Dice a diputados que ``no están solos'' y que exijan el pago a los banqueros
Señora directora: Con indignación creciente he venido siguiendo los chantajes y justificaciones que el Poder Ejecuti- vo, los banqueros y los directos beneficiados de la corrupción imperante (``hombres de negocios'' y ``funcionarios'') utilizan para presionar a los diputados de oposición para que acepten convertir en deuda pública la cartera vencida del Fobaproa. El principal argumento es que hay que apoyar a los bancos para garantizar que no quiebren, y así proteger a los pequeños ahorradores. Estos argumentos son falaces. Para empezar, la mayoría de los mexicanos no somos ahorradores. Gracias a tres años y medio de ``Bienestar para nuestras familias'', la inmensa mayoría de los mexicanos somos deudores de los bancos, vía crédito hipotecarios o vía tarjetas de crédito. Los pocos pequeños ahorradores de los bancos, al cabo de las sucesivas devaluaciones, de todos modos han visto ya hecho polvo sus ahorros.
Sin embargo, con la falacia de ``proteger a los ahorradores'' funcionarios públicos y banqueros se han visto enormemente enriquecidos durante los últimos 16 años, concretamente en las siguientes operaciones:
1) Con la supuesta ``nacionalización'', se les pagó a los banqueros con dinero de la nación, más de lo que valían los bancos.
2) Una vez ``nacionalizados'' los bancos se pusieron a la venta en emisión cerrada, los famosos certificados AA, los cuales, una vez comprados por ellos, incrementaron su valor más del 400 por ciento al otro día. Se les siguió pagando a los banqueros con dineros públicos.
3) A esos mismos banqueros se les dio patente de corso para operar en casas de bolsa. Se les volvió a pagar en especie.
4) Cuando se ``reprivatizaron'' los bancos, el gobierno vendió los bancos a los mismos banqueros, pero ahora, a un precio muy por debajo de su valor. El país volvió a perder, pero unos cuantos ganaron mucho.
5) Cuando el error de diciembre el gobierno apoyó con dinero público a los banqueros, no apoyó a los deudores.
6) El año pasado el gobierno instauró la obligatoriedad de los Afores. Ese ilógico sistema en el cual el gobierno me obliga a depositar mi dinero para el retiro en un banco y éste me cobra por guardarme mi dinero.
En cada una de estas transacciones, unos cuantos se han enriquecido mucho. Son los mismos que ahora les da pánico que se investigue cuáles son las deudas que absorbe el Fobaproa. Cínicamente se escucha que este es el ``precio de la crisis del 94, y ahora hay que pagar entre todos''. Esto es totalmente falso. Excluyendo a los banqueros y altos funcionarios del gobierno, el resto de los mexicanos ya pagamos muy sobradamente nuestra parte de sus errores de diciembre, sobreviviendo en crisis durante estos tres años. Por otro lado es totalmente falso que los bancos no estén cobrando sus carteras vencidas. Miles de mexicanos ya han perdido sus casas y muchos cientos de miles más las perderán; se las quedarán los bancos. Por ejemplo, un servidor tuvo la desgracia de pedir un crédito hipotecario por 120 millones de pesos en 1993. A la fecha, nunca me he atrasado un solo mes de pago y he pagado ya la cantidad de 150 mil pesos. Pero, según las cuentas de Bancomer, les debo todavía cerca de 400 mil, cantidad que seguirá subiendo, aunque siga religiosamente pagando, conforme sigan subiendo los Udis. Esta deuda no la voy a pagar yo, ¡es imposible! La van a pagar mis hijos. Pero ahora resulta que mis hijos --y nietos y bizniestos-- además también tendrán que pagar los 67 mil millones de dólares (569 mil 500 millones de pesos) que se repartieron entre banqueros y funcionarios.
En 1982, ingenuote yo en ese entonces, lloré con López Portillo cuando él al referirse a los banqueros aseguró ``no nos volverán a saquear''. Ahora, con toda la rabia, impotencia e indignación que me da este nuevo saqueo a nuestras arcas públicas, esta nueva hipoteca al futuro de nuestros hijos, no me da por llorar. Me da por exigir. Exijo que paguen los banqueros que robaron. Exijo que regresen su comisión los funcionarios que los solaparon. Exijo que vayan a la cárcel todos ellos. Y así, como yo, estamos ya muchos mexicanos. Señores diputados de oposición, y aquéllos con dignidad del partido oficial: no están ustedes solos.
Alfredo Ortega.
Carta al Presidente
Señora directora: Le ruego aceptar la publicación de esta misiva dirigida al doctor Ernesto Zedillo, presidente de México.
Señor Presidente: El pasado 10 de junio -en función de la estrategia seguida por los gobiernos federal y estatal chiapaneco- se produjeron tomas violentas de algunas localidades indias del municipio autónomo de San Juan de la Libertad o El Bosque, mediante la ya clásica operación policiaco-militar, la que dejó un saldo de numerosos indígenas muertos o heridos y de 57 detenidos. Esos hechos me hicieron recordar que la lucha de los aborígenes mexicanos para conservar la autonomía de sus comunidades, designar a sus autoridades y que se les restituyan las tierras que les han sido robadas para beneficiar a los hacendados se acerca ya a los 500 años, aunque justo es reconocer que esa lucha se ha venido acentuando en el México independiente.
Señor, causa profunda tristeza observar que durante el tiempo que lleva en el poder, la política del Estado se ha ensañado en contra de las comunidades indígenas de Oaxaca, Guerrero, Sonora, Chihuahua y, sobre todo, de Chiapas, y que mediante un decreto suyo le hubiesen expropiado a los indios yaquis de Sonora 2 mil 688 hectáreas fértiles con el fin de beneficiar a algunos ejidos y a varios particulares, tierras que les habían sido restituidas a los yaquis por el general Lázaro Cárdenas durante su mandato presidencial.
Señor Presidente: deseo apelar al respecto que, seguramente, tendrá por la porción de sangre indígena que circula por sus venas, para que detenga las incursiones del Ejército, policías y bandas paramilitares en las comunidades de indios y cesar, en esta forma, con ese baño de sangre indígena y la violación a sus derechos humanos, acciones que están causando un creciente deterioro a su figura, tanto en México como en el extranjero, ya que hay que tener en cuenta que por la vía de la violencia estatal no se podrá impedir la actitud rebelde de los indios mexicanos, haciéndole mención al término de esta carta de ese bello poema del Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia Indígena: cortaron nuestras flores/ tumbaron nuestras ramas/ talaron nuestros troncos/ pero no han podido destruir nuestras raíces.
Doctor Julio Molina Esquivel, premio nacional de Oncología.
Solicitan medicamentos para promotores de salud en Chiapas
Señora directora: En nuestra última visita a El Bosque nos entregaron esta cartita, por favor publíquela en nuestra Jornada. Aquí donde se sueña de pie con el corazón y el puño levantados, estos días los partidos (de foot) hacen que parezca aún más lejana la presencia de la sociedad civil. ¿Cuántos muertos más se necesitarán para que salgamos del letargo futbolero, y despertemos a la realidad de guerra, que se vive no sólo aquí, sino en Guerrero, Oaxaca, Puebla, Yucatán, en fin en todo nuestro país, contra la dignidad indígena?, ¿cuándo saldremos a la calle, a demostrar que ``Ya Basta''?
Ofelia Medina y la banda del Fideo.
A las personas y grupos solidarios: somos 50 hermanas y hermanos que por la pobreza, marginación y enfermedad que sufrimos en los municipios de El Bosque, Simojovel y Huitiupan, Chiapas, fuimos elegidos por nuestras 31 comunidades para prepararnos como promotores y promotoras de salud.
Actualmente, además del sufrimiento, somos hostigados y en algunas comunidades, agredidos por el Ejército y Seguridad Pública que nos viene a saquear y a destruir los pequeños botiquines que con mucho esfuerzo vamos haciendo.
Todos trabajamos para comer, pero con la sequía, quemazones y con la situación de guerra no contamos con posibilidades para comprar material, instrumental y medicamentos. Aunque sí aprovechamos las plantas medicinales que tenemos.
Necesidades urgentes: instrumental y material de curación: tijeras rectas, pinzas porta-aguja, pinzas de disección, pinzas alis, hilos de sutura seda 3.0, tela adhesiva, agua oxigenada, gasas, algodón, anestesia xilocaína sin epinefrina; jeringas, vendas de diferentes tamaños, sueros: oral e intravenoso con su equipo.
Medicinas: penilicilina procaínica inyectable 800 mil unidades y oral; trimetoprim tabletas, aspirina, acetaminofen, dipirona inyectable, buscapina tabletas e inyectable, antiparasitarios, naxen, iboprofen, terrami- cina oftálmica, benzoato de bencilio, miconazol, sulfato ferroso oral, jabón de azufre, antiácidos, clorfeniramina inyectable y tabletas, cloro en tabletas.
Favor de enviar a Promotores de Salud de El Bosque, Simojovel y Huitiupan, al siguiente domicilio: avenida Constitución Oriente, No. 16, Simojovel de Allende, Chis., CP 29820. Tel y Fax: (01-968) 5 03 07.
Pueden hacer llegar sus donaciones en la ciudad de México a Copilco 389 (atrás del Metro Copilco). Tel. 569 47 42. Fax: 659 51 13.
Manuel Jiménez Mendoza y Juan Ruiz López.
Precisiones de la PGJDF en torno a un desplegado
Señora directora: En relación con la publicación del desplegado firmado por miembros de la comunidad del Colegio de México AC, el 24 de junio en la página 13 de su prestigiado diario, queremos hacer las siguientes precisiones.
En el desplegado no se aclara que la persona detenida, de nombre Higinio García Caldiño, fue presentada en la Agencia 50 y consignada al Juez Trigésimo Primero Penal en el Reclusorio Preventivo Sur, donde se radicó la causa 81/98 y actualmente se encuentra en la etapa de instrucción procesal.
Cabe aclarar además que al denunciante se le han dado todas las facilidades, no sólo para presentar su denuncia, sino para la coadyuvancia en la Averiguación Previa y en el proceso.
Es preciso aclarar también que, en efecto, el inculpado se desempeñaba dentro de la Secretaría de Seguridad Pública, lo cual no ha sido obstáculo dentro del proceso penal que se le sigue por el ilícito cometido, abriéndose el desglose correspondiente para determinar su responsabilidad, dada su calidad de servidor público.
Lourdes González-Jameson, directora general de la Unidad de Comunicación Social de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal.