Apremia Zedillo al EZLN a dialogar sin pretextos ni evasivas
Rosa Elvira Vargas, enviada, y Elio Henríquez, corresponsal, Ejido Quiringuicharo, municipio de Ocosingo, Chis., 23 de julio Ť Aquí es donde termina o empieza el país, según se vea. Y aquí también, el presidente Ernesto Zedillo pronunció hoy 44 veces la palabra diálogo. Lo pidió ya, ``directo, sin condiciones, sin evasivas, sin dilaciones y sin pretextos''. En abierta alusión al sondeo anunciado por el EZLN en relación con la iniciativa de ley indígena presentada por la Cocopa, aseguró que el proyecto que él turnó al Congreso, se sustenta en una extensa y auténtica consulta nacional y su contenido rebasa incluso lo acordado en San Andrés Larráinzar.
Dijo que ha pedido al Poder Legislativo someter a debate todas aquellas propuestas que existan en materia indígena, incluida la de su gobierno y aquellas que presentaron ``un respetable partido político y, por qué no, la que un grupo de legisladores formuló en consulta con el EZLN''.
La voluntad de dialogar --añadió-- no puede ni debe quedarse en las declaraciones, hay que probarla con los hechos. Ello debe darse en el marco de la ley, con la coadyuvancia de la Cocopa y manteniendo la continuidad pactada hace más de tres años en San Miguel. El diálogo y la negociación, sostuvo, no son contradictorios ni irreconciliables con la presencia de las instituciones de la República.
No ha habido ni habrá guerra...
Fue enfático al asegurar que en Chiapas no existe guerra. No la ha habido ni la habrá, y quien afirme lo contrario, apuntó, incurre en falsedad. Lo que aquí ha habido, de acuerdo con el mandatario, es un conflicto y la amenaza de la violencia, ``pero todo ello tiene solución''.
Una vez más, como cada vez que se refiere al conflicto chiapaneco, el Presidente estableció que el gobierno federal no cree en guerras entre mexicanos y mucho menos planearía provocarlas. ``El gobierno no planea ni ejecuta provocaciones''.
Discurso de 40 minutos, cuatro días después de emitirse la V Declaración de la Selva Lacandona, y en el que no se aludió a la Iglesia. Pero un discurso, sí, en el que Zedillo aseguró que su gobierno ha cumplido todos los acuerdos que ha suscrito.
Pero en cambio, habló de ``otros'', como quienes sí han hecho las provocaciones que ``tristemente han conducido al deceso de mexicanos y chiapanecos'', y son los mismos que persisten ``en esa percepción de que el gobierno quiere o planea guerras''.
Afirmó entonces que ``quienes propalan esa apreciación, lo hacen con la pretensión de convertirla en una profecía autocumplible, pero están equivocados o están bordando en el vacío sus propias fantasías''.
En este punto, primero marcado en la agenda de este día y al que llegó tras un vuelo de 40 minutos en helicóptero desde Comitán, el titular del Ejecutivo dijo: ``El gobierno de la República quiere y propone más: quiere y propone el diálogo ya'', y si en verdad se quiere, añadió, no hay justificación para postergarlo.
Para reforzar el apremio de reanudar conversaciones, el Presidente expresó que fue por esa vía y hablando con la verdad, como se lograron las reformas constitucionales para sentar las bases de la normalidad democrática del país; como se avanzó en el fortalecimiento del equilibrio republicano entre los poderes; como se impulsó la descentralización en el manejo de los recursos fiscales a estados y municipios, y como se pudo superar la emergencia económica.
La inmensa mayoría quiere el diálogo, afirmó. El gobierno lo ha practicado de una manera incluyente y mantiene su disposición de dialogar con cualquier persona u organización sobre el problema que sea, no importa su delicadeza. De ahí, dijo, que ``somos nosotros los que con hechos y no con declaraciones, hemos probado la voluntad al diálogo''.
Es una disposición --continuó diciendo-- acompañada de la mayor tolerancia, donde los únicos límites tienen que ser la ley, las obligaciones constitucionales del gobierno y su responsabilidad con todos los mexicanos. Pero además, en la atención de algún grupo específico, esta administración no puede olvidarse de cumplir los derechos y los intereses legítimos del resto de los habitantes del país.
Ernesto Zedillo dedicó además un amplio espacio de su mensaje para exponer que el gobierno se comprometió a enviar a las instancias de debate nacional, un proyecto de ley sobre derechos y cultura indígenas. Y ya cumplió, dijo, esa iniciativa está a consideración del Congreso y cumple con lo pactado, se sustenta en los acuerdos de San Andrés y se basa en una extensa y auténtica consulta nacional que fue acordada entre todos los partidos y que se realizó, ``trabajando como uno solo, por el Poder Legislativo y por el Poder Ejecutivo''.
Tal auscultación, continuó, se hizo en 33 foros estatales, en 120 encuentros con pueblos y comunidades indígenas en 18 estados del país y con más de 4 mil ponencias. La iniciativa del Ejecutivo --``desde nuestro punto de vista, por supuesto''-- rebasa incluso lo acordado y por su amplitud y alcances ``no tiene precedentes en nuestra historia''.
Esa propuesta se encuentra abierta, por disposición constitucional, al examen, a la discusión y al perfeccionamiento, ``como debe ser en toda democracia'', y tiene como únicos límites el respeto a la soberanía nacional, la preservación de la integridad territorial y de la unidad nacional, la observancia de las garantías y los derechos de todos los mexicanos y que cada persona y comunidad puedan integrarse plenamente en el desarrollo del país, ``si así lo deciden''.
Conversaciones sin protagonismos
Fue en ese punto cuando habló de la insistencia al Congreso para que se debatan todas las iniciativas existentes en la materia, y cuando dijo que la ciudadanía ha dicho sí al diálogo y a la negociación y ha rechazado la discordia y la violencia, se ha manifestado por el camino de la ley y los derechos y ha dado su negativa a la amenaza y a la ilegalidad. Conversaciones sin protagonismos, precisó.
El gobierno nunca ha ejercido un diálogo excluyente, destacó. Han sido otros los que se han excluido por propia decisión, dijo.
En el corazón de la región selvática Marqués de Comillas, que comprende casi 200 mil hectáreas en la porción suroriental de Chiapas, el Presidente se ocupó de otros temas. Revisó los programas de desarrollo de esta zona y de la Selva Lacandona, y afirmó que aun cuando falta mucho rezago por resolverse, en la entidad ya se advierten avances, sobre todo en comunidades indígenas, pero donde aquello aún no es perceptible es precisamente donde existe conflicto.
Habló también de los programas de desarrollo en esta importante zona, considerada reserva de la biosfera --y en la que, aunque no se citó, diversas voces señalan la presencia de narcotráfico--, pero no dejó de lamentar que pese a los esfuerzos gubernamentales, ``seguimos perdiendo todavía mucha más selva de la que estamos recuperando''. Así, admitió que hay partes de la Lacandona donde las condiciones son verdaderamente dramáticas y ofreció que a más tardar en un mes, se planteará a los habitantes de la región un proyecto más ambicioso de desarrollo sustentable, a fin de defender y recuperar los recursos naturales.
Se hizo eco además de demandas de remunicipalización que le plantearon, pues justamente Ocosingo, el segundo municipio más grande del país, tiene un millón 200 mil hectáreas y mil 200 comunidades. Para dar medida de su tamaño, desde el ejido donde se realizó la reunión hasta la cabecera municipal, se requieren ocho horas de camino.
Quiringuicharo es un ejido de migrantes, sobre todo michoacanos, que llegaron aquí hace casi veinte años como parte de un programa gubernamental para poblar la selva. Su eterna disyuntiva ha sido sobrevivir y no destruir este hábitat.
Pasado el mediodía, Zedillo llegó al ejido Nueva Independencia, del municipio de Palenque, donde revisó el avance del programa productivo agropecuario, y donde recordó que derivado de los acuerdos con 60 organizaciones agropecuarias, se han entregado más de 200 mil hectáreas y proporcionado apoyos para su desarrollo agrícola y pecuario.
Con casos como éstos, dijo Zedillo, ``les seguiremos demostrando a todos los chiapanecos, a todos los mexicanos, a todo el mundo, que con diálogo y en el marco de la ley, con buena voluntad y con mucho trabajo, sí podemos resolver los problemas''.
El primer mandatario del país cerró la gira de este día en San Cristóbal de las Casas, en un encuentro con artesanos a los que reiteró la oferta de apoyo gubernamental y les habló además de la necesidad de ser respetuosos de la pluralidad y de la diversidad.
Antes de llegar al salón donde se realizó el acto, en la Casa de la Cultura, el Presidente recorrió una muestra artesanal donde lucía la belleza y perfección de los textiles, la alfarería, el laqueado, las piezas de ámbar, la talabartería, la metalistería y la jarciería hechos por las manos chiapanecas.
Quien comentaba la muestra al mandatario le dijo que el contenido de la exposición podía consultarse en Internet. Ernesto Zedillo volteó hacia los reporteros y les dijo:
``Ya ven, el Internet también sirve para cosas positivas''.