Otro recorte, inevitable; ``es la única salida'': Santander y Serfin
Roberto González Amador Ť La persistente caída de los precios internacionales del petróleo obligará al gobierno mexicano a aplicar ``un inevitable'' tercer recorte al presupuesto público, única salida para mantener el compromiso de déficit fiscal para este año, dijeron ayer dos de los principales grupos financieros del país.
Los especialistas señalaron que el tercer ajuste al presupuesto federal de 1998, cuyo monto primario ya se redujo en 27 mil millones de pesos, podría anunciarse luego de que este miércoles se realice una reunión ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en la cual las naciones del cártel buscarán reducir la oferta mundial de crudo.
``El tercer recorte al gasto es virtualmente inevitable'', señaló Santander Investment.
``Ajustar el gasto es la opción más recomendable para que el gobierno haga frente a la pérdida de ingresos derivada de la caída de los precios del crudo sin tener que contratar más deuda, una señal que sería negativa para los mercados'', dijo por su parte el Grupo Financiero Serfin.
Con los precios actuales del petróleo mexicano de exportación, que según la Secretaría de Energía son de 8.6 dólares por barril, pero que analistas privados calculan en 7.5 dólares, el gobierno federal ha dejado de percibir unos dos mil 600 millones de dólares sobre los montos originalmente previstos.
La caída de los precios del petróleo también perjudica a la cuenta corriente de la balanza de pagos y presiona las finanzas públicas, indicó Serfin.
El grupo financiero señaló que la reciente evolución del mercado petrolero pone en riesgo el pronóstico oficial sobre el precio del crudo, calculado por el gobierno en 12.50 dólares por barril, lo que además de presionar el tipo de cambio y las tasas de interés hace crecer la expectativa entre los inversionistas de que a corto plazo ``se tomarán medidas adicionales''.
Según Serfin, el gobierno federal sólo tiene tres opciones para hacer frente a la caída de precios: primero, un recorte adicional al presupuesto, que en este año se ha reducido por esa causa en 27 mil millones de pesos, 0.7 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Una segunda opción es mantener el nivel de gasto público, pero para financiarlo el gobierno requeriría aumentar otros ingresos distintos. La disyuntiva en este caso, agregó Serfin, sería elevar los precios y tarifas del sector público (principalmente los combustibles), lo que implicaría un repunte de la inflación, mayores tasas de interés internas y presiones sobre las cuentas externas, así como un mayor tipo de cambio del peso frente al dólar.
La tercera posibilidad, apuntó Serfin, es que el gobierno decida compensar la pérdida de ingresos con una mayor contratación de deuda interna y externa, al permitir un déficit fiscal mayor al 1.25 por ciento del PIB previsto para este año. Esta opción, señaló, aumentaría la percepción de ``riesgo-país'' en un entorno financiero desfavorable, debido a que sería mayor la presión sobre la cuenta corriente y las finanzas públicas.
Un efecto de esta decisión es que las tasas de interés se mantendrían elevadas, lo que implicaría aumentar los costos financieros tanto para el gobierno como para las empresas. Además, dijo Serfin, una posición débil de las finanzas públicas se complicaría en el presupuesto de 1999.
Consideró que la respuesta más viable al deterioro de la situación externa sería reducir los niveles de gasto del sector público, una posibilidad que en el corto plazo tendría un costo importante en el crecimiento, pero mantendría sin cambio las metas de inflación (12 por ciento), ayudaría a reducir las presiones sobre la cuenta corriente y por estas dos vías disminuiría las presiones en el tipo de cambio y las tasas de interés.
Antonio Castellanos Ť El subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, Tomás Ruiz, afirmó ayer que no es conveniente aplicar un tercer recorte al presupuesto que afecte al sector social y a la inversión para el desarrollo, y aseguró que oficialmente no se ha propuesto ningún incremento de gravámenes, incluido el impuesto al valor agregado (IVA).
Agregó que se debe gastar lo suficiente para satisfacer las demandas de la población, principalmente de los que menos tienen, y gastar mejor. Ajustar el gasto público sólo es viable en el segmento administrativo, pero nunca en el gasto social, en el gasto de inversión, ni en el gasto en capital humano y la paz social.
Rehusó decir si habrá un aumento de impuestos o de precios de productos y servicios públicos. ``Desde luego, no se descartan opciones, porque la prioridad es cuidar la salud de las finanzas públicas. Ahora analizamos la problemática para presentar en septiembre al Congreso una propuesta incluyente de revisión integral del sistema tributario'', explicó.
--¿No habrá un tercer recorte?
--No. Yo no diría eso. No se descartan opciones. Simplemente insisto en que lo más importante es distinguir el corto plazo. Las respuestas que demos ahora a lo que ocurra en el mercado petrolero serán de corto plazo, pero ¿qué pasará en 1999 y en el 2000 y qué en los próximos años? Queremos condiciones que nos eviten caer en nuevas crisis.
Este año, reiteró, ``habremos de enfrentar el más bajo nivel de los ingresos públicos en dos décadas''. La inestabilidad desde hace 27 años, recalcó, ha generado un crecimiento inferior al deseable y crisis financieras recurrentes. Ha provocado incluso desequilibrios externos, como el que condujo al efecto tequila en 1995.
Durante el seminario Retos de la política tributaria de México, organizado por el ITAM, Ruiz explicó que del diseño de la política tributaria de México dependen en buena medida la estabilidad, el crecimiento económico y la generación de empleos, condiciones necesarias para la reducción de las desigualdades sociales.
El subsecretario de Ingresos dijo que para mantener finanzas públicas sanas algunos grupos sugieren hacer de la reducción al gasto gubernamental una regla para enfrentar la vulnerabilidad de los ingresos, por su gran dependencia de los precios internacionales del petróleo.
Otra posición, ``que comparto, nos coloca ante la necesidad de revisar el sistema tributario en el marco de su competitividad para asegurar la equidad, eficiencia y neutralidad, pero sobre todo para lograr una recaudación suficiente que satisfaga las necesidades de recursos del gobierno''.
``Por estas razones --subrayó-- no creemos adecuado plantear que reducir el gasto gubernamental, principalmente el destinado al sector social y a la inversión para el desarrollo, sea una solución equitativa e inteligente''.
La Canaco, en contra
Miriam Posada Ť La Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México (Canaco) se pronunció en contra de un tercer recorte al presupuesto, por considerar que la crisis asiática es ``controlable y manejable'', mientras que un nuevo ajuste generaría una desaceleración de la economía mexicana. Asimismo, rechazó el incremento de impuestos y se manifestó a favor de que se incentive la inversión nacional cuidando que las tasas de interés y el tipo de cambio no se disparen.
El presidente de la Canaco, José Antonio Fernández González, señaló: ``Por ahora no vamos a necesitar un tercer recorte porque, en primer lugar, ya se había planeado una baja o un recorte importante, y por otro lado, la recaudación de este año está mucho más arriba de lo esperado por la Secretaría de Hacienda''.