La Jornada domingo 5 de julio de 1998

Astillero Ť Julio Hernández López

En un país convencido a plenitud de la inutilidad de las instancias que el gobierno ha creado para controlar sus propios excesos, ha resultado muy esclarecedor el reciente episodio en el que se ha demostrado que la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) practica con el dinero público los mismos abusos que, se supone, debe combatir y sancionar.

La peculiaridad sustancial del caso no descansa, sin embargo, en el de por sí censurable hecho del despilfarro de fondos oficiales para la adquisición de mercancías suntuarias, sino en la inapreciable transparencia con la que el titular de la citada secretaría, Arsenio Farell Cubillas, ha revelado el pervertido raciocinio con el que durante años se ha pretendido enfrentar la enorme e inocultable corrupción oficial.

Farell (ah, don Arsenio, el hombre de la férrea mano. El que fue controlador de los excesos sindicalistas. El funcionario probo. El que ahora es severo centinela de la honra nacional) no ha negado que se hubiesen hecho compras por 333 mil pesos a la muy exclusiva Galería Cullen, ubicada en Prado Sur 430, en las Lomas de Chapultepec del Distrito Federal. Por el contrario, lo acepta sin reticencias. Primero, porque se hizo conforme a la ``normatividad'' aplicable, y segundo porque tales compras no fueron ``con fines suntuarios'' sino para instalarlas en los comedores de la institución y, así, tratar a los trabajadores de esa secretaría ``con consideración humana''.

Véanse los parámetros en los que don Arsenio entiende que alguien puede ser tratado ``con consideración humana'' (entendiendo, contrario sensu, que quien no se ubique en tales niveles debería ser considerado en condición infrahumana): tapetes (uno, para mesa, de 26 mil pesos; otro, para pasillo, de 10 mil 800 pesos; uno más, para ventana, de 9 mil 800 pesos), un candelabro de 17 mil 850 pesos, dos macetones de 12 mil 500 pesos cada uno, azucareras de 9 mil pesos, un platón para legumbres de 3 mil 500 pesos, un juego de copas de 4 mil pesos, tres cuadros pictóricos (bodegones) de 5 mil 350 pesos cada uno, y muchos otros artículos parecidos hasta llenar el carrito de supermercado y pagar 333 mil pesos en la caja registradora.

Pero don Arsenio, el hombre que ha revisado las cuentas de los gastos de los poderosos, sus viáticos, sus consumos, sus remesas personales y las de sus allegados, el funcionario que conoce el tren de vida y la forma como gastan el dinero público los funcionarios del hoy y del ayer, considera que los gastos de su propia oficina son absoluta y totalmente justificables.

Y para la memoria histórica de esta dolorosa e increíble feria de las complicaciones, el cinismo y la rapacidad, allí está don Arsenio preguntando a los reporteros: ``¿Qué, les parece a ustedes un exceso 10 mil pesos en platos? Digo, honestamente, con seriedad, ¿les parece a ustedes indebido que se ponga un tapete que haga un poco más grato el ambiente? ¿Que tratemos a los trabajadores con decoro? A mí no me lo parece. No me preocupa''.

Claro está, a Farell (``honestamente, con seriedad'') no le parece un exceso que en un país muriéndose de hambre, desesperado por el desempleo, instalado en la espiral de la violencia, amenazado por recortes presupuestales y crisis económicas se gasten unos cuantos cientos de miles de pesos en una privilegiada tienda de lujo para comprar chácharas con las cuales hacer la vida un poco más agradable.

Baste como excusa acomodar papeles, números y datos en la famosa ``normatividad'' en la que se han escudado los saqueos del dinero público durante décadas. Sirva la maquinaria que tanto ha beneficiado a otros socios de la banda para deslizar algunas compras propias insignificantes. Muéstrese a los mexicanos cómo se manejan los dineros de todos para beneficio de unos cuantos. Compruébese que la tal Contraloría es una pieza más del engranaje de la corrupción y el engaño porque, para colmo, los citados artículos ``no suntuarios'' ni siquiera aparecen por algún lado, y la tal Galería Cullen tampoco da muestras de transparencia comercial.

Negocios, los negocios de la Gran Familia, pillada en un ínfimo pero muy ilustrativo incidente. Mientras tanto, tenemos Farell para rato, haciendo declaraciones enérgicas, poniendo gesto adusto para asegurar que no hay raterías, diciéndonos a los mexicanos que los gastos hechos por el poder público son correctos de acuerdo con la ``normatividad'' vigente.

El cerverismo, por la violencia política

El Ejército Cerverista de Liberación Nacional ha pasado a la fase de la violencia activa para defender su decisión de convertir a Yucatán en una república independiente de los Estados Unidos Mexicanos.

Empecinado en no reconocerle validez jurídica al dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (de los Estados Unidos Mexicanos), en el que se corrigen las desviaciones de los tribunales locales (que habían asignado un diputado de representación proporcional al PRI, cuando correspondía al PRD), el cerverismo ha apostado ahora a los enfrentamientos físicos. La República de Yucatán, presidida por Víctor Cervera Pacheco, no reconoce ni acepta la injerencia extranjera, y por tanto la citada resolución mexicana no es cumplida en la ínsula cervataria, donde las fuerzas sublevadas ya están actuando físicamente contra sus adversarios.

La estrategia de la confrontación física para amedrentar opositores ha sido constante durante los más de seis años que lleva el presidente de la República de Yucatán en el cargo. Patricio Patrón Laviada fue abofeteado, siendo diputado local panista en la legislatura que acaba de fenecer, por Beatriz Peralta Chacón, que es la priísta que ocupa ahora la curul de la discordia, y que según la ilusiones del Tribunal Federal Electoral debería ocupar el perredista Félix Novelo Coello.

En el trienio legislativo local recién terminado hubo escenas memorables (que ahora, desde luego, se repiten) de acarreados priístas llevados al recinto camaral para insultar, abuchear y agredir a los panistas. El viernes de la semana pasada, el coordinador de los legisladores panistas, Luis Correa Mena, fue agredido por el priísta Luis Emir Castillo. De paso, fue golpeado el fotógrafo Ramón Celis, del Diario de Yucatán, por parte de elementos de seguridad. El citado diario ha sido un permanente dolor de cabeza para el gobernante de la ínsula. También resultó golpeada la reportera Claudia Chablé, de Sistema Rasa.

El cerverismo va hoy a la vanguardia de la contrarreforma política. Ya ha deshecho el mito genial maderista y revolucionario de la no relección, ya rompió con la esperanza de la separación PRI-gobierno, ya está demostrando que los fallos de instancias federales electorales no serán aplicadas en su feudo, y ahora va tomando delantera en cuanto a desarrollar la violencia política directa como mecanismo de exterminio de las fuerzas opositoras.

¡Mare!, ¿hasta dónde llegará don Víctor?

Astillas: Miguel Alemán Velasco va endureciendo su discurso (si no, ¿para qué habría servido el ejemplo presidencial de Simojovel?) y ahora ha advertido a sus opositores, y al público en general, que los priístas ``no somos agachados o mudos, porque no vamos a otorgar nada, porque no vamos a callar''. Una primera muestra de enderezamiento de la columna vertebral, y de buen uso de las cuerdas bucales, se podría dar frente al caso de la televisora brasileña Récord y la acusación contra el ahora candidato a gobernador por asuntos de millones de dólares relacionados con la transmisión de los juegos del Mundial de Futbol.

Teléfono y fax: 545 0473

Correo electrónico: [email protected]