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A unos años del nuevo milenio, el hombre moderno ha cambiado radicalmente su actitud ante la naturaleza. El deterioro ambiental de las últimas cuatro décadas ha llevado a profesionales e investigadores a asumir la defensa, conservación y preservación del medio ambiente, surgiendo así una nueva postura ética sobre la relación del hombre con su entorno biológico y físico.

Resultado de esa preocupación, la ética ambiental nace como reflexión filosófica y ``evidencia que la conducta humana (benigna o destructiva) hacia la naturaleza depende en grado significativo de la conciencia, los valores, las pautas culturales, la educación e incluso la sensibilidad de las personas. En consecuencia, es imposible proteger y conservar el mundo natural de manera eficaz ignorando los valores y principios normativos que motivan y rigen nuestro comportamiento''. Sólo ``la ética es capaz de despertar y fortalecer actitudes y acciones que redundan en bien del ser humano y su ambiente''.

Interesados en la difusión de esos lineamientos, el Conacyt, la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa y Plaza y Valdés Editores se unieron para publicar las investigaciones de algunos de los autores más reconocidos a nivel internacional en el tema, en el libro Los caminos de la ética ambiental. Una antología de textos contemporáneos, compilados por Teresa Kwiatkowska y Jorge Issa, profesores e investigadores del Departamento de Filosofía de la UAM.

La publicación se divide en dos partes: en la primera se expone la perspectiva ética al contraste con los enfoques conservacionistas (uno metafísico, otro estético y uno más ecológico), siendo la relación hombre-naturaleza el debate central; la segunda está dedicada exclusivamente a la ética ambiental. Aunque la obra no presenta soluciones acabadas, sí señala ``cuál es el objeto de interés de la ética ambiental y sugiere vías morales dignas de exploración en el empeño de proteger y conservar el ambiente'' dentro de una área poco explorada.