La Jornada 23 de julio de 1998

Justo Mullor: error, discutir acerca del aborto; el castigo, excomunión: CEM

José Antonio Román y David Aponte Ť En medio del debate acerca del aborto, la Conferencia del Episcopado Mexicano señaló que todas aquellas mujeres que cometen este delito están excomulgadas de la Iglesia católica, pena que se aplica también a sus cómplices, sin cuya cooperación no se habría podido suspender el embarazo. Esta pena, consideró la CEM, demuestra la gravedad del acto y se hace para favorecer la conversión de quienes han cometido este ilícito.

En tanto, el nuncio apostólico Justo Mullor afirmó que el aborto es ``pecado''. Por ello, sería un ``error'' que la sociedad mexicana discuta la despenalización de esa práctica prohibida por Dios. Entrar al debate, agregó, sería presumir que el hombre y los gobernantes tienen poder sobre la vida.

Sostuvo que nadie tiene atribuciones para discutir sobre el derecho a la vida, ``ni las máximas autoridades ni las pequeñas autoridades''. Entrevistado en la Secretaría de Relaciones Exteriores, el representante de El Vaticano descartó por completo cualquier debate relacionado con la despenalización del aborto, como lo han propuesto autoridades de salud y sectores de la sociedad mexicana.

``El asunto no hay quien lo autorice, porque Dios lo prohibe. El quinto mandamiento es no matar, y el ser humano es ser humano desde la concepción. Ustedes mismos saben que el feto, si su padre muere, su madre tiene derecho a la herencia y la gran herencia de Dios es la vida.

``Francamente, es un tema, para mí personalmente, que considero un error discutirlo, porque es faltar, es suponer que el hombre tiene poder sobre la vida y el hombre no tiene poder sobre la vidaÉ'', manifestó.

--¿Hasta dónde llega la autoridad de las iglesias para intervenir en este tema?

--Las iglesias se fundan en la fe y en la palabra. No tenemos manera de impedir las cosas. Pero la fuerza de la palabra, no lo olviden, y ustedes son hombres de la palabra, es más fuerte que la fuerza de las ideas.

Mullor agregó que el aborto es un tema intratable para la Iglesia católica, porque atenta contra uno de los diez mandamientos.

Respecto de la excomunión, la CEM señaló que ésta se establece con claridad en los cánones 1398 y 1329 del Código de Derecho Canónico, que facultan exclusivamente al obispo o sacerdote que él designe, la decisión de absolver dicha pena. Reiteró que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave y ninguna circunstancia ni ninguna ley puede hacer lícito este crimen, contrario a la voluntad de Dios.

A su vez, la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar, mediante un comunicado, señaló que no hay ley o institución que pueda sustentar el aborto, y si alguien pretendiera proponer o promover esta cultura de la muerte, se ubica contra la razón y la misma legalidad ya que la propia Constitución mexicana protege el valor de la vida desde su concepción.

``Promover, pues, una acción contraria al respeto a la vida, es situarse fuera del marco constitucional y del ámbito de lo razonable, motivo por el cual es un escándalo que funcionarios que se supone que deben proteger la vida en México, irresponsablemente hagan declaraciones contra la vida del más débil: el niño no concebido y no nacido'', señala el documento episcopal, en clara referencia al secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente.

En tono por demás duro y crítico, la comisión episcopal destaca que ya no se puede negar que en México hay una cultura de la corrupción, fruto del egoísmo y la negación de la solidaridad más elemental. ``Muchos malos funcionarios, personas o instituciones han saqueado las riquezas materiales del país, condenando a muchos mexicanos a vivir la agresión de la miseria y el hambre. Pero es el colmo que ahora quieran saquear la riqueza de los valores mexicanos promoviendo intereses, ideas o planteamientos contra la vida del ser humano, contra la identidad y vocación natural de los esposos y de la familia.''

Considera que desde hace muchos años la educación ha caído en manos de personas que no aman la vida y, por lo tanto, no se interesan por el verdadero significado humano de la sexualidad, del matrimonio y la familia. Han implementado una educación en contra de la dignidad de la propia persona y hasta las instituciones de la nación se han asociado para promover esta cultura de la muerte.

Así, al promover entre hombres y mujeres los anticonceptivos y una mentalidad abortista, se ha educado al pueblo de México para el egoísmo y se le condena a un fatal ``invierno demográfico'' que pone en peligro la soberanía de la nación frente a intereses internacionales. Reitera que el aborto es dar muerte a un ser humano, y es tanto más grave en cuanto se realiza contra el ser más indefenso: el niño no nacido, además de que con frecuencia lo hacen aquellos que tienen la responsabilidad de velar por sus derechos, el primero de los cuales es la vida misma: la madre, el padre, los médicos, las enfermeras, los funcionarios y las instituciones en todos los niveles, que se supone deberían promover la salud y el bien de los ciudadanos.

En estos momentos, agrega, ya hay que hablar de una reeducación de los mexicanos hacia los valores de la vida, el matrimonio y la familia, de la paternidad responsable, así como de la responsabilidad hacia toda vida y el medio ambiente. Hay que denunciar a las corrientes de pensamiento, grupos o personas que, valiéndose de cargos o encomiendas de servicio que se les ha dado, han traicionado la cultura de la vida, patrimonio de México, dice el texto suscrito por el presidente de la comisión, Francisco Javier Chavolla, y los obispos integrantes de la misma.