La Jornada 16 de junio de 1998

Sí hay malestar castrense por la detención de Videla: Massera

Ap, Afp y Reuters, Buenos Aires, 15 de junio Ť El ex almirante Emilio Massera advirtió hoy que existe malestar y ``hay movimientos'' en la Marina por el procesamiento y detención del ex presidente Jorge Rafael Videla, uno de sus colegas en la junta militar que dio el golpe de 1976 e instauró el terrorismo de Estado en Argentina.

``La gente está cansada y no se dan cuenta de la reacción que hay en la fuerza, pero nadie dice nada. Hay movimientos (entre los militares) y estamos cabildeando'', dijo Massera en declaraciones radiales.

Por su parte, el general retirado Augusto Alemanzor, presidente del Foro de Generales Retirados, dijo que en las próximas horas la entidad emitiría un pronunciamiento sobre la detención de Videla, y sobre la posibilidad de que la justicia cite o disponga el arresto de otros militares. ``Todo argentino bien nacido tiene que estar indignado por la detención de Videla'', dijo Alemanzor. Añadió que ``la institución ejército (es) maltratada'', y sostuvo que está fallando ``la conducción política'' de la fuerza, en alusión al jefe del ejército, general Martín Balza.

Massera y Videla perdieron sus grados militares cuando la justicia federal los condenó en 1985 a prisión perpetua, por su responsabilidad en la violación de los derechos humanos durante la dictadura (1976-83), pero cinco años después fueron indultados por el actual presidente Carlos Menem.

Anoche, Menem había negado que existiera algún tipo de inquietud en las fuerzas armadas por la detención de Videla, quien presidió el régimen militar en su etapa más represiva.

Ante la posibilidad de correr igual suerte que Videla, Massera sostuvo: ``ando tranquilo por la calle. Me van a tener que venir a buscar'', al tiempo que su abogado, Pedro Bianchi, aseguró que los ex comandantes de la dictadura ya fueron juzgados, y no pueden ser procesados nuevamente.

Bianchi se sumó así a un amplio debate jurídico sobre el enjuiciamiento de Videla, quien espera una decisión del juez Roberto Marquevich en el penal bonaerense de Caseros, luego de ser detenido el martes pasado.

En cambio, el ex juez Roberto Zaffaroni explicó que ``como civil desde hace 13 años'', Videla ``sigue siendo coautor porque sigue permitiendo que se sigan cometiendo los delitos de supresión y alteración del estado civil'', debido a que la mayoría de los menores nacidos de madres detenidas-desaparecidas durante la dictadura permanecen en manos de sus raptores, muchos de ellos policías o militares sin hijos que los registraron como propios.

Durante el juicio a las juntas militares, los jerarcas castrenses fueron absueltos del cargo de apoderamiento de niños por falta de pruebas. Sin embargo, posteriormente se hallaron instrucciones expresas de los comandos castrenses sobre cómo proceder con los niños cuyos padres eran detenidos y ejecutados sumariamente.

La Escuela de Mecánica de la Armada, centro de torturas de la Marina por el cual pasaron miles de desaparecidos, tenía incluso un ala denominada Sardá --en alusión a un hospital de maternidad capitalino-- donde las detenidas daban a luz antes de ``desaparecer''.

Por su parte, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel reclamó a los jueces que ``actúen correctamente'' en la controversia abierta sobre la capacidad de juzgar o no a Videla por haber sido condenado anteriormente, y recordó que ``la cuestión de los niños no prescribe en el tiempo, porque es un delito de carácter permanente y de lesa humanidad''.

El dirigente de derechos humanos Simón Lázara, a su vez, atribuyó las versiones sobre una supuesta inquietud militar a ``los oficiales retirados, únicos comprometidos en las investigaciones. No hay ningún oficial en actividad mencionado en las causas judiciales''.

En otro orden, Víctor Fogelman, uno de los investigadores del asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, no descartó hoy vincular el caso con una indagación periodística que realizaba el fotó- grafo sobre la relación entre el fallecido empresario Alfredo Yabrán y su ex secretaria, Ada Fonre. Según La Nación, la mujer, ``mucho más que la secretaria de Yabrán'', regenteaba una agencia turística cuyos clientes eran importantes figuras del gobierno, y sus archivos se quemaron recientemente en un misterioso incendio.