De la Fuente: nunca convoqué a una consulta nacional sobre el aborto
Fabiola Martínez Ť El gobierno de la República ``nunca ha convocado a una consulta nacional en torno al aborto'', señaló el secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente. A poco más de una semana de haberse pronunciado a favor de un debate en torno a este tema, dijo que la discusión --que hizo reaccionar a diversos sectores de la población-- no ha sido estéril.
``Hoy existe mucho más conciencia social de la naturaleza de este problema de salud pública... hemos escuchado con respeto y tolerancia los diversos puntos de vista sobre el particular y creo que hemos dado muestras muy claras de respeto y tolerancia'', expresó.
En tanto, la consultora en salud reproductiva de la Organización Panamericana de la Salud, María Ferraz, y el director de la Facultad de Medicina, Alejandro Cravioto, se manifestaron a favor de que se abra el debate en torno al aborto en México, al ser éste un grave problema de salud pública.
Cravioto se refirió a una encuesta aplicada recientemente entre las alumnas de la Facultad de Medicina, con el fin de investigar la magnitud del problema entre las jóvenes universitarias. De una muestra aplicada a 600 estudiantes, 42 de ellas dijeron haber estado embarazadas y sólo nueve decidieron tener a sus hijos.
Por eso, la facultad ha puesto en marcha diversos programas informativos de cómo prevenir embarazos. ``Lo que queremos es que mujeres y hombres sepan cómo usar los anticonceptivos, el condón. Si tienen relaciones sexuales antes del matrimonio, es necesario que las estudiantes sepan cómo no embarazarse'', dijo.
Evitar embarazos no deseados
Al término de la segunda reunión ordinaria del Consejo Nacional de Vacunación, De la Fuente sostuvo que las declaraciones del secretario de Gobernación, Francisco Labastida, de que el debate sobre la legalización del aborto no está en la agenda del gobierno, ``es correcta. Lo que yo dije hace unos días refleja que el aborto es un problema de salud pública que no podemos negar que exista''.
En entrevista, el funcionario sólo aceptó contestar una pregunta y abordó inmediatamente su vehículo. Insistió en que todas las voces que se han expresado sobre el tema en cuestión están de acuerdo en que es necesario prevenir el aborto. ``Esto quiere decir que hay que seguir trabajando para evitar los embarazos no deseados, y yo creo que por ahí debemos de irnos'', expresó.
El subsecretario de Prevención y Control de Enfermedades de la Ssa, Roberto Tapia Conyer, insistió por su parte en que se debe oír a otros grupos, ``escuchar con tolerancia y estar en un proceso de recepción de estos comentarios''.
En entrevista por separado, Cravioto consideró que la mortalidad por abortos mal practicados (mil 500 por año, según estimaciones de diversos organismos) sólo disminuirá cuando los legrados uterinos se practiquen en lugares limpios y por gente entrenada para esta operación. ``Creemos que las mil 500 muertes al año derivadas de un aborto mal practicado son una razón justificada para señalar que ese asunto debe pensarse y debatirse de una forma abierta para alcanzar una decisión al respecto''.
Sobre la participación de los médicos, el director de la facultad señaló que éstos sólo tienen que tomar una decisión: practicar o no el procedimiento. El especialista no juzga a la mujer ni el hecho, sencillamente determina realizar un aborto o no, lo demás es decisión de la mujer o de la pareja, indicó.
A su vez, la representante de la Organización Panamericana de la Salud comentó que cuando el aborto fue despenalizado en Estados Unidos, las tasas de mortalidad por esta causa descendieron considerablemente.
Por otra parte, durante la Segunda Conferencia Nacional sobre Maternidad sin Riesgos en México, Jill Sheffield, secretaria de la Iniciativa Global para una Maternidad y representante de la organización Family Care International, sostuvo que en México ``el aborto cuesta al sector salud 50 millones de dólares cada año''.
Añadió que en nuestro país mueren cada año mil 300 mujeres por complicaciones en el embarazo. Así, mientras que en Suecia las probabilidades de que una mujer fallezca por esta circunstancia es de una de cada 8 mil 700, en México muere una de cada 220. Ante esto, los gobiernos deben destinar más recursos para garantizar el derecho de planificación de los embarazos y acceso a servicios de calidad, concluyó.