La Jornada 24 de julio de 1998

Los ``delincuentes disfrazados salen de la sociedad'': subjefe del Estado Mayor de la SSP

Humberto Ortiz Moreno Ť Las 22:00 horas del pasado domingo 19 de junio marcaron el destino de tres jovencitas que paseaban por el rumbo de Xochimilco y descubrieron, según las propias palabras de jefes policiacos, que en las filas de la corporación hay ``delincuentes disfrazados'' de policías.

Hasta ayer, 18 elementos de la Policía Montada en Tláhuac habían sido detenidos como presuntos responsables de los delitos de violación, abuso sexual y privación ilegal de la libertad, nueve de ellos plenamente identificados por las víctimas y los restantes retenidos en las oficinas del Estado Mayor Policial para su investigación.

De hecho, los tres turnos del Agrupamiento, compuesto por 32 uniformados a caballo, resultarían desmantelados si se comprueba que todos participaron en el ultraje a tres muchachas de 18, 15 y 13 años de edad. Esta es, según datos aportados por las autoridades con base en las declaraciones de las afectadas, la historia de la infamia:

De súbito, un camión de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se detuvo frente a las tres jovencitas que paseaban por Xochimilco. Del vehículo bajaron varios uniformados y violentamente las obligaron a subir.

Sin mediar explicaciones, sólo insultos, los policías habían secuestrado a dos menores y una muchacha de 18 años para llevarlas a su base ubicada en Eje 10, sin número, en el Pueblo de Santa Catarina, perímetro de Tláhuac, y someterlas a cuatro noches de tortura, abuso sexual y humillaciones.

No sólo les exigieron prepararles la comida y atenderlos en cuanto quisieran, sino que violaron a las dos chicas de 13 y 15 años y, por si fuera poco, en cuanto abandonaron su turno las dejaron en manos, presuntamente, de sus compañeros de otros dos turnos --24 en total-- que habrían abusado igualmente de las víctimas.

La mayor aprovechó que los criminales con uniforme prefirieron a las pequeñas y corrió para encerrarse en una de las habitaciones del cuartel. Nadie pudo sacarla. Y allí se quedó sin poder hacer nada por sus amigas.

Quizá no lo hubieran contado, de no ser porque la joven tuvo una oportunidad de huir en un descuido de los captores. Entre la 1:00 y 1:30 del jueves 23, la muchacha abrió la puerta y salió corriendo del lugar.

De quién sabe dónde aparece una patrulla y ella, semidesnuda y aterrada, cuenta parcialmente el problema. Los policías comunican por radio la denuncia al puesto de mando que, de inmediato, dispone un operativo R-8 para capturar a los violadores, quienes al enterarse de que una de sus víctimas escapó dejan en libertad a las dos menores, quizá pensando que nadie los acusaría y quedarían impunes.

En menos de una hora, nueve de ellos son capturados y detenidos en las instalaciones del Estado Mayor Policial. Más tarde son remitidos al Ministerio Público especializado en delitos sexuales y allí los identifican. Pero hay más. Otros nueve estaban desde la mañana de ayer encerrados en las instalaciones del Estado Mayor Policial, puestos a disposición por el director de Agrupamiento a Caballo, Nicolás Arce Ponce.

Inspección ocular

``Es una vergüenza para la Secretaría de Seguridad Pública'', externó el subjefe del EMP de la SSP, David Almada Gallardo, quien junto con la subprocuradora Sara Cartagena encabezó la rueda de prensa para presentar a los primeros 9 detenidos.

La funcionaria informó que en las próximas horas serán presentados ante el MP los demás policías implicados. La representación social hizo una inspección ocular en el lugar de los hechos, en busca de evidencias, e hizo una lista del personal adscrito a la Policía Montada.

La directora de Investigación de Delitos Sexuales, Dulce María Villada Navarro, anunció que pedirá al juez la pena máxima de 50 años de prisión para los malos elementos policiacos. El MP tiene hasta las 17:00 horas de hoy para consignar a los primeros nueve acusados ante el juzgado 6 penal de turno.


Humberto Ortiz Moreno Ť David Almada Gallardo, subjefe del Estado Mayor Policial de la SSP, responsabilizó a la sociedad y a los medios de comunicación de los delincuentes ``disfrazados'' de policías enlistados en la institución, porque de la misma gente ``se alimenta'' la corporación.

Reconoció que no existen los filtros necesarios para contratar personal psicológica, educativa y sociológicamente sano, pero anunció que la Contraloría Interna tendrá que reestructurar los mecanismos de contratación de elementos.

``Estoy hablando de hacer un alto en el camino, revisar todos nuestra participación y que no sean los actos aberrantes o monstruosos los que nos den un asterisco (sic) para platicar...''.

En algo que más parecía una confrontación verbal que entrevista, el funcionario de la SSP refutó las preguntas de los reporteros sobre el caso de los 18 uniformados de la Policía Montada de Tláhuac que violaron a dos menores y abusaron sexualmente de una mujer de 18 años. Dijo que igual que en la policía también en la sociedad hay violadores. Es más, invito a los periodistas a visitar el cerro de Santa Catarina donde, aseguró, hay muchos de ese tipo de delincuentes.

--¿Cómo es que ingresaron a la policía estos sujetos?

--Eso velo en recursos humanos.

--¿Entonces esa área tiene la culpa?

--Yo no hablo de culpas, m'ijo. Yo creo que la culpa la tiene un poco tú, yo y la sociedad completa en estos casos.

Estaba ya en plan agresivo y los comunicadores le refutamos:

--Señor, nosotros no contratamos ni pusimos uniforme y placa a los policías violadores...

--Tus preguntas son un poquito capciosas. Yo no culpo a la sociedad. Te culpo a ti y yo (sic). Ya les dije que pregunten a recursos humanos...

--¿No se les hace un examen a quienes van a salvaguardar la seguridad de los ciudadanos?

--Tenemos muchas cosas que platicar sobre eso, pero creo que no es el momento.

De todas formas, Almada Gallardo rechazó practicar a los policías preventivos cualquier examen psicológico. Y es que, justificó, uno de los mecanismos de contratación y ``alimentación'' de la corporación es la propia población.

``Yo invitaría a ver si 100 o 200 preparatorianos lasallistas quisieran darse de alta en la policía...''.

El jefe policiaco se detuvo finalmente y encaró a los reporteros. Desgranó sus argumentos: ``En siete meses que tenemos de barrer con muchas cosas ha sido muy difícil. Cambiar los métodos de reclutamiento no es fácil. Reeducar algo que ya estaba educado es algo muy difícil. Si usted quiere que yo cambie la mentalidad de alguien que ya tiene cinco años dentro, me la pone un poco difícil. Yo estoy haciendo mi papel. Alguien puede tomar esto como si fuera un pretexto para empujar a lo que no es ni siquiera lógico (sic)...''.

Buscó reconciliarse con la prensa:

``Les voy a decir una cosa muy especial, y eso va sobre mi responsabilidad: si nosotros contamos con ustedes en buena lid, creo que podemos mejorar mucho este tipo de cosas. Ni psicológicamente, ni físicamente, ni intelecualmente, estamos como quisiéramos. Para allá vamos. Pero, dígame usted, si no nos alimentamos de la propia sociedad...''.

Y, finalmente, el raspón a pasadas administraciones: ``Quienes han llegado allí para educarse hablan de vocación, de lineamientos; tenemos mucha gente que ahora es experta en esto. Pero cuando vieron los hechos y tuvieron la oportunidad no lo hicieron...''.