Astillero ¤ Julio Hernández López

El semanario guerrerense El Sur vive una etapa de peligroso hostigamiento por parte de personajes que están indudablemente a sueldo del gobierno estatal.

La campaña oficialista coloca en una situación de grave riesgo a los periodistas de ese valiente medio, y en particular a su director, Juan Angulo, al igual que a reporteros como Maribel Gutiérrez, en tanto pretende asociarlos a las actividades del Ejército Popular Revolucionario (EPR), lo cual podría ser la preparación de una coartada para cualquier incidente contra los periodistas que cada semana detallan con profesionalismo la realidad guerrerense, siempre poblada de violaciones a los derechos humanos, abusos, torturas, injusticias, corrupciones y cacicazgos.

La animadversión oficial contra El Sur, que ha estado presente a lo largo de su historia, se incrementó en semanas anteriores, cuando el semanario publicó diversas notas informando de la fortuna del gobernador Angel Aguirre Rivero y la de sus familiares.

A partir de ese trabajo periodístico se desató la promoción de notas informativas pretendiendo vincular sobre todo a Angulo y a Gutiérrez con el EPR. La redacción de las notas no merece la reproducción en este espacio. Son meros desahogos viscerales y mescolanzas de datos intencionalmente mencionados para hacer entender que Angulo y Gutiérrez no son periodistas, sino guerrilleros embozados.

Tan pedestres tácticas resultan, además, increíblemente transparentes en cuanto a la voluntad política que las impulsa. La gran mayoría de los libelos mencionados se han publicado en los diarios denominados El Sol de Chilpancingo y El Reportero. Del primero es dueño Pedro Julio Valdés Vilchis, quien al mismo tiempo es director de comunicación social del gobierno de Angel Aguirre Rivero. Del segundo es dueño Andrés Campuzano, quien era delegado del gobierno de Aguirre Rivero en Acapulco para asuntos de comunicación y que ahora es el director de comunicación social del ayuntamiento de Acapulco que preside un primo del mandatario estatal.

Marginales y de escasa credibilidad, tales medios no han logrado inyectar en el ánimo de los guerrerenses la repulsa o la confusión que ayuden a llevar los enojos del verdadero autor intelectual de las agresiones impresas a terrenos físicos.

Por ello, se ha pasado a un periódico de mejor nivel como es el Diario 17. El pasado 9 se publicó un artículo denominado ``¿Periodismo encubierto o eperrista?'', firmado por Jorge Valdés Reycen, empleado de la dirección de comunicación social del gobierno de Aguirre Rivero. Valdés Reycen, quien hace crónicas de las giras del gobernador para boletinarlas a los diarios del estado, es además primo del director Valdés Vilchis. El Diario 17 es propiedad del diputado local priísta Fernando Navarrete, un empresario que apenas el jueves pasado ha anunciado el inicio de un ``Movimiento para el cambio'' que pretende postular como candidato del PRI a gobernador del estado al también diputado local Florencio Salazar, actual coordinador del Congreso estatal.

Si algo les llegase a suceder a los periodistas de El Sur, y en especial a Juan Angulo y Maribel Gutiérrez, ¿tendría usted alguna duda de quién fue el poderoso (y enriquecido) autor intelectual de, cuando menos, crear el ambiente propicio para cualquier agresión?

El rector Barnés, haciendo historia

Algunos miembros del Consejo de la Universidad Nacional Autónoma de México solicitaron el miércoles pasado, en una reunión de ese órgano directivo, que se guardase un minuto de silencio en memoria del estudiante Ricardo Zavala, uno de los muertos por balas militares en El Charco, Guerrero.

A pesar de que los promotores del minuto de silencio establecieron con claridad que tal acto no significaba un apoyo a los métodos de violencia armada que se usasen por motivos políticos, la mayoría de consejeros se opuso y evitó que se realizara.

El rector Francisco Barnés de Castro pronunció algunos conceptos altamente ilustrativos del espíritu que hoy rige en la máxima casa de estudios: ``Si guardamos un minuto de silencio por todos los universitarios distinguidos que mueren, nos la pasaríamos en silencio cada minuto de nuestras vidas'', reportó Adriana Díaz en El Universal.

María Esther Ibarra transcribió en La Jornada otro párrafo: ``La universidad no juzga si es procedente o adecuado lo que hacen sus miembros fuera de la institución, pero tampoco va a reconocer el trabajo de una persona, por bienintencionada que haya sido su misión, trabajo o ideología; no lo hemos hecho con nadie, por lo que no procede hacer un reconocimiento de esa naturaleza''.

Un año de perseverancia

El sábado recién pasado se cumplió un año de que un ciudadano mexicano está en espera de ser atendido por su Presidente.

Don Pedro Jasso Bravo, acompañado de otros que como él son miembros de la comunidad ejidal de San Juan de Guadalupe, ubicada en la ciudad de San Luis Potosí, ha pasado uno tras otro los días de todo un año plantado frente al Palacio Nacional, en demanda de audiencia. Junto a él, su compañero de trabajo y ahora de lucha: el ya famoso burro El Chaparro.

Lo que piden los comuneros de San Juan de Guadalupe, representados en el Distrito Federal por don Pedro, es el ejercicio de acción penal en contra de la banda conocida como Los juanes perreros, que ha vendido más de mil porciones de tierra comunal en complicidad con diversas autoridades potosinas y, además, que se convoque a asamblea a los comuneros originarios del lugar, conforme al censo legítimo levantado en 1950, para legalizar los órganos de dirección de la comunidad.

En esta ejemplar lucha, don Pedro ha sido especialmente acompañado por su hijo Margarito Jasso Menchaca y por los abogados y asesores de la comunidad, José Enrique González Ruiz y Silvia Valentinotti.

Un año de lucha, y la decisión de seguir adelante.

Astillas: Ya antes el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación había decidido que la asignación de un espacio legislativo cambiase de partido. En 1994, Juan Antonio Guajardo Anzaldúa fue candidato externo del PRD a senador de primera minoría en Tamaulipas. Los resultados preliminares del Instituto Federal Electoral señalaron que a este candidato le correspondía ocupar el escaño por haber superado con tres décimas de diferencia a la panista María del Carmen Bolado del Real. Con esa determinación inicial, Guajardo Anzaldúa ocupó durante tres semanas su lugar en el Senado de la República, pero el PAN pidió la revisión del caso y la Sala Superior del citado tribunal electoral decidió que la señora Bolado del Real era la verdadera ganadora. El PRD cumplió la determinación, Guajardo Anzualdo se retiró del escaño y Bolado del Real lo ocupó. Situación distinta es la de Yucatán en cuanto la resolución favorable a un candidato (el del PRI) fue emitida por los órganos electorales estatales y la revisión y corrección fue hecha por la instancia federal superior. Pero en ambos casos, el de Tamaulipas y el de Yucatán, la resolución federal era definitiva e inatacable, salvo que en el primer caso se acató el imperio de la ley y en Yucatán se le quiso enfrentar y derrotar... A propósito de las andanzas de don Arsenio Farell Cubillas, el entonces líder sindical del Sindicato Mexicano de Electricistas, Jorge Sánchez, llegó a platicar a periodistas el incidente en el que un trabajador de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro estuvo a punto de ser vertiginosamente despedido por haber cumplido la orden de cortar el servicio eléctrico de una casa en la que no se pagaba el consumo y que, curiosamente, era de don Arsenio.

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