Avanzan Italia y Brasil; Noruega y Chile, fuera
Agencias, Marsella, 27 de junio Ť Italia sólo necesitó de un contragolpe para derrotar por 1-0 a Noruega y avanzar por octava ocasión a los cuartos de final de la Copa del Mundo, con gol de Christian Vieri, quien de esta forma es el único jugador que ha marcado en forma consecutiva en los cuatro partidos y con cinco tantos se ubica en el liderato de los goleadores.
Italia enfrentará al ganador del choque Francia-Paraguay. Pero hoy, la squadra azzurra jugó sin brillo, y la mayor parte del tiempo llegó a aburrir, pero ganó con la solidez que la caracteriza, ante 60 mil espectadores en el estadio Velódromo y con sofocante temperatura mayor de 30 grados.
El encuentro, entre dos equipos que juegan al contragolpe, resultó una auténtica partida de ajedrez, en el que los dos rivales esperaban y especulaban con el error del otro. Y dado que ninguno de los dos se animaba a atacar frontalmente, el choque resultó aburrido, con pocas llegadas y muchos pases intrascendentes.
El gol de Vieri cayó a los 18 minutos, con su arma favorita: el contragolpe; Luigi di Biago lanzó un balón profundo a Vieri, quien aguantó la marca de Eggen y sobre la salida de Frode Grodas disparó cruzado.
Eso serenó a Italia y le complicó la vida a Noruega, obligada a partir de entonces a hacer lo que menos sabe: salir a buscar el partido. Los nórdicos juegan como un típico equipo inglés: mucha fuerza, pases largos, poca técnica y la búsqueda por arriba de su gigante Tore André Flo.
Con un Alessandro del Piero casi ausente, salvo una llegada neta a los 65 minutos, que desperdició junto al palo izquierdo de Grodas, Italia le debe esta calificación a la avidez goleadora de Vieri. Además, la monolítica defensa italiana, con Fabio Cannavaro respirándoles en la nuca a Flonaldo Flo (hoy le quedó grande el apodo) y un Giuseppe Bergomi impecable en la función de líbero, fue otra clave de la victoria del equipo de Cesare Maldini.
El portero Gianluca Pagliuca se quedó en sus manos con la única pelota con riesgo de empate, tras un soberbio cabezazo de Flo, al minuto 71, y con los repetidos centros ensayados por los noruegos.
Y al minuto 75, el árbitro alemán Bernd Heynemann perdonó a los italianos un aparente penal cometido por Dino Baggio, que empujó y derribó dentro del área a Stale Solbakken, que pudo haber sido el empate.
El representativo de Noruega extendió su aventura mundialista hasta donde pudo. En realidad, hoy dio la impresión de que su calificación fue demasiado premio para sus recursos limitados. Y la revancha que deseaba cobrarse por las victorias italianas de 1938 (2-1) y de 1994 (1-0) tendrá que esperar.
Al final, cuando los italianos festejaban su clasificación y unos pocos noruegos lloraban, se escucharon silbidos de desaprobación. En efecto, el público no se equivocó al juzgar uno de los partidos más pobres del torneo, pero a fin de cuentas, Italia no gusta ni convence, pero su juego es tremendamente efectivo.
Marlene Santos A., enviada, París, 27 de junio Ť Brasil fue rey en el engalanado estadio Parque de los Príncipes, en el que no tuvo problemas para liquidar por 4-1 a la selección de Chile. El monarca ya está en cuartos de final y se acerca al pentacampeonato.
Diez engañosos minutos de ilusión tuvo Chile al arranque del partido entre equipos sudamericanos. En medio de una fiesta multicolor, en la que predominó el amarillo y verde, y en la que los seguidores chilenos y brasileños hicieron breves las horas de espera bailando al ritmo de La bamba.
Con dos anotaciones del defensa goleador César Sampaio y otras dos de Ronaldo, quien brindó su mejor partido en este Mundial, Brasil se sumó a Italia, a la espera de su próximo rival.
Chile, que alcanzó colarse a esta fase con apenas tres puntos, se despidió con un plantel que parecía para más, y con el tanto de la honrilla anotado por Marcelo Salas.
El uruguayo Nelson Acosta, entrenador de la selección chilena, alineó a 6 defensas y sólo durante los minutos iniciales pudo mantener dos líneas defensivas adelantadas, volcadas al ataque, con llegadas de peligro de parte de su dupla Zamorano-Salas, mientras que la oncena verdeamarelha, que sigue con problemas en su juego de conjunto, no atinaba a hilvanar una sola jugada, por lo que el capitán Dunga comenzó a repartir regaños hasta que aparecieron las individualidades.
A los 10 minutos, Dunga cobró un tiro indirecto que conectó con la cabeza César Sampaio para establecer el 1-0. A partir de ese momento el tetracampeón tomó las riendas del cotejo. La torcida comenzó con sus festejos en las tribunas, elevó cantos e hizo circular la ola. Brasil puso el 2-0 a los 26 minutos, de nuevo por conducto de Sampaio (quien al igual que Ronaldo sumó su tercer tanto en este Mundial), después de que Roberto Carlos cobró un tiro directo que se estrelló en la barrera, otro brasileño volvió a centrar el esférico para que Sampaio rematara sin problemas. En la defensa Aldair y Baiano nulificaron cualquier intento de remate de Salas o Zamorano.
El silbante francés Marc Batta, en una decisión un tanto rigorista, decretó la pena máxima tras una salida del portero Nelson Tapia ante Ronaldhino, quien se encargó de cobrar la falta para decretar la goleada por 3-0 a los 46 de acción, cuando ya los seguidores de Brasil unían sus voces para reclamar a coro la inclusión de su jugador consentido, Denilson.
En el complemento, Acosta intentó darle vida a su mediocampo con el ingreso de Fabián Estay y de Marcelo Vega, mientras que Mario Zagallo ingresó a Denilson, acción con la que arrancó un alarido de alegría en todo el estadio, como si hubiera caído otro gol.
Ronaldhino brindó sus mejores 45 minutos de esta Copa del Mundo en el complemento. A los 66 minutos estrelló un potente remate en el poste izquierdo de la meta defendida por Acuña, impuso el marcador final con tiro cruzado, a pase de Denilson, a los 69 de acción, para el 4-1, y a seis minutos del final estrelló otro remate en un poste.
El juego de los pupilos de Acosta mejoró con los relevos, pero no fue suficiente. Marcelo Salas anotó el tanto del honor a los 67, al contrarrematar un disparo de Iván Zamorano que el portero Claudio Taffarel había rechazado.
Los jugadores chilenos acudieron al centro de la cancha para despedirse de su entusiasta afición, en la que no faltaron los descamisados, a pesar de la tarde fría, mientras que la torcida salió del estadio bailando y cantando en medio de ensordecedores tamborazos.
El árbitro Amonestó a los brasileños Leonardo y Cafú, y a los chilenos Ronaldo Fuentes y Nelson Tapia.