José Antonio Rojas Nieto
El acuerdo de la OPEP
El día de ayer, en Viena, se realizó el encuentro semestral ordinario de la OPEP para determinar las cuotas de producción que estarán vigentes durante el segundo semestre de este año. Luego de casi todo el día de discusión, hubo un acuerdo muy importante: recortar en un millón 300 mil barriles al día la producción de los miembros (actualmente cercana a los 29 millones de barriles, según señalan fuentes ajenas a la organización petrolera).
Esta medida es muy relevante en estos momentos, dadas las adversas condiciones del mercado y las dificultades y reticencias mostradas por varios miembros de la organización petrolera para disminuir su producción. Sin ir más lejos, Irán no aceptaba en principio reducir su producción en casi 100 mil barriles al día.
El mercado reaccionó favorablemente al acuerdo de manera inmediata, elevando el precio spot en más de un dólar. De hecho, el miércoles había subido poco más de un dólar y este jueves en el mercado de Nueva York experimentó un ascenso de 1.40 dólares por barril para las entregas de julio, mes en que comienzan los recortes.
Así, la mezcla mexicana de exportación, que desde finales de la semana pasada había caído a casi 9.30 dólares por barril, cerrará esta semana en poco más de 11.50 dólares por barril y, si todo resulta como se piensa, se espera y anhela, en julio alcanzará niveles por arriba de 12 dólares. Podríamos cerrar el año cerca de 14 dólares, para tener un promedio anual ligeramente superior a 12 dólares. Nada malo para como están las cosas actualmente.
La recuperación de los precios dependerá, entonces, de seis factores fundamentales: 1. Respeto de la OPEP al control de la producción; 2. Respeto de productores no-OPEP a sus acuerdos; 3. Adhesión de otros productores, como China, Egipto y Noruega entre otros, a esta dinámica de control de la producción; 4. Recuperación estacional de la demanda en el tercer y cuarto trimestres, y 5. Baja consecuente de los altos inventarios acumulados por los grandes consumidores.
En torno a la urgencia de que los productores OPEP respeten las nuevas cuotas baste recordar que 20 por ciento del producto nacional de esos países depende de los ingresos petroleros, proporción que en el caso de Arabia Saudita se eleva a casi 40 por ciento, y bajaría a diez o 15 por ciento en el primer caso, y a cerca de 30 por ciento en el segundo, de seguir los precios bajos. Recordemos también que, para fortuna y desgracia de varios países, en casos como el de México los ingresos gubernamentales dependen en cerca de 40 por ciento de los ingresos petroleros (41 por ciento en 1997), y que esto, vinculado a una pésima estimación inicial del precio medio anual, ha obligado a severos recortes presupuestales.
No hay que pensar que el asunto de los precios está resuelto, pero sí considerar que el nivel que éstos registraron la semana pasada (7.50 dólares para el crudo Maya) fue casi tan bajo como el de mediados de marzo. Ello obligó a desplegar iniciativas como la impulsada por Arabia Saudita, México y Venezuela desde mediados de ese mes y decidida en Riad el 21 de marzo, confirmada el 30 de marzo en Viena por la OPEP, renovada el 4 de junio en Amsterdam y también por Arabia Saudita, México y Venezuela --dadas las dificultades persistentes del mercado-- y que esta semana, con el acuerdo OPEP, va por su tercer intento, aunque ahora en condiciones levemente más ventajosas. ¡Crucemos los dedos !