ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Con la amenaza del tercer recorte presupuestal ensombreciendo el panorama económico, ayer se produjeron dos correcciones informativas gubernamentales importantes y significativas.
Por un lado, el coordinador para el diálogo en Chiapas, Emilio Rabasa Gamboa, engulló con parsimonia sus declaraciones del día anterior con las que había abierto la posibilidad de que el obispo Samuel Ruiz volviese a tareas de mediación y pacificación; por el otro, el secretario de la Defensa Nacional, Enrique Cervantes Aguirre, recompuso a base de monosílabos la anterior versión civil de que los asesinatos de tres militares en la región guerrerense de Tierra Caliente habían sido cometidos por guerrilleros.
Que dijo mi mamá que siempre no...
Los enredos declarativos del jurista Rabasa Gamboa simplemente muestran el desorden conceptual en el que se mueve el funcionario de la Secretaría de Gobernación responsable de las tareas pacificadoras en Chiapas. Si el abogado Rabasa no sabe qué decir y cómo enfrentar el caso del obispo Ruiz, es entendible que tampoco muestre grandes luces en puntos más elevados y complicados del conflicto.
El lunes reciente, los periodistas escucharon a Rabasa decir que si la Cocopa decidiese incorporar al prelado de San Cristóbal de las Casas a la coadyuvancia para la paz, ello sería respetado por el gobierno. Luego le preguntaron si el gobierno federal ``se sentaría con toda tranquilidad a negociar, conversar y dialogar con Samuel Ruiz''.
--El gobierno federal se sentaría con cualquier persona de buena fe que quiera contribuir al proceso de pacificación --contestó el muy civilizado, tolerante y moderno funcionario.
--¿En el caso de que fuera Samuel Ruiz? --insistió un periodista.
--Con cualquier persona, no destacaría necesariamente una u otra, con cualquier persona que esté de buena fe, deseosa de participar, y además efectivamente en el proceso de paz --puntualizó el arriesgado declarante.
Ayer, martes 23, ya era otro don Emilio. Nada de mediaciones o coadyuvancias. Don Samuel ya ha terminado su ciclo y sanseacabó. El gobierno no querría volverlo a tener sentado enfrente bajo ninguna denominación: interlocutor, mediador, coadyuvante, asesor o testigo. Se derrumbó el encanto del funcionario moderno e incluyente para dar paso el enojo de sus jefes, quienes le jalaron con fuerza las orejas por andar abriendo el camino al retorno de aquel a cuya salida habían brincado de gusto.
La Cocopa: piedra rodante
Los tropiezos de Rabasa exhiben la dificultad que tiene el equipo Bucareli-Los Pinos para darle continuidad a su proyecto sin que se noten tanto los zurcidos. Embriagados con el sonido de los rifles de feria tirando los patos del puesto de tiro al blanco, sucede que ahora no tienen con quién continuar la función. Ya derrumbaron a los observadores extranjeros, a las ONG, a la Conai y, de hecho, a la Cocopa. El único paso que les queda por dar es el del aplastamiento directo del zapatismo, pero saben que las condiciones del país son adversas a posturas de exterminio, y que a nivel internacional también se les han complicado las cosas.
En ese esquema, el eje Bucareli-Los Pinos ha decidido reactivar a la Cocopa, pretendiendo que del anterior costal de boxeo en que la habían convertido ahora se transforme en instancia postal exploradora de los ánimos zapatistas.
No ha sido, por ello, ni exitoso ni decoroso el papel de la Cocopa en su reciente incursión por tierras zapatistas. Por más buena voluntad que algunos de sus miembros tengan, y por más que consideren que su obligación es recorrer hasta el último centímetro de esperanza de paz que quedase, lo cierto es que, a diferencia de la Conai, la Cocopa se ha negado a hacer un examen riguroso de su verdadera realidad y a tomar decisiones claras.
La Cocopa ha sido sistemáticamente desmantelada por el eje aliado, y sus prendas de legitimidad también han sido destrozadas. La Cocopa ya no funciona, y así deben asumirlo quienes dentro de ella luchan genuinamente por la paz.
Aceptar, por el contrario, que los restos de esa instancia coadyuvante sean usados para fines propagandísticos (Marcos y los zapatistas tan no quieren el diálogo que se niegan a recibir a la mismísima Cocopa, dicen los voceros gubernamentales) es convertirse en una piedra rodante cuesta abajo.
Ni sí, ni no...
La postura asumida ayer por el secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, respecto a la autoría de los crímenes de Tierra Caliente es llamativa.
El mismo día de los hechos, el pasado lunes 22, la Procuraduría General de Justicia del estado de Guerrero había informado que ``por las evidencias recogidas en el lugar de los hechos se establece que los agresores pertenecen al autollamado Ejército Popular Revolucionario (EPR)''.
Sin embargo, ayer, de visita en Los Pinos, el general Cervantes Aguirre simplemente negó que estuviese confirmada la participación de eperristas en el asesinato de soldados. Tal postura puede entrañar una desautorización a la celeridad informativa de las autoridades civiles o, inclusive, un acto de prudencia frente al significado que para los dineros nacionales e internacionales tiene el hecho de que guerrilleros embosquen y asesinen a soldados en una zona tan volátil como es Guerrero.
La amenaza del tercer recorte presupuestal
Esa condición de fragilidad económica está manifestándose con fuerza en los momentos actuales, cuando los mercados bursátil y de dinero siguen trastabillando y cuando la baja del precio del petróleo amenaza con llevarnos a un tercer recorte presupuestal.
Hoy será un día difícil, pues se realizará en Viena la reunión ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (de la que México no es socio, sino observador) en la que se intentará reducir la oferta mundial del crudo. De los resultados de ese encuentro dependerá la celeridad con la que las autoridades mexicanas decidan autorizar el inminente recorte al presupuesto de gasto público.
Mientras tanto, el Banco de México ha informado que en la semana recién pasada las reservas netas del país tuvieron una disminución de 500 millones de dólares (que puede ser explicada de maneras oficiales muy elegantes o con la crudeza de las versiones corrientes que aseguran que hay fuga de divisas).
Y Estados Unidos nos dice que le valen un pito el derecho internacional y los tratados, convenios y pactos, y que no entregará a los agentes que violaron la soberanía mexicana con la operación Casablanca (habrá que esperar para ver a qué treta recurre ahora la canciller Rosario Green --¿Green querrá decir verde?-- para explicarnos que los gringos nos quisieron decir una cosa distinta de la que dijeron).
Y una niña de la calle muere en la alcantarilla que era su casa luego que fue atropellada por un vehículo (presuntamente una patrulla) y no fue atendida por nadie (un simple incidente más de la multitud que puebla este México de miserias para las mayorías y fortunas dignas de mención en Forbes para unos cuantos).
Astillas: Emocionado por la fiebre mundialista, el presidente municipal de Mérida, Patricio Patrón Laviada, aprovechó que estaba inaugurando un torneo de futbol para echarse una ``cascarita'', con tan mala suerte que le rompieron los meniscos de la rodilla izquierda y ahora tendrá que usar muletas en su próximo informe de labores, que será este sábado en la Plaza Grande de la Ciudad Blanca...
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