La Jornada 11 de julio de 1998

El gobierno no puede descartar esa opción de antemano, considera Godínez Flores

José Antonio Román Ť Ante la lentitud del proceso de paz en Chiapas, la intervención mediadora de Naciones Unidas sería una ``alternativa viable'' que el gobierno federal no puede descartar de antemano, afirmó Ramón Godínez Flores, ex secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

En tanto, el presidente de la Comisión Episcopal de Movilidad Humana, Florencio Olvera Ochoa, señaló que respetando la soberanía nacional y sin imposiciones extranjeras, el organismo internacional puede contribuir a reiniciar el diálogo suspendido hasta ahora entre el gobierno federal y el EZLN. ``A veces, internamente, se hace una tolvanera que impide ver las propuestas que podrían ser positivas'', dijo en referencia al rechazo gubernamental a esa alternativa.

Entrevistados durante el tercer Encuentro Internacional de Sacerdotes que se realiza en la Basílica de Guadalupe, ambos jerarcas eclesiásticos se refirieron a la labor positiva y pacificadora que ha desarrollado el organismo internacional a lo largo de sus 50 años de existencia, la cual podría ser benéfica para México en estos momentos.

Godínez Flores, quien recientemente tomó posesión como nuevo obispo de la diócesis de Aguascalientes, señaló que las acciones gubernamentales para alcanzar la paz no han fracasado, aunque reconoció la lentitud del proceso. Destacó también el sentimiento de rechazo a la violencia por parte de la sociedad mexicana y de su sensatez, pues no se registrado una guerra o enfrentamiento entre las partes en conflicto, luego de los primeros días de enero de 1994.

``Ha habido diálogo, ciertamente muy difícil, pero no guerra. Entonces, no creo que las autoridades políticas hayan fracasado en su intento por alcanzar la paz; estamos en un proceso'', dijo quien ocupara la secretaría general desde 1991 y hasta principios de este año.

Olvera Ochoa, obispo de la diócesis de Tabasco, dijo que la solución al problema chiapaneco corresponde exclusivamente a los mexicanos, pero cualquier propuesta que sirva para unir y crear un clima de sana convivencia será siempre bienvenida, por lo que no debe descartarse la posibilidad de una mediación internacional. ``Los mexicanos estamos en la tierra, no estamos cerrados al mundo ni podemos estar ajenos a esta preocupación por la paz. Yo creo que la ONU sería confiable y, respetando la soberanía nacional, puede ayudarnos mucho''.

Comentó su preocupación por el silencio del EZLN, pues se le ha llamado al diálogo y no da respuesta. ``Es preocupante también porque están ahí -en las comunidades indígenas- las marginaciones e injusticias; preocupante porque con puro dinero derramado no se arreglan las cosas: tiene que dialogarse; es lamentable que las partes no se sienten a la mesa a resolver sus diferencias. Pero todos, sin excepción, tenemos algo que hacer para encontrar la paz''.

Por otra parte, el obispo Godínez, a pregunta expresa, dijo que el tema de Chiapas es difícil que esté directamente en la agenda de Juan Pablo II cuando visite tierras mexicanas en enero próximo, pues su estancia se centrará básicamente en la entrega del documento postsinodal a los obispos de América.

Dijo que el esfuerzo del pontífice es tendente a que la fe católica haga de las tres Américas geográficas y de las dos económicas -la opulenta y la empobrecida-, una sola. ``Ese es el esfuerzo del Papa y ahí están las soluciones a los pequeños y grandes problemas que tenemos en el hogar, al interior de la iglesia, en nuestras poblaciones, en nuestros grupos sociales y en nuestros países.''