La PGR acusa sin pruebas; el procurador no sabe lo que le espera en el futuro, señala
Gustavo Castillo García Ť La vida es una rueda de la fortuna en la cual nunca sabes dónde vas a quedar, ni siquiera el procurador de la República sabe lo que le espera a futuro. Yo estoy ahora abajo y él arriba. Quizá después se inviertan los papeles, afirmó María Elena Lepe González de Amezcua, acusada de participar en el llamado cártel de Colima y sobre quien, junto con sus dos hijas, de 6 y 8 años de edad, respectivamente, pesan órdenes de aprehensión por los delitos de evasión fiscal, operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa.
Esposa de Luis Amezcua, uno de los llamados Reyes de las metanfetaminas, asegura que la Procuraduría General de la República (PGR) y su titular, Jorge Madrazo Cuéllar, ``nos acusan sin pruebas de ser una banda de delincuentes. ¿Qué es lo que tratan de hacer, que mis hijas se queden sin padres?''
Presuntamente buscada por las autoridades judiciales para ejecutar la orden de aprehensión en su contra, Lepe González asegura que no se esconde y que incluso está dispuesta a entregarse y ``declarar lo que ellos quieran''.
Llega al sitio de la entrevista, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, a bordo de una camioneta Patfhinder con los vidrios traseros polarizados. Nerviosa, baja de la unidad e ingresa de manera casi inmediata al restaurante. Su cabello negro cubre parte de un rostro bien maquillado, aunque pálido. ``No he comido en los últimos tres días, los nervios me están matando'', dice jalando aire antes de iniciar la plática.
Ataviada con un vestido largo en colores azul y plata, asegura no estar enterada de la entrevista. ``El abogado no me había avisado nada, pero aquí estoy, como todos los días. No estoy huyendo, incluso mis hijas, quienes también tienen orden de arresto, asisten cotidianamente a la escuela. Hay actividades que no cambian''.
Afirma que desconoce qué son las metanfetaminas o lo que es un cártel, pero sostiene: ``Me acusan por ser la esposa de Luis Amezcua''.
Considera que su situación es injusta ``porque hay esposas de otros que están metidos en esoÉ bueno, eso dicenÉ y ni las molestan'''.
A sus 31 años, relata, tiene estudios de bachillerato y secretariado; dos hijas -Kitze y Lizandra Sharleen- de apellidos Amezcua Lepe, de 8 y 6 años de edad, respectivamente; trabajó durante dos años en Bancomer, cuando tenía 17, y en la actualidad es propietaria de una estética y una agencia de viajes. Asimismo, acepta que su familia siempre ha tenido recursos económicos a grado tal que su abuelo ``casi llegó a ser dueño de todo Piguamo'', Jalisco.
Hija de Salvador Lepe García, contra quien existe también una orden de aprehensión, asegura que los ``padecimientos mentales'' de su padre lo hacen parecer de 80 años cuando en realidad tiene 65. Pero aun cuando la situación económica de Salvador Lepe es desahogada, luego de haber trabajado 33 años como minero para la empresa Hylsa, ahora está acusado de formar parte del denominado cártel de Colima.
Los ojos de María Elena, color verde intenso, en ocasiones se llenan de lágrimas que no acaban de salir gracias a que sus uñas manicuradas y esmaltadas se hunden ligeramente en sus párpados para contener el llanto.
``¿A qué hora va a empezar la entrevista, no quiero estar aquí mucho tiempo?'', pregunta luego de hablar de la detención de su marido y de la orden de aprehensión contra ella y sus hijas, lo que considera una medida injusta, ya que es ``una ama de casa, una madre de familia que lleva a sus hijas a la escuela'' y que los domingos lleva a sus pequeñas al cine o al parque y que cada dos años visita Disneylandia.
Crece la bola de nieve
``Hace un año y medio o dos que empezó todo. Fue como una bola de nieve que fue creciendo. Los periódicos empezaron a mencionar a Luis, Jesús y Adán Amezcua como jefes de algo, pero no nos importó. Nosotros no tenemos de qué preocuparnos, así hablan de todo el mundo, pensamos en aquel momento.''
--¿Por qué no desmintieron esas versiones?
--Porque hay veces que los periódicos hablan por hablar. No las paramos porque nada debíamos. Chuy (Jesús) era un muchacho tranquilo, dedicado a sus negocios; Adán se la pasaba en Colima encantado en su rancho; se la pasaba todo cochino, todo ranchero, encantado. Luis se dedicaba a su rancho, iba y venía tranquilo todos los días por mí a la estética.
Todo era muy tranquilo hasta que salieron las órdenes de aprehensión y detuvieron a Adán. Ahora en Colima, donde todo mundo nos conoce, tenemosÉ ¿cómo dicenÉ?, pueblo chico, infierno grande.
--¿Tiene algún vicio?
--El cigarro es el único, y lo es desde hace mucho tiempo.
--¿Sus empresas tienen problemas fiscales?
--No. Es falso eso que dicen que hacemos lavado de dinero y que mi marido es traficante de metaÉ femiÉ buenoÉ eso, yo ni lo conozco.
--¿Entonces, por qué la PGR los acusa de traficar con drogas?
--Porque dicen que somos una banda, ¿cuál banda?, no existe banda. Según ellos mis hijas también son banda. Nunca que yo sepa nadie ha hecho eso, pero todo ha sido porque los periódicos lo dicen.
--¿Posee cuentas bancarias en el extranjero?
--No.
--¿Entonces por qué la PGR asegura que les ha confiscado varias de ellas?
--A lo mejor porque una es la de mi cuñada, que tiene 18 años de trabajar en el Seguro Social y es donde le depositaban su cheque.
--¿Cuántas propiedades posee?
--Mi agencia de viajes Arce, tres cuentas de la misma agencia y una estética chiquita.
--Pero los acusan de tener más de 125 propiedades adquiridas con recursos ilícitos, de lavar dinero y defraudar al fiscoÉ
--No es cierto, nunca hemos ocultado dinero ilícito. Que se remitan a toda la información acerca de nuestras familias y sus propiedades, que tienen más de 50 años.
--¿Por qué cree que se involucró a sus hijas en las acusaciones contra ustedes?
--A lo mejor porque algunas propiedades aparecen a nombre de mis hijas, pero eso ha sido una tradición en la familia. A nosotros, desde que estábamos pequeños, nos ponían propiedades a nuestro nombre, ¿qué tiene eso de malo?, ¿no a final de cuentas somos los tutores y lo que hagamos será para nuestros hijos?
--¿La citó alguna vez la PGR para que compareciera ante el Ministerio Público?
--Nunca, sólo giró la orden de aprehensión.
--¿La PGR ya cateó su estética o su agencia de viajes?
--No, ambos negocios están trabajando de manera normal, aunque la venta de boletos ha disminuido gracias a toda esta publicidad.
--¿Qué va hacer si su marido no sale libre?
--Entregarme, salir primero (de prisión) para cuidar a nuestras hijas y luchar porque él obtenga su libertad.
--¿Qué opina de las autoridades?
--Que juzgan lo que no saben. Y en el caso del procurador, que no cometa injusticias, que se ponga en nuestro lugar. La vida es una rueda de la fortuna y nunca se sabe dónde vas a quedar, ni siquiera el procurador de la República sabe lo que le espera a futuro. Yo estoy ahora abajo y él arriba. Quizá se inviertan los papeles.