La Jornada 26 de junio de 1998

Chen Kai, la magia y los ciclos de la vida

Arturo Cruz Bárcenas Ť El mago mexicano Chen Kai (``todo con las manos'', en maya) desde hace poco más de 30 años ha divertido y sorprendido a varias generaciones, y niños que fueron su público hace tres décadas hoy son padres de familia que le piden de vez en vez que asista a una fiesta para sus hijos. Tal es la magia de los ciclos de la vida.

Hablar con Chen Kai es penetrar en un mundo de luces, de oscuridades tenues; de levitaciones y movimientos de manos que esconden objetos ante nuestros ojos. Es la magia de verdad, el arte que le ha permitido recorrer el mundo, conocer públicos diversos, desde ciudadanos comunes y corrientes hasta políticos, o a quienes están en la cima de su actividad en el mundo; ir a Las Vegas o Japón; estar presente en nuestras casas a través de la pantalla chica; conocer a colegas de la talla de Lars Burton.

-¿A los políticos les gusta la magia?

-Sí, tanto de México como del extranjero: Gustavo Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, De la Madrid y Salinas. No me ha tocado actuar para Zedillo. Con políticos de ese nivel hay que pulirse, hacer cosas elaboradas. Un error de algunos de mis colegas es que no adaptan sus actos según el tipo de público.

Chen Kai se inició como mago aficionado cuando iba en primer o segundo año de secundaria. Por ese entonces, principios de los 60, se vendían unos comics que contenían unos ejercicios de ciencia recreativa y magia, los cuales trataba de reproducir con ahínco. Tal fue el comienzo.

Cuando Chen Kai era un chamaco, peinaba las calles del Centro buscando librerías de viejo para hallar obras de magia. Así, encontró Las maravillas de la prestidigitación, escrito por el mago Frank, ``claro, el verdadero mago Frank, no el de ahora, que es ventrílocuo. El gran Mago Frank -cuyo nombre verdadero es Francisco Lezama- se hizo millonario con su invento de las velitas que se prenden y apagan en los pasteles, y que después se piratearon los japoneses y los ingleses. Inventó otras cosas, muchas.

``Era sumamente popular en los centros nocturnos de aquella época. Preguntaba uno por él y todo mundo daba razón. Era un tipo muy platicador, simpático, agradable. En su libro de Las maravillas de la prestidigitación venía una notita donde se indicaba que si había interés de más juegos debía escribirse a una dirección. Le escribí y a los dos o tres meses apareció en mi casa. Llegó en un Cadillac 47, de esos grandotes, de lámina fortísima. Fue gracioso porque de una parte del saco le salía un fierro. Le preguntamos --mi papá y yo-- qué era eso, y dijo que era su seguro. Resulta que era la palanca de velocidades de su coche, así nadie se podía llevar el vehículo. El me invitó a fundar un club de magos que se llamó Club Azteca de Prestidigitadores, ya desaparecido, que estuvo afiliado a un organismo de Estados Unidos. A través de él, en reuniones, conocí a los magos.

La mayoría de quienes frisamos los 40 años conocemos a Chen Kai por los programas de la barra infantil de lo que ahora es Televisa. Un buen día, el muchachito Chen Kai decidió presentarse con Genaro Moreno, a quien le pidió la oportunidad de actuar en alguno de sus programas. Le preguntó: ``¿Tú qué haces?''. ``Yo soy mago''. ``Vente pasado mañana''. Era el 15 de enero de 1960. Se compró un frac, usado, ``y ya me imagino cómo me veía... simpático, ¿no? Fue el inicio de 11 años en la televisión, dos veces por semana''.

-¿La relación de la magia con la mentira?

-Hay controversia. Difiero con algunos magos. Ellos dicen que es truco, y el diccionario señala que éste es una cosa fraudulenta, una argucia para sacar provecho; para mí la magia es otra cosa, es aplicar la mente. Al hacer magia se aplica la sicología. Una persona sigue un acto y reflexiona y se dice ``esto fue así'', pero le mostramos algo que no encaja y dice ``entonces fue así'', hasta que se da por vencido y acepta que no puede desentrañar el secreto.

-¿Cómo toma un mago de otro los secretos de la magia?

-Básicamente de los libros. En alguna ocasión, cuando conocí a Fumanchú, y con éste fue la época de oro de los grandes espectáculos, junto con Keller, Blackston, hasta llegar a nuestros días, con Copperfield, el más famoso, sin duda; digo Fumanchú, porque él decía que los secretos se transmiten de boca a oído, de generación en generación. Ahora, claro, aparte de los libros existen los videos, la televisión, el Internet, que ponen al alcance de la gente la magia, que es considerada el tercer hobbie del mundo, sólo después de la filatelia y de la pesca, con todas sus variantes. En México, quizá no esté tan difundida, por el tercermundismo, porque la magia es muy cara. Estados Unidos es la nación que tiene más aficionados.

``Pero quien realmente me dio la oportunidad de presentar actos fuertes, espectaculares, fue Raúl Velasco, con quien estuve trabajando desde el principio de su programa con rutinas secuenciadas muy elaboradas, y cada ocho días era un reto hacer cosas nuevas. Estas eran muy aplaudidas por los magos, que son quienes realmente entienden ese tipo de complicaciones. Con Raúl Velasco tuve la oportunidad de hacer gran ilusionismo, de partir a una muchacha en dos o transformarla en tigre.''

-¿Eso es caro?

-No, no es caro, ¡es carísimo! Cuesta lo que vale un carro de los de superlujo, y cualquier aparato de esos son hechos a mano, tienen derechos de autor, registros, aunque algunos colegas los piratean, como todo, en fin.

-Hay gente que cree y otra escéptica...

-Hay, básicamente, tres tipos de público: el que le gusta ver por divertirse, simplemente; otro que busca saber cómo se hacen las cosas, y otro que es escéptico. El niño es diferente, pues busca y grita que una cosa es así por esto y por aquello. Ahora que hay adultos que cuando se hace levitar a una persona aseguran que se están usando hilos, pero que no se ven. Se quedan tranquilos con su propia explicación. Pero se hace pasar un aro, para llevarles la contra; ``son electroimanes'', insisten, pero se pasa un aro de un material diferente, como madera, y les tapamos las salidas, hasta que aceptan que lo que están viendo es magia, sin más. Hay gente que inclusive se enoja, sobre todo mujeres, porque les da coraje no saber cómo se hacen las cosas, se autocastigan. La mujer es diferente al hombre. Y hay quienes incluso dicen que son seres de otro planeta.

-¿Los magos son enamorados?

-Muchos sí, y son noctámbulos. Antes, un mago que trabajaba en centros nocturnos se acostaba muy tarde, por necesidad. Yo, durante una temporada me iba a dormir a las tres o cuatro de la mañana, pero hay que citar que es una lástima que se haya perdido la vida nocturna.

Chen Kai separa a los magos de quienes leen las cartas, el café y supuestamente dicen el pasado y el futuro. Antes existían los espiritistas. Houdini, el famoso escapista, se dedicó a desentrañar este tipo de cosas, de trucos, junto con el sacerdote mexicano José María Heredia, creados para hacer pensar a los deudos que regresaba el espíritu de alguien para sacar algún provecho. Houdini supo de los médiums porque al morir su madre quiso hablar con ella, pero se fue dando cuenta de que no había tal comunicación.

Explica: según la Federación Latinoamericana de Sociedades Mágicas son como 12 los diferentes tipos de magia; de manera general son la prestidigitación y el ilusionismo. La primera es en la que se utiliza la habilidad de las manos; aquí se subdivide en magia de cerca, donde hay cartomagia, micromagia y magia general. La magia de cerca puede ser con aros, con cuerdas, dedales. Después viene la magia de parado, en un escenario; luego la de comedia, para mujer o femenina; después hay de ilusión, de escapes, la ventriloquía; hay grande y pequeño ilusionismo. ``Todo conjuntado debe dar lugar a un acto de magia agradable, y en el caso de la magia de cerca se recurre ahora a monitores. De hacer interesante un acto depende el éxito o el fracaso''.

-¿Ha fracasado?

-Sí. Por ejemplo, esa vez que me bajaron el telón; eso no se me olvida.