Cualquier medida retomada debe adaptarse al tamaño del DF, opina Robles
Ricardo Olayo Ť Las primeras enseñanzas del intercambio con los alcaldes indican que algunas experiencias podrían adaptarse a la realidad de la ciudad de México, pero tendrá que dimensionarse el tamaño de la capital, indicó la secretaria de Gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles.
Por lo pronto, el delegado en Venustiano Carranza, Ramón Sosamontes, dijo que ve con buenos ojos la posibilidad de dejar de vender alcohol a las 10 de la noche en las zonas no turísticas, como se hizo en Bogotá, Colombia para disminuir el índice de violencia.
En los llamados giros negros podría aplicarse la prohibición, indicó el funcionario, quien asistió a la sesión de trabajo efectuada ayer en el seminario internacional Participación ciudadana, gobernabilidad democrática y cultura de paz.
Otro de los probables puntos de coincidencia, es el de la prohibición total de venta de explosivos, que en el caso del Distrito Federal podría canalizarse en la firma de convenios con los pueblos que trabajan con pólvora, para restringir su uso a juegos pirotécnicos.
Explicó que otra de las experiencias relatadas y que son dignas de tomar en cuenta es la de descentralizar el mando a los delegados políticos.
Al respecto, otro de los asistentes del gobierno del DF a los trabajos, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Rodolfo Debernardi, comentó que esa propuesta se puede analizar a fin de lograr la descentralización del mando, pero no adelantó resultados.
Rosario Robles dijo a su vez que en el DF se ha avanzado hacia un esquema de seguridad, parecido al de vigilancia que se aplica en otras ciudades.
Para el titular de la SSP, se puede analizar la descentralización del mando, y para Rosario Robles, la policía de barrio es digna de analizar. Indicó que se tiene que tomar en cuenta que México es una ciudad de mayores dimensiones que el resto, por lo la adopción de medidas es un asunto delicado.
En conferencia de prensa para dar cuenta de los trabajos del seminario, Robles, indicó que el enfoque de la inseguridad no debe ser sólo policiaco, sino como un tema integral, y planteó la necesidad de promover una nueva cultura ciudadana.
Explicó que en el DF se requiere avanzar en la descentralización efectiva como primer paso para empezar a cambiar las relaciones del gobierno con los ciudadanos. Muchas de esas experiencias se expresaron en el encuentro, pero en todo momento se tiene que tomar en cuenta la dimensión de la ciudad de México, que como la definió el director general de la Unesco, Federico Mayor, ``es la más grande del mundo''.
A su vez, Jorge Nieto, principal organizador del encuentro por parte de la Unesco, dijo que en América Latina, se tiene que recuperar la moral y el respeto por los demás. Destacó que si bien la región no es la más pobre, sí es la más desigual, ``y eso es una vergüenza''.
Nieto destacó la experiencia contada por los representantes de Bogotá, que lograron disminuir los índices de violencia.
Daniela Pastrana Ť Para Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá, Colombia, que redujo en un 30 por ciento los índices de criminalidad durante su gestión, la clave para la solución a la delincuencia no está en la represión policiaca, sino en la definición de estrategias y metas gubernamentales.
``El gobierno debe saber qué quiere reducir'', dice el representante colombiano. En Bogotá, agrega, la prioridad fundamental ha sido la defensa de la vida, y en ese sentido se plantearon las estrategias de su gobierno.
Mockus sabe de lo que habla. El homicidio fue el rubro de delitos que más disminuyó en su gestión --la tasa por año bajo de 72 a 51 por cada 100 mil habitantes--, seguido del asalto a bancos.
En entrevista, realizada en el marco del seminario internacional de alcaldes de América Latina y el Caribe, el ex rector de la Universidad Nacional de Colombia y alcalde mayor de Bogotá de 1995 a 1997, explica las líneas fundamentales de su estrategia de seguridad: una campaña masiva de despistolización voluntaria de la ciudadanía, la prohibición de la pólvora, alianzas con los diferentes sectores de la sociedad, y la promoción intensiva de acciones preventivas para problemas como la violencia intrafamiliar.
Todo, con la participación activa y fundamental de la Iglesia, como medio de penetración en la sociedad, el aprovechamiento de los medios de comunicación para difundir las acciones --para lo que se destinó el 3 por ciento del presupuesto--, y la construcción jurídica de estrategias gubernamentales.
Sin embargo, reconoce que para llegar a esos niveles de concientización ciudadana es necesario primero la moralización del gobierno y modificar los esquemas de vida de las zonas marginadas. Concluye: ``Un gobierno con autoridad, no rodeado de corrupción, ayuda a fijar reglas transparentes y confiables''.
El ambulantaje en Lima
Las autoridades de Lima, Perú, se olvidaron de la policía para resolver el problema del comercio informal. Y en un año lograron reubicar a 30 mil ambulantes que trabajaban en el centro de la capital cuzca desde hace más de 20 años.
La fórmula, explica Manuel Masías Oyaguren, presidente de la Comisión de Asuntos Legales de Lima, fue ``dejar de lado la parte policial y atacar por varios frentes con base en estudios de grupos focales de interés y de la demanda''.
Pero sobre todo, el gobierno de la capital peruana acorraló a los comerciantes al enfrentarlos a la oposición ciudadana.
``Se hicieron encuestas de opinión y se puso al grupo frente al sentir de la ciudadanía,'' asegura el representante peruano.
``El planteamiento que se les hizo fue: la ciudad que te prestó la calle 20 años te la pide ahora, porque la mayoría de la gente dice que no te quiere aquí. Y claro, agrega, también hubo que apoyarlos, acercarlos al crédito, hacerles publicidad, porque de lo que se trata no es de echarlos, sino de reubicarlos''.