La Jornada 11 de junio de 1998

Falleció el doctor Salvador Zubirán, fundador del INN

Angeles Cruz Ť Forjador de instituciones, apasionado de la medicina y la enseñanza, Salvador Zubirán estuvo empeñado siempre en diseñar estrategias para ayudar a los más desprotegidos, en particular para mejorar sus niveles de nutrición, dándoles salud y educación. Ayer, el maestro dejó de existir y nuevamente se reunieron en torno a él científicos y académicos para rendirle un último homenaje.

A unos meses de cumplir 100 años de vida, el cuerpo de Zubirán resintió el peso de la edad y víctima de una cardiopatía falleció la madrugada de ayer en una cama del Instituto Nacional de la Nutrición (INN) -que él mismo fundó hace 52 años-, el cual hoy lleva su nombre y se erige como uno de los mejores centros de investigación y hospitalización del país.

Durante este año, Zubirán fue el centro de homenajes tanto en la Secretaría de Salud (Ssa) como en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Le reconocieron sus casi 100 años de vida, así como su destacada actividad en los campos de la salud y la educación. En el primero, por la creación del INN, y en el segundo, por su empeño científico y su interés en lograr la construcción de lo que hoy es la Ciudad Universitaria.

Reconocimientos

Los reconocimientos al maestro empezaron por el presidente Ernesto Zedillo, quien ayer encabezó la ceremonia realizada en el INN. En su intervención señaló: ``A hombres como Salvador Zubirán debemos que México sea un país de instituciones'' que sirven a los mexicanos. El profesor emérito universitario se distinguió por su excelencia académica y por una práctica eficaz y humana de la medicina, para servir a quienes más la necesitan, apuntó el mandatario.

Aproximadamente a las 11 de la mañana, el cuerpo de Zubirán esperaba ya en el vestíbulo del auditorio. Poco a poco fueron llegando funcionarios y académicos, mientras afuera los pacientes se preguntaban a qué hora podrían acercarse a despedir al prominente médico. Después del mediodía, ya instalado el ataúd dentro del recinto, entró el jefe del Ejecutivo, acompañado por María Luisa López Collado, viuda de Zubirán, a quien le señalaba que dos días antes le habían comentado del delicado estado de salud del maestro.

El Presidente destacó que para Zubirán los demás siempre fueron su prioridad, ``y antes que nada pensaba en su patria''. Recordó que durante varias décadas el académico alentó, orientó y encabezó ``muchos de los más ambiciosos programas de política social del Estado mexicano'', principalmente los que tenían que ver con la atención de la salud.

La vida del doctor Zubirán, apuntó, demuestra que quien desea participar y contribuir al engrandecimiento de México siempre encontrará los cauces para trabajar por la patria y los mexicanos.

Antes había hecho uso de la palabra Donato Alarcón Segovia, actual director del INN. Visiblemente conmovido, reconoció en la labor del homenajeado el ejemplo a seguir, sobre todo por los jóvenes, por los médicos que ven al país ``a veces en circunstancias precarias, de crisis moral''.

Pilar espiritual de la UNAM

Enseguida subió al estrado el rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, quien destacó la labor desempeñada por Zubirán cuando ocupó la rectoría de esa institución, y mencionó que pocos hombres podrán sentirse tan satisfechos como él de su paso por la universidad.

En los dos años que estuvo al frente de la máxima casa de estudios (1946-1948) impulsó un proyecto de universidad cada vez más académica, y lo hizo ``sin doblegarse ante los embates de quienes se jugaban en el campus los intereses políticos de uno y otro bandos''. Zubirán prefirió renunciar al cargo antes que dar marcha atrás a su proyecto.

En ese mismo periodo aseguró la dotación de los terrenos para la construcción de la Ciudad Universitaria, intervino directamente en el proyecto arquitectónico y sometió a concurso la obra. Asimismo, pidió la ayuda de la sociedad para que la Universidad Nacional tuviera una morada digna. Zubirán cumplió con creces su misión al frente de la institución, apuntó.

Hoy, dijo Barnés, la UNAM está de duelo por el deceso de uno de sus pilares espirituales. Para él, había señalado antes, la muerte ``no es sino el merecido descanso al término de una jornada en que se prodigó con generosidad extraordinaria, en que sembró a manos llenas''.

Como parte de su reconocimiento al maestro, Barnés de Castro colocó sobre el ataúd la venera del rector, que ostenta únicamente quien tiene el mando en la institución.

Más tarde, el presidente Zedillo realizó la primera guardia de honor en compañía de la viuda de Zubirán; su esposa Nilda Patricia Velasco; José Narro, subsecretario de Coordinación Sectorial de la Ssa, y Donato Alarcón, director del INN.

Al homenaje asistieron los directivos del sector salud: Genaro Borrego, del IMSS; Socorro Díaz, del ISSSTE; Mario Luis Fuentes, del DIF, así como los ex rectores de la UNAM Guillermo Soberón, Octavio Rivero Serrano y Jorge Carpizo. Asimismo, estuvieron presentes el director de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, Héctor Fernández Varela, y el secretario de Turismo, Oscar Espinosa Villarreal, entre otros.

En la UNAM, Enrique González Casanova dijo que a Zubirán se le debe recordar como un gran mexicano que siempre se preocupó por el país. Humberto Muñoz, coordinador de Humanidades, lo calificó de ``uno de los más grandes rectores de la UNAM y creador de la universidad moderna en México''. Salvador Malo Alvarez, secretario de Planeación, se congratuló porque afortunadamente en vida se le pudo hacer un homenaje. La universidad dedicó este año a honrar al ilustre médico.

Un líder social

El 24 de abril pasado, el creador del INN fue homenajeado también en la Secretaría de Salud, donde se develó un busto del científico en el patio de los médicos ilustres. Allí, el titular de la dependencia, Juan Ramón de la Fuente, destacó que Zubirán fue un líder social que concibió a la salud y a la educación como los ejes fundamentales de un desarrollo con justicia.

El maestro Zubirán estableció claramente que una institución que no se renueva periódicamente se queda atrás, irremisiblemente. Por eso hizo del INN un centro de enseñanza y de investigación ``que cuestionara continuamente las verdades transitorias con las que se construye el conocimiento'', señaló De la Fuente.

La velación del cuerpo continuó ayer durante todo el día. Hoy será cremado y sus restos depositados en una cripta de la Iglesia de la Santa Cruz, en el Pedregal. Le sobreviven, además de su esposa, cinco hijos, 24 nietos, 50 bisnietos y un tataranieto.

Pionero y guía indiscutible de la medicina moderna, Salvador Zubirán murió ayer, tal como lo deseaba: ``Cuando se acabe la vida -dijo al recibir el Premio Nacional de Ciencias en 1968- quiero que la muerte me sorprenda con la azada en la mano''.


Salvador Zubirán Anchondo(23 de diciembre de 1898-10 de junio de 1998) nació en Cusihuiriachic, Chihuahua. En 1923 se tituló en la Escuela Nacional de Medicina de la UNAM y posteriormente realizó estudios de posgrado en la Universidad de Harvard.

Entre los cargos más importantes que ocupó se encuentran la Subsecretaría de Asistencia Pública (1940-1943); la rectoría de la Universidad Nacional (1946-1948); fue director fundador del Hospital de Enfermedades de la Nutrición, posteriormente convertido en el Instituto Nacional de la Nutrición (INN), que también dirigió (1944-1980); fue miembro del Consejo de Salubridad General (1964-1980).

El académico e investigador recibió varias distinciones. Fue presidente de la Academia Nacional de Medicina en 1946, profesor emérito de la UNAM, doctor honoris causa de las universidades de Yucatán, Nacional Autónoma de México, Autónoma del Estado de México y Autónoma de Puebla.

En 1968 recibió el Premio Nacional de Ciencias. A partir de 1980 fue designado director emérito del INN, que además lleva su nombre, y en 1986 recibió la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado de la República.

Como experto en nutriología, Zubirán organizó el Programa Nacional de Alimentación. De acuerdo con la reseña elaborada por el doctor Ignacio Chávez con motivo de los 50 años de vida médica de Salvador Zubirán -1973-, las brigadas de técnicos del proyecto llegaron a las comunidades indígenas, visitaron pueblos apartados, siempre con el convencimiento del galeno homenajeado de que ``sin mejorar la nutrición de nuestras masas trabajadoras, empezando desde la infancia, no habrá desarrollo social efectivo''.