La Jornada 20 de junio de 1998

REPROCHES A CONGRESISTAS DE EU POR CASABLANCA Y CERTIFICACION

Mireya Cuéllar, enviada, Morelia, Mich., 19 de junio Ť Hoy fue inaugurada en esta ciudad la trigésima séptima edición de la Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos.

Durante la sesión de apertura hubo discursos de la delegación mexicana cargados de reproches, porque la actuación del gobierno y el Congreso del país vecino ha provocado ``retrocesos'' en la relación bilateral por casos como la operación Casablanca, que resulta ``intolerable'', la certificación antidrogas y comentarios de legisladores y funcionarios estadunidenses ``que no sólo nos afectan sino que en ocasiones nos lastiman''.

El jefe de la delegación visitante, el representante republicano Jim Kolbe, se congratuló de que los legisladores mexicanos no hubiesen suspendido la Interparlamentaria --como se llegó a plantear luego de la operación Casablanca-- y dijo que más allá de las razones de cada quien, ``cuando hay una discusión familiar'' lo deseable es que sus miembros se reúnan para ``reparar'' sus relaciones, en lugar de ubicarse en cuartos separados y ``cerrar las puertas''.

La sede del Instituto Michoacano de Cultura --ex convento de El Carmen-- fue el escenario del encuentro entre las delegaciones, donde desde el primer momento los legisladores mexicanos expresaron que las interparlamentarias dejarán de ``transcurrir en la rutina de la mutua complacencia, porque eran muy amistosas pero a la postre se volvieron muy convencionales'', como definiría Porfirio Muñoz Ledo.

Respeto a tratados y convenios internacionales

Julio Faesler Carlisle, presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, abrió la sesión inaugural expresando que ``no podemos aceptar la acción no regulada ni controlada de agentes policiacos (estadunidenses) en el territorio de nuestro país'', y exigió pleno respeto a los tratados y convenios internacionales.

Una vez expuesto que hablaría ``claramente, sin ambages'', Faesler exhortó a sus homólogos estadunidenses a no tomar decisiones (reformas legales) ``electoreras'' y les demandó una reunión donde privara la absoluta franqueza ``para que podamos caminar juntos en lo que tenemos que hacer''.

Vino entonces el turno de la senadora Martha Lara, quien centró sus preocupaciones en la operación Casablanca, y les dijo a los visitantes que ese tipo de situaciones han hecho ``retroceder'' la relación entre ambos países, porque ``no es con medidas unilaterales como debe combatirse un fenómeno transnacional''.

Advirtió enseguida: ``No es con estridencias ni aspavientos políticos como encontraremos el camino de la solución a fenómenos que amenazan la seguridad nacional, la estabilidad financiera y la salud de los ciudadanos. Exigir el respeto al estado de derecho propio, infringiendo el ajeno, no es aceptable''.

Finalmente, en nombre de la delegación mexicana expresó su rechazo a la ``violación de la soberanía nacional''.

Sobre el otro gran tema de la agenda de la reunión, el de los trabajadores migratorios mexicanos que son maltratados en Estados Unidos, la senadora por Chihuahua y copresidenta de la delegación local dijo: ``Queremos creer que no habrán de prevalecer las voces que intentan privar a los migrantes mexicanos de sus más elementales derechos; estamos convencidos que se impondrán la razón y la justicia''.

Recuerdos y reflexiones

Tocó el turno a Jim Kolbe, quien quizá para romper el tono solemne de la sesión inaugural, empezó por recordar su anterior estancia en Morelia --``tomando cerveza la mayor parte del tiempo''--, cuando buscó aprender español hace cinco años, y terminó reconociendo que su país había fracasado en sus intentos por reducir la demanda de drogas y ambas naciones habían ``fallado mutuamente'' en la detención del flujo de enervantes.

De Estados Unidos también habló el senador por Kansas, Pat Roberts, quien en el mismo tono dijo que México tiene un problema de suministro de las drogas y su país uno de consumo.

Rompiendo con el programa previamente establecido, el diputado del PRD, Porfirio Muñoz Ledo, inauguró la reunión advirtiendo que ninguna relación sólida y duradera se puede fincar sobre el doble discurso, y también habló de la necesidad de modificar el formato de las próximas interparlamentarias.

Eran ya más de las 10 de la noche cuando Muñoz Ledo tomó el micrófono, y aunque dijo que sería breve se llevó más de 20 minutos.

El diputado priísta Manuel Cárdenas abandonó molesto el salón, aunque el legislador perredista aún no concluía.