INFORMADORES ANTE EL MICROFONO
Arturo García Hernández Ť Ante la oferta informativa de las televisoras privadas, basada en una línea de ``espectacularidad y amarillismo'', el noticiario Enlace de Canal 11 tiene un reto a contracorriente: hacer un periodismo más profundo, que vaya más allá de los hechos coyunturales y brinde elementos para entender los múltiples procesos en que se encuentra inmerso el país: ``No es sólo una transición política lo que vivimos, es todo un cambio cultural''.
Sergio Uzeta, conductor de Enlace y director de Noticiarios y Programas Informativos de Canal 11, considera que en esa profunda transición cultural se inscribe la apertura de los medios electrónicos de comunicación, de la que también se beneficia el espacio periodístico a su cargo: ``Nosotros entendemos que a mayor libertad, mayor responsabilidad''.
-Frente a las ofertas noticiosas de las cadenas privadas, ¿en qué sentido va la propuesta de Canal 11?
-Para empezar, estamos muy conscientes de que vamos a contracorriente de la tendencia de la televisión comercial, que trabaja sobre una línea de espectacularidad, de amarillismo, en la que se pierde la frontera entre lo que es la información y el entretenimiento. En algunas de las cadenas comerciales, los noticiarios han venido a convertirse en otros programas de entretenimiento y ahí, de alguna manera, ya la noticia se vuelve ficción.
``En esta contracorriente voluntaria que estamos siguiendo, tratamos de hacer un periodismo un poco más profundo, a partir de una serie de parámetros propios, de una agenda y de una organización interna distinta; queremos desarrollar un periodismo más explicativo, que por lo menos proporcione algunos elementos para comprender mejor lo que está pasando. No mostrar los hechos cotidianos como algo suelto, aislados, sino incrustarlos como parte de un proceso y de las grandes tendencias que se dan en México y en todo el mundo. Ahí radicaría la diferencia.''
-¿Hay un televidente para ese tipo de propuestas noticiosas?
-El rating es un punto de referencia importante para nosotros, pero no es una obsesión. El gran reto, lo que veo como un problema pero a la vez como una gran oportunidad, es volver accesible al televidente ese tipo de periodismo más elaborado que queremos hacer sin renunciar a la profundidad, usar un lenguaje menos solemne, menos protocolario, y a partir de ello hacer accesible la información aun cuando presentes un conflicto que pareciera un asunto de especialistas. En eso radica el gran reto que tenemos y es el tipo de camino que estamos explorando.
El reto de los medios
-Las noticias en las televisoras privadas están encontrando espacios inéditos de libertad. ¿Cómo ha sido esa experiencia para el quehacer informativo desde Canal 11?
-Efectivamente, ha habido unos cambios muy acelerados que han permitido una mayor apertura, una menor injerencia del gobierno o de algunas otras fuentes de poder en las decisiones que se toman en los medios de comunicación. Y el gran reto de los medios es conformar al interior, y eso es lo que hemos hecho en los últimos años en Canal 11, un equipo de profesionales, un comité editorial, por llamarle de alguna manera, que tome las decisiones sobre la información: qué vamos a meter, cómo la vamos a meter, cuánto tiempo le vamos a asignar.
``Cada quien manejará esa libertad y esa responsabilidad dentro de los ámbitos, dentro de los márgenes, dentro de las líneas muy concretas de una televisora. Ahí es donde también radica parte de la diferencia entre Enlace y lo que ofrecen otras televisoras.''
-¿Padeciste las condiciones que imponía un sistema político cerrado y autoritario?
-Los medios electrónicos, y en particular la televisión, eran parte de toda una forma de gobierno, de ese Estado grande que existía hace algunos años. Eran considerados parte de él y tenían ``obligaciones'' dentro de esas políticas generales del Estado mexicano. A mí me tocó la colita de todo eso, pero también me tocó reorganizar desde mi llegada, en 1991, todo el equipo de trabajo para generar nuestras propias tomas de decisión. En ese sentido, creo que hemos tenido márgenes de libertad que no me imaginaba.
-¿Qué hechos concretos te indicaron que ya existía esa libertad o apertura?
-Estamos en una transición en la que interviene una serie de sucesos, desde la irrupción armada en Chiapas que fue un hecho muy concreto, la cual dio lugar a un descontrol absoluto en las maneras tradicionales de operar o de vislumbrar la política. Por ahí se abrieron algunas rendijas interesantes para los medios. De repente, en ese descontrol, cada quien agarró su camino y fue fascinante observar los fenómenos comunicativos que han ocurrido a partir de entonces, cuando la sociedad exige que le sirvas antes que a nadie.
Por eso a Sergio Uzeta no le molesta que sea criticada su sobriedad o su solemnidad, o que se diga que es ``como un robot que lee noticias''. Su preocupación es otra: ``Hacer un noticiario mucho más completo. No pretendo ser la gran estrella de las noticias. El personaje central de un noticiario son las noticias. Nada de que `la noticia soy yo', como ocurre en otras partes''.
En todo caso, lo que falta y hacia lo que se dirige es a dotar al Canal 11 ``de un punto de vista más claro. Un medio informativo ya no puede permanecer sin un compromiso expreso''.
El 2000 como inmediatismo
Uzeta conduce desde 1994 Enlace -espacio informativo que hoy celebra su vigésimo aniversario con un programa especial: El periodismo y la sucesión presidencial. Desde el punto de vista del periodista, más que una transición política lo que México vive es un cambio profundo en muchos sentidos:
``Voy más allá: diría que estamos viviendo un reacomodo cultural, estamos rompiendo una serie de reglas con las cuales veníamos funcionando como país en todos los ámbitos: la familia, la escuela, la organización del trabajo, los medios de comunicación. Esa forma de vida se está rompiendo y dando paso a una interacción social, a una serie de nuevas relaciones, de nuevas posibilidades a las que todavía no acabamos de acostumbrarnos.
``Por eso digo que más que una transición política estamos cambiando de piel al país. Y me preocupa ver que de pronto todos, incluyendo los medios, los partidos políticos, ¡todos!, están enfocando sus baterías hacia el 2000; lo vemos como una meta, y yo me pregunto: y después del 2000, ¿qué? No podemos, como país, pensar sólo en un plazo tan corto y olvidarnos de lo que vendrá después. Con esto quiero remarcar que el periodismo que nos interesa no es uno que se quede en la coyuntura, sino que diga: estamos viviendo estas transformaciones, vamos a tratar de identificarlas porque muchas son intangibles pero inciden en los procesos.''
-Desde esa perspectiva, ¿qué retos de orden ético o profesional tiene el periodismo en los medios electrónicos?
-El gran reto es, primero, tratar hacer un poco tangible lo intangible de esos cambios que mencionaba; hacer conciencia de lo mucho que estamos cambiando como sociedad, como país, y tomar algunos elementos de la realidad para mostrarlo. El periodista y el periodismo de medios electrónicos tienen que convertirse en vehículo fundamental de entendimiento, no sólo en un vehículo acusador o de denuncia. Debe ser un periodismo mucho más constructivo, menos avasallante o de consigna. Tiene que haber una propuesta hacia la sociedad y que la gente vaya escogiendo: el periodismo de denuncia, el periodismo de consigna o el periodismo analítico...
Corresponsabilidad plena
-¿Crees que esa apertura incipiente está dando lugar a revanchismos?
-Creo que hay ajustes de cuentas en todos los niveles de este país, y creo que es también parte del proceso de transición. Si llega un partido diferente al gobierno, pues muchos se van sobre él. Pero es parte de los riesgos y es parte de la apertura. Antes, un político de la oposición en campaña podía decir lo que le viniera en gana. Pero las palabras y los hechos de un político de oposición que llega al gobierno tienen una dimensión totalmente diferente. Estamos entrando en una etapa muy interesante de corresponsabilidad en todos los sentidos. Y esa corresponsabilidad tiene que ser en todos niveles.
``En este momento vivimos la etapa del ajuste de cuentas porque también estamos en una lucha de poder que, en cierta medida, opaca un objetivo, según yo, superior: debatir qué país queremos construir para el próximo siglo. Estamos atrapados en eso, y mientras tanto la lucha política va a seguir con ajustes de cuentas, va a seguir con guerritas sucias y con ese tipo de hechos, actitudes y frases célebres que seguirán siendo notas de ocho columnas en los periódicos.''
-En esa vorágine, ¿cómo pueden tener los periodistas y los medios la lucidez necesaria para impulsar o dar lugar a esa claridad de la que hablas?
-Pues ahí está el reto. Hay un teórico, un estudioso de la Universidad de Nueva York, que dice que los periodistas somos como los pepenadores: en un gran basurero escogemos una serie de cosas y les damos un orden, las manejamos para que puedan tener un sentido. Nos convertimos en alguien que selecciona y hace una serie de propuestas a la sociedad sobre este asunto o aquel otro. Antes, el gobierno era prácticamente la fuente única de información. Al momento en que la sociedad mexicana asume su diversidad en todos los sentidos y rompe una serie de patrones, surgen otras fuentes informativas, voces que quieren hacerse escuchar. Y, bueno, el periodista tiene que darle sentido a ese cúmulo de información.