La Jornada 20 de junio de 1998

La nueva revista seguirá el espíritu y la tradición de Vuelta: Krauze

Angélica Abelleyra Ť Dice Enrique Krauze que no será una revista política ni se le deberá asociar con la ``derecha conservadora ilustrada'' de Estados Unidos ni de México. Aún no tiene el nombre ni la certeza de los contenidos ni de los futuros colaboradores, pero lo que sí es seguro para la nueva publicación que dirigirá el historiador y nacerá tras el cierre de Vuelta, es que seguirá ``la tradición'' y ``el espíritu'' de aquel mensuario cobijado por el poeta Octavio Paz a lo largo de 21 años, y también que continuará con una labor ``crítica que atienda a la cultura y a la vida política y social en su sentido más amplio''.

Como se informó el miércoles pasado en estas páginas, tras la muerte del Nobel de Literatura, la revista que fundó en 1976 terminará su ciclo de vida de más de dos décadas el próximo agosto, y será emprendido otro proyecto literario-político cuyo responsable es Enrique Krauze. (Se calcula que aparecerá durante el último trimestre del año, entre octubre y diciembre). El ensayista y responsable de Clío adquirió el paquete mayoritario de acciones comunes de la empresa Editorial Vuelta, SA de CV, que pertenecían a Paz y su esposa Marie-José, y ahora tendrá bajo su mando una nueva revista que --dice-- ``apenas estamos imaginando'' y de la que habla escuetamente en entrevista.

Abordar problemas con originalidad

Se recordará que el autor de Por una democracia sin adjetivos renunció en diciembre de 1996 a la subdirección del mensuario comandado por Paz, justo cuando el volumen cumplía su vigésimo aniversario, argumentando ``causas limpias, relacionadas con el trabajo'' y sus planes profesionales. Sin embargo continuó como articulista e integrante del consejo de administración de Vuelta. Ahora se da a la tarea de ``imaginar'' un nuevo producto que, sobre todo, ``ofrezca innovaciones para una generación de jóvenes que están observando al mundo de otra manera y para los cuales hay que tratar de abordar los problemas con originalidad''.

Sobre el futuro equipo, sin nombrarlo de manera abierta, dice que se conformará por ``todos los nombres que se tienen en la cabeza y están suscritos hoy en Vuelta. Han aceptado estar conmigo Aurelio Asiain y otros miembros del consejo de redacción, tanto del más joven como del viejo. Subrayo mucho esto: me provoca risa la serie de rumores de que nos estamos desgarrando las entrañas y sacando los ojos, cuando es al contrario; estamos contentos, brindando y platicando para ver ciertos matices del futuro. La imagen de disputas internas en Vuelta no sé de dónde sale. La de esa revista es una trayectoria en la que el público ha decidido su lugar en la historia literaria. No cabe duda que tuvo una duración por más de 22 años y eso casi no tiene antecedentes en el devenir de la literatura mexicana ni en la de habla hispana. Eso refleja un liderazgo de Octavio Paz y una cohesión de un grupo de amigos que, cierto, tenemos diferencias, pero también el ánimo de sacar adelante un proyecto''.

--¿Cómo hacer para que un proyecto personal se convierta en una pasión colectiva, tal y como Paz y usted han mencionado de las revistas?

--Bueno, Vuelta fue de él pero al mismo tiempo él nos embarcó y con entusiasmo nos embarcamos en su proyecto. Esa es la pequeña o la gran magia del liderazgo. El la tenía.

--¿Usted la tiene?

--Eso no se dice, se prueba en los hechos. Eso lo podremos hablar dentro de algunos años. Por eso es importante Vuelta, porque duró años, porque cuando en revistas más o menos juveniles se nos toca o se nos critica con irreverencia sana, pero también con cierta irresponsabilidad, digo: ¡a ver si duran 21 años!

--De Vuelta, usted aseguró que nunca buscó el poder político, sino la autoridad moral. ¿Su revista qué buscará?

--Eso mismo. No buscaremos el poder político, pero sí una autoridad moral, intelectual y literaria. En Vuelta nunca existió la utilización para obtener poder. Al contrario, se opuso buena parte de su historia al sistema político mexicano. Abanderó la democracia mucho antes que otras publicaciones. Esto lo podrán decir en el futuro algunos historiadores, si son objetivos. Al contrario de buscar el poder, la vocación de Vuelta fue criticarlo.

--¿En su nuevo proyecto habrá un balance entre lo literario y lo político?

--Sí, pero no será una revista política, como Vuelta nunca lo fue. Para revistas políticas hay varias importantes. Además, por fortuna está la prensa donde aparecen a diario ciertas críticas y ensayos políticos. La nueva revista seguirá ocupándose de los temas políticos, pero desde una óptica cultural o intelectual, a través de ensayos y no del reportaje o la crónica del acontecer diario.

--La especulación que se ha hecho de que será una revista política surgió, tal vez, por su trayectoria como analista político e historiador.

--Pero eso es un invento, como lo del nombre Encuentro o que había dos proyectos, uno literario y otro político.

--También se ha dicho que el suyo estará inspirado en publicaciones de la derecha conservadora ilustrada. ¿De esas acepciones cuál asume?

--Ninguna de las tres, fíjese que ni la de ilustrada, porque tampoco soy tan elitista en mis posturas. Los programas y los libros que hace Clío no son precisamente elitistas. Se ha probado que un público amplio, llamado no culto y que para mí es tan respetable como el culto, está viendo la televisión con mucho interés. El elitismo en ese sentido nunca ha sido una cuerda mía. Ahora, creo que una revista como la que estamos planeando, casi necesariamente tiene que ser un poco elitista, pero hasta ahí.

Publicación elitista, hasta cierto punto

--¿En qué va a consistir el proyecto?

--Muy poco es lo que puedo contar porque en realidad estamos en la etapa de gestación y de imaginar la nueva revista. No lo hicimos mucho antes porque estábamos centrados en cosas más importantes como estar cerca de Octavio y de Mari-Jo. Ella tampoco estaba en la situación más cómoda para poder pensar en esto, pero con mucho valor y decisión, ella pensó que había llegado el momento para hablar. Empezamos a hacerlo y al poco tiempo llegamos al arreglo. Sólo es a raíz de ese acuerdo que comenzamos a pensar en el proyecto.

--Pero usted, como director, tendrá ya algunas ideas de lo que será.

--Solamente que será una revista que siga la tradición y el espíritu de Vuelta, que a su vez se inscribe dentro de la tradición de la literatura mexicana y el desarrollo del pensamiento; será también una revista crítica que atienda no sólo a la literatura sino a la cultura y a la vida política y social en su sentido más amplio. No será política en el sentido periodístico de la palabra y, desde luego, reitero que no me voy a inspirar en la revista conservadora de Estados Unidos The New Republic. Además, debo decir que ni siquiera sé si esa denominación le queda bien a un órgano como ése, con una trayectoria mucho más estimable desde 1914. En todo caso, ese no es mi ideal. Al igual que Vuelta, se podrán reconocer otros modelos, pero procuraremos innovar.

--Si no es The New Republic, ¿cuáles serán los modelos a seguir, además de Vuelta?

--Plural, desde luego, que fue distinta a Vuelta. Pero no puedo adelantar más porque estamos en el preciso momento de imaginarla.

--Pero usted debe tener un análisis previo de los 21 años de Vuelta para hablar de innovaciones. ¿Cuáles serán?

--No tengo ese análisis. Lo que queda claro es que su ciclo había terminado, tanto intelectual como en muchas batallas ideológicas y políticas. También había concluido respecto a los problemas con los que se enfrentó la revista, y frente al mundo que presenció durante sus décadas de vida. Los paradigmas y los problemas de antes y ahora son otros en México y el mundo. Cambió vertiginosamente y de repente tenemos generaciones que piensan distinto y para las cuales no parece haber demasiado anclaje en el pasado y sus autores. Frente a esos nuevos problemas tenemos que contribuir a pensarlos de manera original. Ese es uno de los propósitos de la nueva revista: ayudar a pensar a nuestro país y nuestro mundo con categorías claras, originales si se puede, fundamentadas e imaginativas.

--¿Su incursión en la televisión como historiador le ha ayudado a replantearse otra visión de la historia y la política frente a las nuevas generaciones?

--No se olvide que la revista que venga no será de historia. Claro, tal vez tendrá una presencia algo mayor de historia que lo que tenía Vuelta porque, dirigiéndola yo, es una pasión a la que uno no puede ni debe renunciar. La incursión en televisión ha sido aleccionadora y excitante porque ahí queda aprobado que la tv documental, de contenido cultural amplio y con un punto de vista crítico, sí tiene rating y sí le interesa a muchas personas. El público está interesado en entretenerse pero también en informarse y en formarse. En ese sentido, a lo mejor nos llevamos la buena sorpresa de que si la oferta cultural e intelectual es adecuada, los lectores en México son más de los que imaginamos.

Octavio Paz, liderazgo irrepetible

--Por la relevancia que tuvo Vuelta, ¿cómo hacer para que la nueva publicación no sea comparada?

--No tiene remedio: va a ser comparada. Lo asumo plenamente y haremos todo el esfuerzo para que en esa comparación salga bien parada, que aguante. Pero será difícil porque, para empezar, hubo un director en Vuelta absolutamente irrepetible y la revista, marcada tanto por él, también es irrepetible.

--¿Y la nueva revista, que estará marcada por Enrique Krauze, qué tendrá como ejes?

--No puedo hablar más de eso, pero ¡qué daría yo porque dentro de 21 años usted venga a entrevistar al director de la futura revista y pueda dar el testimonio de continuidad, cohesión y coherencia que dio Vuelta! Por supuesto que, como toda creación viva, tuvo errores, pero en general su historia es dignísima. Tuvo razón Octavio de estar tan orgulloso y creo que, con razón, la vio como una parte orgánica esencial de sus obras completas. Así la vivimos nosotros y por eso respetamos su nacimiento, su vida y su desaparición. Pensamos que debía irse con él y quedarse en la historia con él. Hay revistas que no estando su fundador o el espíritu que las creó, siguen, pero con una vida fantasmal.

--¿No fue Paz expresamente el que pidió la conclusión de la revista cuando muriera?

--No fue así. Es una decisión que tomó fundamentalmente Mari-Jo, tal vez hablada con Octavio, pero fue una determinación de ella, después de una amplia, concienzuda y muy prudente consulta con sus amigos fuera y dentro de México. Hay que darle todo el crédito a ella porque tenía frente a sí un aparente dilema: seguir o no. Creo que la solución de no continuar es correcta.

--Si va a entrar en competencia con otras revistas, ¿cuál es su balance de las que existen hoy en México?

--No pienso casi nada en la competencia. Una empresa en general debe pensar en sus propios productos y en su propia capacidad de innovación y no estar viendo lo que hace el vecino ni estar copiando. Eso afecta mucho la creatividad. La mentalidad del ``yo también'' le ha hecho mucho daño a varias revistas mexicanas.

Peligroso, aspirar a la armonía

--¿Piensa que va a seguir cargando las animadversiones que tenían hacia Vuelta algunos sectores como ciertos segmentos del PRI y de la izquierda?

--Si el Partido Revolucionario Institucional no se reforma en un sentido democrático, francamente me honrarán sus animadversiones. Pero la verdad no considero que sea esto tan agudo.

``En cuanto a la izquierda, si bien tengo puntos de vista distintos, me parece que todos estamos en una convergencia democrática. No siento que la palabra animadversión esté a la orden del día. Más bien es el debate respetuoso, que debe serlo aún más, de ideas y puntos de vista. Ahora si hablamos de animadversiones como herencia, tal vez sí.

``Pero francamente la idea de un mundo de armonía en donde todos nos demos la mano y cantemos himnos a la unidad, me parece aburridísima y peligrosísima. Ese era el mundo de la unidad del PRI en los años cincuenta que nos llevó a la rigidez política.''

--¿Qué temas le gustaría ahondar en el ámbito de la política?

--Son todos los temas que traemos en la cabeza, todo el catálogo de problemas del país, pero el chiste es cómo los vamos a abordar. El qué es sencillo de decidir pero los grandes cómos son la clave.

--¿Y si no dice nada sobre la política, qué hay del ámbito cultural y sus problemas, tal vez menos catastróficos?

--¿Qué tal si me pongo provocador y le digo que un tema que me gustaría tratar es la crítica del periodismo cultural?

``Y con eso terminamos'', cierra el propio Krauze en tanto esperamos la futura publicación. Mientras, las reuniones entre intelectuales se suceden para dar cuerpo al producto literario-político que saldrá, tal vez, entre octubre y noviembre próximos.

Ahora, el historiador Enrique Krauze apenas la ``imagina'' y posteriormente se dará a la tarea de ``repensar'' otras áreas asumidas de manera intermitente por Editorial Vuelta, como la edición de libros o la organización de encuentros o debates.

Y, como empresario que es, asegura que ante su nueva iniciativa buscará una ampliación ``eficiente'' en dichas ramas. Veremos.