En Ayutla, 4 mil mixtecos exigen justicia
Alonso Urrutia, enviado, Ayutla, Gro., 15 de junio Ť Apenas ayer enterraron a sus primeros muertos. Hoy, los mixtecos de la región salieron por primera vez para reclamar justicia por la ejecución.
El sol a plomo, la temperatura casi a 40 grados y por las calles del municipio las consignas subían de tono. Era la marcha contra la militarización, que concluyó con un mitin y encendidos discursos de repudio a la masacre de El Charco; de condena a lo que llamaron etnocidio y de reclamos para encauzar penalmente al personal castrense que ejecutó la operación militar.
Dos horas de discursos bajo el mismo tono y unos 4 mil indígenas que escucharon al subprocurador social de Asuntos Campesinos e Indígenas del gobierno del estado, Genaro Vázquez Solís, quien condenó: ``esto fue una venganza por lo de Chilapa. No se vale utilizar a las instituciones y al Ejército para masacrar a un pueblo''.
El hijo del ex guerrillero Genaro Vázquez continuó su discurso con un insistente tono de condena. ``No se vale usar a los campesinos vestido de verde contra los indígenas, usar a la Sedena como un instrumento de venganza.''
Luego, en entrevista, lamentó las tácticas guerrilleras que mandan por delante a campesinos poco entrenados y diestros en el aspecto militar. Campesinos engañados, si no ``cómo entender que miembros de un grupo armado los puedan sorprender durmiendo''. Vázquez habló de una división eperrista a partir de pugnas alentadas por el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (Procup).
Visitará el gobernador ese municipio
Han pasado nueve días desde el enfrentamiento en El Charco y la ejecución de civiles, según testimonios de los mixtecos, y hoy se realizó la primera movilización.
Largas filas de mixtecos y tlapanecos coparon las calles de esta cabecera municipal, donde aún permanece el Ejército. El la persona que hablaba por el megáfono no cesaba de emitir sus consignas y tras de ella los indígenas marcharon en silencio.
Provienen de todas las comunidades de la región, de 44 poblados mixtecos y 10 tlapanecos. Fue una marcha muy concurrida para esta región.
Al filo de las 12 horas llegaron a la plaza principal del municipio. Las condenas empezaron y el primer objetivo fue el gobernador Angel Aguirre Rivero. ``El señor gobernador ya nos ofreció 50 millones de pesos para el desarrollo del municipio. Tuvieron que morir los indígenas para que entonces ya no nos dijeran que no había dinero. Ya le puso precio a la sangre indígena''.
Miguel Angel Godínez, del ayuntamiento de Ayutla, dijo: ``fue una masacre, fue una ejecución de indígenas mixtecos, un verdadero crimen de lesa humanidad, un etnocidio.''
Era el inicio de una larga cadena de discursos de representantes de organizaciones campesinas, indígenas y sociales que reprobaron la intervención militar en El Charco. Godínez dijo que la región se tiñó de sangre, se vistió de luto porque el gobierno federal asesinó indígenas. ``Rechazamos toda la violencia pero más la violencia institucional. Rechazamos la violencia de un gobierno que primero reprime y luego promete que habrá soluciones a las demandas indígenas''.
Luego vendría Filemón Francisco Suárez, de la Organización Independiente de Pueblos Mixtecos y Tlapanecos, para acusar el gobierno federal de hablar de paz pero actuar con violencia. Definió los hechos de El Charco como ``un segundo Acteal, donde se asesinó a indígenas que no estaban armados.''
Agregó que aún están desaparecidas cuatro personas y cuatro niños, además de que no se ha entregado a todos los muertos para que sean sepultados conforme a la tradición.
Aunque el domingo pasado se entregaron otros cinco cadáveres, hoy por la mañana aún no llegaban a este municipio y se esperaba su arribo por la tarde para velarlos.
Las consignas continuaron. Acusaciones al gobierno de pretender ``acabar con los pobres a balazos y de iniciar una campaña contra organizaciones independientes para asociarlas con grupos armados y descalificar sus luchas'', según dijo el dirigente perredista municipal, Laurencio Nava.
Florencio Figueroa, maestro bilingüe de la comunidad de El Ocotal, señaló que los muertos no sólo son aquéllos que acaban de asesinar, sino también aquellos indígenas que mueren a diario por la marginación y la pobreza, por enfermedades prevenibles ante la pasividad gubernamental.
La política para los pueblos mixtecos, dijo Julio Melio, ha cancelado toda posibilidad de desarrollo. Luego detalló todas las trabas que se les han puesto para poder recuperar los cadáveres y trasladarlos a las comunidades, por lo que han tenido que trabajar a marchas forzadas para que les devuelvan los cuerpos. Además, condenó la presencia militar y la forma en la que operó el Ejército.
Vázquez dijo que si el gobierno quiere paz tiene que haber desarrollo en la región, para evitar que la desesperación social llegue a la región ``y evitemos la guerra, porque la guerra sólo nos divide y saca lo más malo de ambas partes''.
Discurso de reclamo al gobierno federal porque los pueblos indígenas no quieren más promesas, piden hechos. Discurso de reclamo a la actitud del Ejército, a la Sedena, ``que en El Charco se convirtió en un instrumento de venganza por los hechos de Chilapa, donde los del EPR emboscaron al Ejército federal''.
Vázquez señaló que los pueblos indígenas no deben retraerse después de la matanza de El Charco, no deben permitir que se arraigue a las comunidades. También los llamó a no buscar soluciones violentas y defender sus derechos dentro de la ley.
Para mañana se espera en Ayutla una intensa actividad. Vendrá el gobernador Angel Aguirre Rivero en gira de trabajo por las comunidades, mientras que la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados recolectará testimonios para definir una postura sobre los acontecimientos.
De igual manera se espera que sean enterrados los últimos cinco cadáveres que llegarán de Acapulco.