La Jornada martes 30 de junio de 1998

Iván Restrepo
La ley de la jungla

Hace justamente un mes el gobierno de Estados Unidos informó por medio de un boletín los frutos de una amplia investigación policial realizada durante tres años en varios países. Según los datos proporcionados conjuntamente por las oficinas de Aduana y de Pesquería y Vida Silvestre de nuestro socio comercial, luego de diversas acciones los agentes estadunidenses lograron detener a 48 personas y decomisar 662 ejemplares pertenecientes a la fauna tropical de México, que figuran en los acuerdos internacionales como protegidos o en peligro de extinción. Bonni Tiscler, investigadora del servicio de aduanas sostuvo que la operación, denominada Jungle Trade (Comercio Selvático) es singnificativa por los sofisticados métodos utilizados por quienes integraban la banda de contrabandistas, así como por la magnitud de su negocio. Aseguró que ``es el caso de animales exóticos más importante y de mayor magnitud jamás conducido por la US Customs Service. Kilo por kilo hay más utilidad para los contrabandistas de aves exóticas que para los de cocaína''.

Da la casualidad que el gobierno mexicano se enteró de la operación Jungle Trade gracias al boletín de las agencias estadounidenses que participaron en ella. En la prensa, que sepa, únicamente el investigador Jorge Bustamante hizo referencia a ella y a lo que significa para la política y las relaciones de los dos países. En su artículo dominical del 7 de junio en El Financiero, Bustamante sostiene, entre otras cosas, que al igual que la operación Casablanca, la reciente sobre comercio ilegal de especies fue diseñada para consumo interno del público de Estados Unidos, y demuestra, por enésima vez, el desprecio que el gobierno de ese país imprime a sus relaciones con el nuestro. Y algo fundamental: ayuda a reforzar el ambiente anti mexicano que impera en el campo político y se nutre desde hace años y que, como nunca antes, ha dado por fruto decisiones legislativas en detrimento de los mexicanos. El conocido investigador de los problemas fronterizos afirma que de lo que se trata es de un proceso para la ``construcción social de un enemigo''. En este caso, hacer aparecer a México y a sus habitantes como culpables de algunos problemas que existen en Estados Unidos.

Podría pensarse que la Jungle Trade fue una operación sin gran despliegue. No es así. En la tarea de descubrir una de las bandas de contrabandistas que operaban a través de la frontera norte, y que vendía especialmente aves y otros animales ``exóticos'' (desde macacos y monos araña hasta pumas y linces) en varios estados de la Unión Americana, participaron más de 40 agentes, así como funcionarios adscritos a diversas embajadas estadounidenses en América Latina. Además, agencias policiales de Nueva Zelanda, Canadá, Australia y hasta de Panamá. Pero ninguna dependencia mexicana fue invitada a participar en las acciones referidas. Por el contrario, la operación fue ocultada a nuestras autoridades, que se enteraron de los alcances de esta cruzada contra el comercio ilegal de especies en peligro de extinción gracias a un boletín elaborado para consumo de los medios de comunicación.

A un mes de conocerse los resultados de la Jungle Trade y el alcance internacional que la rodeó, parece no haber duda de que el gobierno de Estados Unidos despreció olímpicamente los mecanismos de cooperación bilateral tantas veces festejados en las áreas del medio ambiente. Sencillamente, hizo gala de su peculiar estilo para violar la soberanía nacional. Nuevamente impuso su ley, la de la selva. En tanto, nuestras autoridades guardaron silencio, al igual que el Poder Legislativo. Sería imperdonable que las organizaciones ecologistas y otros grupos sociales interesados en la suerte de los recursos naturales callaran también y avalaran así el proceder imperial de nuestro socio y vecino del norte, que todavía la semana anterior en Mérida, a través de su ministra del Ambiente, la señora Carol Browner, expresaba elogios sin cuento sobre el respeto y la colaboración que existe entre ambas naciones.