La Constitución dice, en el artículo 28, que ``quedan prohibidos los monopolios'' y ``las prácticas monopólicas''. En algunas ramas de la economía se aplican medidas para estimular la competencia, en otras no. Nos interesa, entonces, la demanda en la que el gobierno de Estados Unidos y varios estatales acusan a la empresa Microsoft de prácticas monopólicas.
Ahora que salió a la venta el sistema Windows 98, además del juicio se han hecho varios cargos a esta empresa.
El nudo del asunto está en que lo que se llama sistema operativo, que es el conjunto de programas que permiten a quien usa una computadora emplear otros programas llamados aplicaciones. Es el que permite al usuario emplear un procesador de textos o una hoja electrónica usada para procesar números en una forma específica, o programas de contabilidad o de dibujo, para citar algunos ejemplos. Y como el sistema operativo de Microsoft, en este caso Windows 98 y antes otros, es el que viene precargado en casi todas las computadoras nuevas, esta empresa lo aprovecha para enjaretar al usuario toda clase de aplicaciones. A partir de allí ha relegado a los otros proveedores de programas y deja a millones de usuarios sin opciones. Si el sistema tiene múltiples fallas, si se congela, pues ni modo. Eso es lo que se usa.
Una de las objeciones que se han presentado a Windows 98 es el precio, que para una simple actualización es de mil pesos o más. No hablemos de los miles de pesos de sus aplicaciones. Mientras que las computadoras y otros programas bajan de precio, Windows no. La revista Business Week califica esto de ``precio de monopolio''. El diario The Wall Street Journal señala que la utilidad de operación de la empresa con Windows es de 50 por ciento, frente a 5 por ciento o menos obtenido por muchos fabricantes de computadoras.
También se publicó la lista de la revista Forbes de los individuos a los que considera con las mayores fortunas del mundo. La relación vuelve a estar encabezada por el principal dueño de Microsoft, William Gates, pero ahora se le estiman 51 mil millones de dólares, frente a ``sólo'' 18 mil 500 millones hace dos años. ¿Qué actividad legal permite que una fortuna así se vaya a casi el triple en dos años?
Como respuesta, y para evitar esta situación monopólica, se está prestando más atención a sistemas alternos y en especial a Linux.
Este sistema es gratuito. Es más estable y rápido que Windows de Microsoft, avanza más rápido en tecnología (4 o 5 versiones en el tiempo en que se pasó de Windows 95 a 98), sirve para redes chicas o grandes y como servidor de páginas de internet, etcétera. Aunque tiene millones de usuarios en el mundo, no se ha extendido porque los canales comerciales tienen más alcance, porque mucha gente todavía no lo conoce y porque no ha sido fácil de aprender a usar e instalar.
En los últimos tiempos, sin embargo, se han estado desarrollando programas que permiten su uso por cualquier usuario, además de que puede usarse con Windows o con cualquier otro sistema más o menos conocido. Uno de estos programas se inició en México, el Gnome, aunque todos ellos tienen cooperación mundial a través de internet.
El más importante competidor de Microsoft, la empresa canadiense Corel, que empezó con programas de diseño y dibujo pero que incluye entre otros al procesador de textos WordPerfect, que era el más vendido antes de que las prácticas monopólicas implantaran al Word de Microsoft, está produciendo sus programas para Linux e introdujo este sistema operativo libre en sus nuevas computadoras para red. Otro fabricante conocido, Sun, valida el Linux para su línea UltraSparc.
Netscape es la empresa que produce el programa para navegar en internet más usado hasta hoy.
Microsoft lo quiere desplazar enjaretando su Explorer en Windows 98, lo cual motivó las demandas en su contra de las que hablamos al principio de este artículo. Netscape respondió con su nueva versión 5, como programa libre también.
Este fenómeno es de lo más interesante: el monopolio más grande, más rentable y con más alcance que ha existido, ha unido en su contra a millones que han decidido que no es necesario pagar tanto por algo tan intangible como el derecho de usar un programa.
Si en México se quiere proteger a empresas foráneas de posibles prácticas monopólicas de Telmex, ¿no es razonable que se proteja a los mexicanos de prácticas similares de una empresa del exterior?