección del presidente saliente de un candidato que lo suceda, permitiéndole nombrar al próximo mandatario.

Pero en recientes elecciones los partidos de oposición se han convertido en verdaderos desafíos para el partido gobernante, debido a una serie de reformas que han hecho las elecciones más justas. En decenios pasados, el PRI se adjudicó --a menudo sin pruebas-- 90 por ciento de los votos.

El presidente Zedillo anunció que alguna forma de elección primaria podría seleccionar a los candidatos para los comicios del 2000, y dijo que personalmente prefería una primaria abierta en vez de una más reducida, en la cual los activistas del tricolor pudiesen seleccionar a un candidato.

Al preguntársele si pensaba que tendría que seguir la tradición de seleccionar el candidato él mismo, práctica conocida en México como dedazo, Zedillo respondió: ``Afortunadamente, no''.

El Partido Revolucionario Institucional espera realizar una asamblea nacional este año, para decidir el mecanismo de selección de su candidato presidencial.

En otro orden, al referirse a la investigación de lavado de dinero en algunos bancos mexicanos, que ha afectado las relaciones entre Washington y México, Ernesto Zedillo dijo que no le molestaba que las autoridades estadunidenses se hubiesen abstenido de darle previa notificación a sus colegas mexicanos.

``Nosotros también guardamos algunos secretos de nuestros esfuerzos antidrogas'', respondió.

Empero, el Presidente agregó que la Procuraduría General de la República (PGR) debe determinar si los agentes de Estados Unidos transgredieron algunas leyes durante sus investigaciones en suelo mexicano, que llevaron a la detención de decenas de funcionarios bancarios.

Agregó que él y el presidente Bill Clinton acordaron ayer en una reunión, ``en principio, que ninguna ley mexicana debería ser violada cuando se apliquen las leyes estadunidenses''.

Asimismo, Ernesto Zedillo señaló que el incremento de la delincuencia callejera en México no deriva de la guerra contra las drogas ni es atribuible a la actual situación económica.

El mandatario afirmó que culpar a la economía del aumento en la delincuencia sería como acusar a los pobres de propensión al crimen.

Finalmente, el Presidente mexicano indicó que ``se debería culpar más a la ineficacia de nuestras instituciones por el crecimiento del crimen y la incapacidad del gobierno para controlarlo''.