La Jornada jueves 18 de junio de 1998

Astillero Ť Julio Hernández López

Manuel Bartlett Díaz escogió mal día para reconocer públicamente la existencia del llamado ``sindicato de gobernadores'' y para asumirse como jefe de tal asociación ``secreta''.

El mismo día (ayer, miércoles 17) en que salían reproducidas las desenfadadas declaraciones del jefe Bartlett, otro de los miembros numerarios del mencionado sindicato, Mario Villanueva Madrid, era citado en la edición del Wall Street Journal (WSJ) como responsable de la tensa salida de Cancún, en junio de 1997, del entonces cónsul estadunidense en la plaza, David Van Valkenburg, quien se dijo amenazado de muerte por el gobernador de Quintana Roo.

Los tintes de tenebrosas complicidades que la imaginación popular adjudicaba al ya oficialmente existente sindicato de gobernadores aparecen ahora plenamente definidos: el jefe Bartlett y el destacado alumno Villanueva Madrid comparten, por ejemplo, el desafecto estadunidense fundado en sospechas de irregularidades e, inclusive, indicios delincuenciales.

Desde el 20 de junio del año pasado, según el WSJ, el propio cónsul (quien días después sería ``sacado'' de Cancún a Mérida por autoridades de su país en automóvil blindado y con protección física, para de allí volar a Estados Unidos) había negado la visa estadunidense al gobernador Villanueva Madrid, acogiéndose a la normatividad que obliga a remitir tales solicitudes a Washington cuando se sospeche que el solicitante esté inmiscuido en tráfico de drogas o de indocumentados.

Los problemas del cónsul surgieron a partir de su insistencia en investigar y pedir castigo por el atropellamiento que sufrió el ciudadano estadunidense Shane Gutenkauf, una noche de febrero de 1997, al pretender cruzar la avenida principal de Cancún. El vehículo que arrolló y mató a Gutenkauf era una patrulla policiaca que transitaba con las luces apagadas. Según la versión difundida por el WSJ, bajo la firma de los corresponsales José de Córdoba y Joe Millman, un jefe policiaco que iba a bordo de la patrulla se retiró de inmediato y dos policías que quedaron en el lugar se encargaron de impedir que el atropellado fuese atendido por la primera ambulancia que llegase.

Aferrado a exigir investigaciones confiables y justicia, el cónsul se enfrentó al gobernador Villanueva Madrid quien, según los reportes del estadunidense, le habría amenazado de muerte.

Una primera impresión sobre el asunto denunciado en el WSJ podría encontrar sospechosa la denuncia si se toma en cuenta que hay un desencadenamiento de hechos, declaraciones y filtraciones dañinas para los intereses gubernamentales mexicanos. ¿Ejemplos?: el escándalo Casablanca, la premiación con el Pulitzer a los reporteros del New York Times, quienes habían denunciado el involucramiento de dos gobernadores en asuntos de narcotráfico; las declaraciones de Madeleine Albright, advirtiendo primero que podría resultarle a México ``contraproducente'' insistir en extraditar a los agentes participantes en el Casablanca, y luego anunciando que su país seguiría presionando al nuestro para resolver el asunto de Chiapas...

Pero, en cuanto a Villanueva Madrid, el caso narrado por el cónsul tiene referentes y antecedentes como para merecer credibilidad. Un empresario se encargó, meses atrás, de difundir una cinta de audio en la que el gobernador lo amenazaba por no someterse a los lineamientos que éste establecía. Un par de semanas atrás fue detenido con toda desfachatez jurídica el ex priísta Salvador Ramos Bustamente, ex líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en la entidad, a quien de esa manera se le ha cobrado la deserción de las filas del tricolor y el paso a las del PRD, donde inclusive es subsecretario de Asuntos Laborales del comité nacional.

Quintana Roo, por lo demás, y en especial Cancún, son entendidos por los expertos como zona de abierto rejuego del narcotráfico. Homicidios y venganzas entre mafiosos se han producido allí, y hay capitales e inversiones que mueven no a sospecha sino a simple comprobación. Tan evidente es el movimiento de capitales y drogas, que recientemente se han producido en esa ciudad aparatosos y prolongados operativos de fuerzas policiacas federales y de elementos militares en busca de delincuentes. Una simple cereza para adornar el gran pastel es la pronta operación del barco casino que, aprovechando el vacío legal respecto a esas maniobras, zarpará de Cancún para, habiendo traspasado las 20 millas náuticas, dedicarse a los juegos de azar y a las otras diversas artes que a nivel cinematográfico tan bien ha mostrado, por ejemplo, Robert de Niro.

Pero el gobernador Villanueva Madrid no debe sentir el menor estremecimiento por el acoso que le significa la publicación de su entrampamiento con el cónsul estadunidense. Como en otros asuntos de la vida nacional, como ha sucedido ya con los antes alicaídos priístas, ha vuelto a surgir El Héroe Tricolor: Super Bartlett.

En efecto, mientras en Estados Unidos se preparaban para imprimir el material adverso a Villanueva Madrid, éste fungía como amabilísimo anfitrión de Bartlett en Cancún, donde se realizó un foro de negocios organizado por el Banco Mexicano de Comercio Exterior y en el que el gobernador poblano presentó una ponencia que intituló Modelo de desarrollo económico de calidad.

Los asuntos técnicos y económicos fueron un buen marco para que Bartlett se lanzara contra sus adversarios tecnócratas. ``Para que haya desarrollo económico y social y los conflictos se resuelvan, debe de haber una conducción política'', habría dicho el ex secretario de Gobernación, pues ``un economista o un financiero es para el Banco de México''. El duro golpe parecería sólo dirigido a Guillermo Ortiz, y en todo caso a José Angel Gurría (con quien se decía que había una alianza para que éste fuese candidato presidencial y Bartlett presidente del PRI), pero en realidad llega hasta lo más alto de la pirámide política mexicana.

Sin embargo, el punto más estruendoso de sus declaraciones en Cancún fue el referido al sindicato de gobernadores, sobre el que tanto el poblano como el quintanarroense ironizaron en repetidas ocasiones, hasta que el hombre al que siempre se recordará por habérsele caído el sistema en 1988 declaró: ``Todos se ríen cuando se dice que soy el presidente o el secretario general del sindicato de gobernadores del sudeste, pero el asunto es cosa seria''.

El citado sindicato, agregó, es un fenómeno político que no amerita risa, sino análisis profundo. Su directiva es móvil y tiene una membresía secreta, reveló, aunque en otra parte de sus declaraciones dijo que los miembros del sindicato eran los gobernadores de Quintana Roo, Oaxaca, Veracruz, Yucatán, Tabasco, Campeche y Puebla. ``Somos muy fuertes, y tenemos la capacidad para salir de uno en uno o en parejas. Por eso nos tiene miedo la oposición'', añadió.

El gobernador Villanueva, a diferencia de los pasajes narrados por el ex cónsul estadunidense en Cancún, fue amabilísimo con Bartlett. Elogió en particular el hecho de que con su precandidatura presidencial ``le esté poniendo el cascabel al gato''. Cuando se le pidió a Bartlett explicar el sentido de esa felina referencia, éste simplemente contestó que ese era ``un secreto del sindicato de gobernadores''.

Es muy probable que ahora, con el golpe propagandístico dado, el gobernador poblano pretenda amortiguar las reacciones cupulares alegando que sus declaraciones fueron dichas en sentido irónico y que fueron mal entendidas por los periodistas. No es la primera vez que suelta frases plenamente intencionales, o toma posicionamientos políticos claros, y luego busca diluir los reclamos de quienes están institucionalmente por encima de él, cargando los daños a la cuenta de los periodistas.

Lo de Cancún no fue ni un error, al decir como broma lo que le fue tomado en serio, ni un desliz de político primerizo. Es un posicionamiento claro, al frente de un oficializado sindicato de gobernadores.

Lo malo para el jefe Bartlett, y para el anfitrión Villanueva Madrid, es que ahora no sólo comparten proyectos para el futuro político inmediato sino, también, problemas migratorios, acusaciones y sospechas.

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