La Jornada 23 de julio de 1998

Florentino Sevilla, adscrito a la Dirección de Reclusorios, contacto principal

Humberto Ortiz Moreno &3164; Florentino Sevilla, adscrito a la Dirección General de Reclusorios (DGR) y ex jefe de Vigilancia en los penales preventivos Sur y Norte, y una mujer custodio son, de acuerdo con pesquisas oficiales, los principales introductores de drogas a las cárceles capitalinas.

En consecuencia, las procuradurías General de la República y de Justicia del Distrito Federal los tienen ya ubicados y bajo investigación.

Con contactos en el bajo mundo del hampa, principalmente con narcotraficantes de Tepito, el actual funcionario de la DGR ha evadido la ley desde hace por lo menos 10 años, amparado por sus influencias y complicidades, y hasta hoy sigue dentro de la estructura penitenciaria.

El comandante de apellido Morán, al parecer jefe de Seguridad del Reno, sería uno de los funcionarios investigados como encargados de meter la droga en la ya conocida Brasilia despintada, vehículo detectado desde hace dos meses y medio en el Reclusorio Preventivo Norte.

Caso evidente del tráfico de drogas en los reclusorios es el relacionado con la detención de las hermanas Sanjuana y Rosa María Ortiz Saavedra, y de Gloria Saavedra Pérez, hija de la primera, quienes confesaron que metían mariguana durante los días martes y jueves de visita, mientras que el domingo introducían cocaína al Reno. En su captura les encontraron 37 kilogramos de la yerba.

Entregaban los paquetes al interno José Guillermo Jasso Manzanares, habitante del dormitorio 10, quien por cierto fue protagonista de la riña entre bandas rivales del Reclusorio Norte que derivó en la muerte de otro preso, el pasado martes 21.

Versiones opuestas

Testimonios de reclusos y personal al interior de las cárceles afirman que los privilegios y la corrupción no han acabado y, por el contrario, son hoy más fuertes, a contrapelo de lo que dicen las autoridades.

Por ejemplo, el pase de lista. Mamá le llaman al custodio que realiza esa función y hay que entrarle con él. Hay servidores públicos de esta área que llevan más de 15 años en los penales. Aún más, los vigilantes afirman tener comprado su espacio y presumen de hasta tenerlo ``escriturado''.

De acuerdo con investigaciones, el narcotráfico ha creado en los reclusorios toda una red de complicidades que ha llegado a importantes niveles de mando.

``Se vende mucha coca. Antes eran sólo pastillas o mariguana. Pero ya cambió la adicción'', revelan fuentes vinculadas a la vida intestina de los penales, que piden el anonimato para evitar represalias.

Nombres surgen en los testimonios: Rubén Aguilera, subjefe de grupo; Melesio Hernández, supervisor de gobierno, pero muy en especial el de Florentino Sevilla, contacto principal para introducir drogas a los penales. Actualmente está a disposición de la Dirección General de Reclusorios y, según denuncian, ``aventó tanto dinero que lo protegieron''.

La PGR y la PGJDF tienen abierta ya una averiguación previa en su contra y han citado a declarar a custodios e internos que han aportado importante información para acusar a los presuntos responsables.