Reaparece el tema de fiscalización (exigibilidad y rendición de cuentas, declaración de Santiago Creel a La Jornada, julio 9. Coloquio, La Jornada, julio 10). Sabemos que un proyecto de ley impulsado por PRI, PAN y PRD en la Cámara de Diputados propone un órgano superior de fiscalización que audite no sólo al Ejecutivo sino a los poderes judiciales y legislativos, y garantice la despartidización, por lo que tendría plena autonomía. El asunto parecía haberse extraviado en el cúmulo de conflictos de la cámara. Es buena noticia que vuelva a aparecer. Si no existe un instrumento de fiscalización, la reforma del Estado quedaría coja. Me permito siete reflexiones:
1. Hay que superar la Contraloría de la Federación. Es un instrumento de la Presidencia para vigilarse a sí misma, lo que es absurdo. Pero además, los resultados en los últimos sexenios han sido desastrosos. A pesar de indicios de macrocorrupción, son muy pocos los importantes que han sido obligados a ``rendir cuentas''. Todos son enemigos o víctimas del presidente en turno. Sería conveniente reducir la dimensión orgánica de la Secodam. Pero no tendrían por qué eliminarla. El gobierno tiene un interés legítimo por vigilar sus propios procesos.
2. El órgano de contraloría no debería depender de la Cámara de Diputados o se convertiría en instrumento de quienes la controlaran... Una buena ley debe partir del supuesto básico de que es a la sociedad a la que interesa que la tarea de gobierno se cumpla eficazmente, y que en caso de haber desvíos, malversaciones y fraudes éstos se castiguen. Lo fundamental no es el aspecto punitivo. El instrumento debe servir para hacer eficaz el funcionamiento del Estado.
3. Debe garantizarse el derecho a la información. Los actos de los órganos de gobierno para tomar decisiones deben transparentarse y eliminar el secreto, regla general de todos los gobiernos de cualquier signo desde la época colonial. La excepción serían los asuntos de seguridad pública. La discrecionalidad y sus hijos, los cochupos, se reducirían drásticamente.
4. Los actos de función pública deberán documentarse, registrarse y hacerse públicos. De hecho, en México, por ley, los procesos administrativos deben registrarse documentalmente. Los registros podrían incorporarse a sistemas electrónicos que faciliten su acceso público.
5. Las necesidades peculiares de México y los avances de la legislación mundial apuntan en ese sentido: el órgano de contraloría debe ser de Estado y no de gobierno. Autónomo, dotado de personalidad y de patrimonio propios, integrado por ciudadanos no afiliados a ningún partido político y con altas condiciones de imparcialidad. Los procesos necesarios para la selección serían básicamente idénticos a los seguidores para la constitución del Instituto Federal Electoral (IFE). La Cámara de Diputados con mayoría calificada designaría por consenso a los que integrarían el órgano.
6. Una vez constituido, éste adquiere autonomía plena, pero en ningún caso se convierte en un poder superior a los demás. Queda sujeto a la obligación constitucional de fundar y motivar sus resoluciones y a la revisión de la justicia federal. Con su propio sistema compensatorio de exigibilidad y rendición de cuentas.
7. Este órgano autónomo se encargaría de fiscalizar la operación de todos los órganos de gobierno federal y ejercer las acciones correspondientes sin pasar por el Ministerio Público cuando ocurran desviaciones, fraudes o ilícitos. Pero su tarea fundamental es positiva y prospectiva, orientada a lograr transparencia, eficacia y eficiencia gubernamentales. El sistema deberá superar el control externo y a posteriori dirigido a descubrir maldades y castigarlas. Irá, sobre todo, a evaluar los procesos de toma de decisiones con capacidad para identificar rigideces administrativas y recomendar mejoras. También velaría por que se cumpla el derecho de información y se logre la mayor transparencia en la toma de decisiones. Deberíamos superar la visión de un cadalso. Quizás los partidos adversarios quieren demostrar lo inepto y corrupto que es el gobierno, pero el pueblo quiere que funcione bien.