La Jornada 26 de julio de 1998

Compañeros de acusados de corrupción obstruyen la justicia: funcionario de la PGJDF

Humberto Ortiz Moreno Ť Prolifera en las corporaciones policiacas una coalición de funcionarios para evitar que los elementos corruptos sean castigados, advierte Hugo Leonardo Vera Valenzuela, en momentos en que 8 de los 9 policías del Agrupamiento a Caballo fueron consignados ante el juez 47 penal por haber violado a dos menores de edad y abusar sexualmente de una joven de 18 años, y nueve más podrían ser enviados al reclusorio hoy por la tarde.

Encargado de la Dirección General con el nombre más extenso de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, que es la de Investigación de Delitos contra el Honor, Responsabilidad Profesional y Relacionados con Servidores Públicos, pero también la peor vista dentro de las estructuras de las policías capitalinas, el funcionario no ve nada fácil su encomienda de limpieza en la institución.

Habla con La Jornada de los graves problemas para integrar las averiguaciones previas en contra de empleados presuntamente corruptos, del nivel que sea, desde el más bajo hasta altas jerarquías, porque ``es cosa común'' en los cuerpos policiacos que, para acreditar la calidad del acusado, se solicite el nombramiento al área en que está adscrito.

Sin embargo, deplora, en la mayoría de los casos los mandos no los envían y hay que insistirles, machacarles.

Además, abunda Vera Reyes, es necesaria la declaración de otros policías para determinar la conducta delictiva atribuida al indiciado, pero casi siempre se niegan a acusar a sus compañeros y aseguran no saber nada del asunto.

Explica que cuando un policía presunto delincuente está en el área de detenidos y la víctima tiene que identificarlo, llegan al lugar por lo menos cinco o seis uniformados o agentes que, con su sola presencia y sin siquiera decir palabra, a miradas, intimidan a los afectados.

Todo esto ha dificultado las investigaciones para castigar a los servidores públicos curruptos, lamentó en una entrevista con este diario, en la que muestra expedientes, nombres y los delitos que más caracteriza a dicho personal.

A petición del reportero, Vera Reyes pondera la determinación del procurador Samuel del Villar de ordenar que todos los empleados de la PGJDF protesten decir verdad y declaren patrimonio y antecedentes penales, si es que los tienen.

Reconoció que en este proceso, al menos dentro de la Policía Judicial del Distrito Federal, muchos pueden mentir porque, posiblemente, han incurrido en conductas ilícitas, pero han logrado evadir la acción penal.

Por eso, confiesa, ``mi contacto con la Policía Judicial no es muy agradable, ya que su personal entiende que verme por allá es porque hay conflicto...''.

El funcionario garantizó que la PGJDF procederá en contra de los empleados corruptos no sólo de administraciones pasadas, sino también de la actual. ``Corrupción puede haber en todos los gobiernos, incluido éste'', insiste Vera Reyes.

Vehemente, sostuvo que en la actual gestión no serán solapadas conductas delictuosas. Precisó que las más comunes son abuso de autoridad, extorsión y cohecho, pero muy en especial la coalición de servidores y el ejercicio indebido del servicio público, que son las que más dolores de cabeza producen a la autoridad.

Admitió que este tipo de anomalías ocurre con mayor frecuencia en la Procuraduría de Justicia capitalina. ``Como en todos lugares, hay funcionarios buenos y malos, pero trataremos de quedarnos con los mejores posibles''.

Hugo Vera estableció que ser servidor público no es un privilegio para delinquir y esta premisa tiene que enraizarse en la institución.

No obstante, está consciente de que habrá de enfrentar resistencias. Y es que el verdadero problema, explica, es la integración de averiguaciones previas contra los malos servidores públicos, porque nadie vio nada o incluso hay pretensiones de que en su momento el denunciante no identifique al agresor por la vía de la presión, tanto psicológica como física.

Otro caso común es que cuando un ciudadano acusa a un empleado de barandilla de cohecho, todos los demás que rodean a este funcionario ``nunca vieron nada, porque están de acuerdo, con un sentimiento equivocado de compañerismo...''.

Hugo Vera Reyes asume que la estructura de la Procuraduría de Justicia del DF está realmente en el ojo del huracán y ``tenemos que aceptar las críticas''.

Por ello, está de acuerdo con las declaraciones bajo protesta de decir verdad, porque surtirá dos efectos claros:

``Que la gente se sienta tan segura en cuanto a que su conducta no le va a acarrear problemas y que, si declaró bajo protesta de decir verdad y falseó declaraciones, sepa que el Ministerio Público probablemente ejercitará acción penal en su contra...''.