Fernando Benítez
No ha muerto el doctor Zubirán

El doctor Salvador Zubirán no ha muerto, seguirá vivo en la memoria no sólo de los médicos que formó sino de los millares y millares de enfermos pobres que curaba prácticamente de forma gratuita a través del Instituto Nacional de Nutrición.

Zubirán fue desde 1944 hasta su muerte director de Nutrición, y de 1946 a 1948 rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de su Junta de Gobierno de 1958 a 1962.

Yo recuerdo cuando un grupo de maleantes lo arrojó de la Universidad a escupitajos. Nada pude hacer por él. Me retenían unos atléticos bribones. La Universidad era un botín político y de esta manera expulsaron también al eminente doctor Ignacio Chávez, especialista del corazón y muy respetado mundialmente.

El doctor Zubirán, al cumplir los cien años, dijo: La vejez se anuncia con la pérdida de la vista, con la pérdida del oído y con la pérdida de la memoria. Yo estoy muy cerca de los noventa años y en efecto he perdido la vista, el oído y la memoria. La vejez es el precio que debemos pagar por haber vivido.

Sin embargo, para el doctor Zubirán la vejez no fue un tormento, sino un estímulo para redoblar su empeño, a sabiendas que la muerte estaba cercana.