La Jornada Semanal, 19 de julio de 1998
Es necesario poner el alma
La felicidad es un viento
Tal pensamiento cruza la tierra
Islas blancas en un mar de vino:
en un ansia perpetua de paisajes
y
conquistar los altos muros de piedra
con manojos húmedos de
flores.
que tensa las velas
mientras todos
perciben la dicha de Ulises,
cojo, cegatón y un poco
sordo,
feliz de romper las cadenas
y hundirse en el naufragio
dichoso
de nuevas sirenas.
y trae consigo mar y
montaña,
colinas ásperas y ensenadas quietas.
por ellas transcurre un sueño
llamado Helena.