Tres niños murieron en Belfast en un incendio provocado por extremistas protestantes
Afp, Dpa y Reuters, Belfast, 12 de julio Ť Tres niños católicos murieron esta madrugada en un incendio provocado que estalló en su vivienda, mismo que las autoridades locales atribuyeron a extremistas protestantes. Se trata de las primeras víctimas mortales de la violencia que durante la última semana azotó la provincia a raíz de la prohibición a la Orden de Orange, la mayor cofradía protestante norirlandesa, de recorrer barrios católicos en sus tradicionales desfiles.
La Comisión de Desfiles de Belfast reiteró hoy dicha prohibición, al tiempo que el primer ministro norirlandés, el protestante David Trimble, quien es además miembro de la Orden de Orange, pidió a la cofradía desistir de su intentos de que se levante la prohibición de que recorran sectores católicos.
Pero el vocero de la Orden, David Jones, reafirmó el derecho de los orangistas de llevar a cabo sus desfiles como lo han hecho los últimos 200 años, y afirmó que su organización ``no tiene más responsabilidad que los otros'' en la muerte de los pequeños.
Richard, Mark y Jason Quinn, de 10, nueve y siete años respectivamente, perecieron cuando estalló un incendio en su casa del pueblo de Ballymoney, de ``población mixta'', ubicado a 65 kilómetros de Belfast.
La madre de los niños y su compañero fueron rescatados con vida de la casa en llamas. Los pequeños eran católicos, pero asistían a la escuela protestante de la comunidad. Hace apenas unos días, desconocidos intentaron incendiar una casa vecina a la de la familia Quinn.
El jefe de la policía de Belfast, Ronnie Flanagan, dijo que se daba por un hecho que los autores del atentado eran extremistas protestantes, y afirmó que no se puede calificar de acto de desobediencia civil ``la muerte de tres niños que dormían en sus camas''.
El primer ministro británico Tony Blair aseguró que el incendio fue un ``acto de barbarie'', al tiempo que la ministra británica para Irlanda del Norte, Marjorie Mo Mowlam, instó a los protestantes a reconsiderar si insistirán en realizar sus desfiles después de la muerte de los niños.
El presidente estadunidense Bill Clinton envió un mensaje de condolencia por la muerte de los niños.
Insta Trimble a no desfilar
Por su parte, David Trimble, quien se había mantenido al margen de las tensiones sectarias, se dirigió hoy a la localidad de Portadown, de donde parten varios de los desfiles orangistas, e instó a la cofradía a distanciarse de las muertes de esta madrugada dejando de insistir en recorrer los barrios católicos en sus desfiles. ``Abandonen la colina de la iglesia de Drumcree y vayan a casa'', pidió el primer ministro.
Trimble se encuentra en una posición difícil desde que comenzaron las tensiones, pues aunque su partido fue uno de los primeros en apoyar los acuerdos de paz angloirlandeses del 10 de abril, él mismo es miembro de la Orden de Orange, y en años anteriores participó en sus desfiles.
Hace unos días Gerry Adams, líder del partido republicano católico Sinn Fein, que es además brazo político del Ejército Republicano Irlandés, criticó a Trimble por tratar de mantenerse al margen de las crecientes tensiones y no reunirse con líderes católicos de las comunidades que los orangistas insisten en recorrer.
Sin embargo, Jones, el vocero de los orangistas, afirmó que el derecho de su organización a llevar a cabo sus desfiles de la manera tradicional no tiene relación con las muertes, y afirmó que la logia no es la única responsable de la escalada violenta que se ha vivido en la última semana en el Ulster. ``Si no podemos desfilar y comienzan de nuevo las atrocidades, la culpa será de la Comisión de Desfiles'', afirmó Jones.
Sin embargo, por primera vez, otro importante miembro de la Orden, el pastor William Bingham, se manifestó en favor de acabar con las protestas orangistas al afirmar que ``quince minutos de marcha serían una victoria estéril bajo la sombra de los ataúdes de tres niños''.
En Drumcree, decenas de protestantes lanzaron piedras y bombas incendiarias contra las fuerzas de seguridad, y dos de ellos resultaron heridos por balas de goma al tratar de trepar las barricadas de concreto y alambre de púas que rodean la localidad. Este lunes, los orangistas pretenden celebrar uno de los desfiles más importantes de su temporada de marchas, que dura cuatro meses, y con el que se rememora la batalla en la que el rey protestante Guillermo de Orange derrotó a las tropas del monarca católico Jacobo II Estuardo en el sitio de Garvaghy Road.