La Jornada viernes 17 de julio de 1998

Fernando Benítez
Saqueo arqueológico

Es el colmo: Mireille Holsbeke, una de las etnólogas más reconocidas de Europa, nos revela el saqueo de piezas arqueológicas que está sufriendo México.

La investigadora del Museo de Etnología de Amberes puntualiza que prestigiadas familias de Europa y Estados Unidos decoran sus mansiones y castillos con figuras precolombinas de México que fueron saqueadas y traficadas al Viejo Continente por las mismas rutas del narcotráfico.

Y agrega: ``Éme espanta saber que, por ignorancia y falta de seguridad en los centros prehispánicos, grupos de coleccionistas y traficantes de arte despojen a la nación de este tesoro''. Para la investigadora, las piezas con mayor demanda son las originarias de culturas como las de Nayarit, Jalisco y Colima, aunque la mayor parte de las piezas que circulan provienen de las culturas azteca, olmeca y maya, señala.

A base de engaños y pagando cantidades irrisorias, los contrabandistas alquilan a saqueadores, muchos de ellos indios, que desconocen el valor de lo heredado por sus lejanos ancestros. Y en una operación que se repite constantemente, se dirigen a puntos como Veracruz, donde embarcan sus cargas hacia puertos de Bélgica y de ahí se trasladan a otros destinos.

Según la etnóloga, las autoridades mexicanas dicen que carecen de dinero para vigilar y mucho menos descubrir los tesoros arqueológicos, pero esto ``no es más que un pretexto para cubrir su ineficiencia''.

El 10 por ciento de este tesoro --en manos de unas cuantas familias extranjeras-- se exhibe actualmente en el Museo Etnográfico de Amberes. Y en palabras de Holsbeke aunque la procedencia de las piezas es ilegítima, la exposición fue la única forma de demostrar al mundo el robo a gran escala de la herencia del pueblo mexicano.

¿Qué debemos hacer? En primer lugar, disponer un aumento al presupuesto del Instituto Nacional de Antropología e Historia para que sus excelentes arqueólogos y antropólogos descubran y protejan las zonas arqueológicas. En segundo lugar, reclamar las piezas sustraídas ilegalmente de México. No debemos permitir que mientras los extranjeros se enriquecen con nuestros tesoros, nosotros nos empobrezcamos aún más.