Más allá de los cien mejores filmes estadunidenses, existe otro centenar de idéntico o mayor nivel pertenecientes a diversas cinematografías. El dato lo recogió el investigador canadiense John Kobal, mediante un cuestionario que envió a críticos e historiadores de 22 países, en el que se pedía al destinatario una lista que incluyera las diez mejores cintas que hubiera visto en su vida. Los filmes más nombrados vinieron a estructurar un interesante texto cuya versión original ``Top 100 movies'' apareció como libro de bolsillo en Londres, en 1988, y en México en 1993 bajo el sello de Alianza Editorial.
El francés Marcel Martin consideró que la mejor película del mundo es Les enfants du paradis (1959), de Marcel Carné, seguida muy de cerca por Hiroshima mon amour (1959), de Alain Resnais; en desacuerdo con esta opinión, la italiana Liliana Cavani situó en primero y segundo lugares a City Lights (1931), de Chaplin, y Ladrones de bicicletas (1948), de Vittorio de Sica; Zanussi, el polaco, se aleja radicalmente y cree que deben encabezar la lista La palabra (Ordet, 1954), del danés Karl Dreyer, y luego Citizen Kane (1940), de Orson Welles. La ex Unión Soviética y Europa del Este fueron representadas por tres rusos, un checo y un búlgaro. El ruso Plajov votó, entre otras, por La régle du jeu (1939), de Bergman, olvidándose de Eisenstein y Pudovkin. El búlgaro, presidente de los periodistas cinematográficos, no citó ningún filme soviético pero sí se conmovió con Fellini, 8 1/2 (1963) y con El discreto encanto de la burguesía (1972), de Buñuel. España y América Latina resolvieron ocho propuestas. Tres en Madrid y una en Barcelona, otra en Buenos Aires, y tres más en los diversos sitios fatigados por exiliados cubanos. El catalán J.L. Guarner opinó que Bringing up Baby (1938), de Howard Hawks, y El maquinista de la general (1927), de Buster Keaton, deberían ser las primeras sin olvidar a Chaplin, Ford, Welles y Hitchcock.
El argentino J.C. Trugone eligió, según su propia declaración, ``aquellas que he visto muchas veces y que sería capaz de volver a ver muchas más''. Entre otras Casablanca (1842), de Curtiz, Manhattan (1979), de Woody Allen; Jules et Jim (1961), de Truffaut. El cubano Guillermo Cabrera Infante escribió: ``Ahora en el invierno de nuestra satisfacción todos poseemos una cinemática en la mente''. En la muy personal de Guillermo destacan The Band Wagon (1953), de Vincent Minnelli; The Searchers (1956), de Ford; Vértigo (1958), de Hitchcock, y desde luego Citizen Kane.
Y para terminar con el Tercer Mundo hablemos de las evaluaciones recogidas por el canadiense en Argelia, Egipto, India y Turquía. El fundador y director de la Filmoteca turca es el único que inicia su lista con una película mexicana El ángel exterminador (1962), de Luis Buñuel, y la concluye con La aventura (1959), de Antonioni. En cambio, el hindú Mohamed, crítico de The Times of India, la empieza con Pierrot el loco, de Godard y la termina con Signos de vida, del alemán Herzog. Preguntémonos ahora a quiénes consultó John Kobal en el Lejano Oriente. Sólo a dos japoneses. Uno de ellos, comentarista de televisión, Haruo Mizuno escribió: ``para mí la primera película es Lo que el viento se llevó (1939), de Victor Fleming, luego Casablanca, después El tercer hombre, del inglés Carol Reed, y My Darling Clementine, de Ford.
``Evidentemente para Mizuno no existen Kurosawa, Ozu, Oshima, Mizoguchi. De idéntico criterio o casi, es el otro crítico japonés consultado, Kusakabe. Para él la cinematografía de su país sólo ha realizado un gran filme, Rashomon.
Es necesario decir que de las cien películas elegidas 37 pertenecen a Estados Unidos, 15 a Francia, 12 a Italia, 10 a Inglaterra, sólo tres a Alemania (Heimat, 1954, el maratónico trabajo de 15 horas de proyección de Raitz; Caligari 1919, película muda de Wiene, y Signos de Vida), Rusia está presente con siete cintas: tres de Eisenstein (Potiemkin, Nevski e Iván); tres de Tarkovski (Rublev, Espejo y Sacrificio), y una de Dovjenko (La tierra, 1930). Japón, a pesar de sus críticos, está representado por ocho filmes: Kurosawa, Oshima (El imperio de los sentidos), Mizoguchi (Cuentos de la luna pálida), Ozu (Cuentos de Tokio).
Suecia y Dinamarca hacen acto de presencia con tres de Bergman (Fanny, Fresas, Séptimo Sello), y dos de Dreyer (Odet y Juana de Arco). España con Viridiana, México con El ángel exterminador, y Polonia, Cenizas y diamantes, 1959 (de Wajda) clausuran la lista. Es evidente que los críticos e historiadores consultados nunca se acercaron a la cinematografía actual. Entonces, vuelvo a preguntarme, ¿cuáles son las cien mejores películas del siglo XX?