EL WTC, A BANCOMEXT; LA PERDIDA, AL FOBAPROA
Laura Gómez Flores Ť A partir de ayer, el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) se convirtió en el socio mayoritario del World Trade Center (WTC), al recibir en pago por parte de la empresa Escala Internacional, propietaria del proyecto, el Centro Internacional de Convenciones, las oficinas no vendidas de la torre con una superficie superior a los 44 mil metros cuadrados, el derecho de uso de los mil 477 cajones de estacionamiento aún no vendidos, y activos adicionales por 2.5 millones de dólares, con un valor contable a mayo de 270 millones de dólares.
De esta forma, Bancomext rescata el WTC del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), con un valor de 493.9 millones de dólares, y establece un nuevo organigrama donde se convierte en el dueño de 95 por ciento del proyecto, mientras Escala Internacional y los propietarios de las oficinas se quedan con el resto.
Enrique Vilatela Riba, director general de la institución, explicó que con esta dación en pago se liquida completamente la deuda contraída por la empresa con Bancomext, que se convirtió en su único acreedor bancario al adquirir los pasivos del Fobaproa por un importe de 429 millones de dólares, que adicionados a los 64.9 millones pactados con el banco, daban un total de deuda bancaria de 493.9 millones de dólares.
Sin embargo, aclaró que de esos pasivos sólo 280.1 millones de dólares correspondieron a capital recibido por la empresa --accionista del Grupo Gutsa-- y el resto a la acumulación de intereses. Indicó que la pérdida generada por esta operación fue absorbida por el Banco Mexicano (su dueño original), el Fobaproa, sus accionistas, y en menor escala por la institución, pese a haber logrado un importante descuento del fondo al adquirir la deuda del WTC.
En conferencia de prensa, el funcionario precisó que Escala Internacional continuará como empresa en marcha, con sus actuales accionistas y en posesión del terreno para terminar el desarrollo de un centro comercial y un hotel con 500 habitaciones y estacionamiento, con los que en su oportunidad hará frente a los acreedores no bancarios, y en los cuales Bancomext no participará.
En su lugar buscará optimizar el flujo derivado de los activos que recibe y analizará las mejores opciones para su desarrollo. ``La institución tomará posesión de estos activos y posteriormente estudiará la posibilidad de que sean vendidos, aunque no queremos apresurar la venta ni malbaratarlos'', dijo.
Confió en que la posesión de estos activos --95 por ciento del proyecto-- representen un buen negocio, porque Escala Internacional ``lamentablemente perdió''.
Vilatela Riba precisó, en otro aspecto, que las oficinas en venta quedarán en manos de sus actuales propietarios, mientras para las que están en renta se buscará algún mecanismo de negociación. La administración del Centro Internacional de Convenciones continuará también en manos de sus operadores para no obstaculizar el desarrollo de los eventos programados, así como el estacionamiento.
Funcionarios de primer nivel, en el escándalo
En febrero de este año, Escala Internacional anunció la segunda fase de construcción del WTC, consistente en un conjunto comercial con salas de cine y un hotel de 500 habitaciones con estacionamiento que empezaría a funcionar en 1999. Las quejas de los vecinos por las obras a realizarse provocaron que la delegación Benito Juárez interviniera en el asunto.
Superada esta situación, el escándalo comenzó cuando fueron enviados al Fobaproa pasivos por 424 millones de dólares, cuyo principal accionista, Juan Diego Gutiérrez Cortina, suspendió el pago del servicio de su deuda a los bancos por más de tres años. Así, el Fobaproa asumió 235 millones de dólares en pasivos que Gutsa adeudaba en créditos otorgados para desarrollar el WTC, y que eran parte de los 424 millones.
Posteriormente, Gutiérrez Cortina presentó una oferta por 100 millones de dólares para recuperar el proyecto, pero no lo logró, mientras Francisco de Paula León Olea, promotor original del proyecto, acusó al Grupo Gutsa de haber sido beneficiado por Guillermo Ortiz Martínez, actual gobernador del Banco de México.
Según su versión, no solo él sino varios accionistas del WTC fueron obligados en mayo de 1992 por el entonces subsecretario de Hacienda, Guillermo Ortiz Martínez, a vender sus acciones a un precio menor al tasado a Gutiérrez Cortina (quien fue recomendado por Pedro Aspe en virtud de sus vínculos políticos y familiares), so pena de que el inmueble fuera expropiado y se castigara a quienes se opusieran.
Así, ante el problema generado entre los diferentes partidos políticos y sectores sociales por la aprobación de una iniciativa de ley que permita transferir los pasivos del Fobaproa a deuda pública interna, el Bancomext ``rescata'' el WTC con un valor en el fondo de 493.9 millones de dólares.
De esta manera, los dueños del proyecto serán: Bancomext, con cerca de 95 por ciento; Escala Internacional con una participación menor, al ser sólo dueño de un terreno, y los propietarios de las oficinas ya vendidas.
Confianza de Bancomext
El director del Bancomext aclaró que la institución no había intervenido antes porque no era el acreedor mayoritario, pero al adquirir la deuda del Fobaproa con un alto descuento y la posibilidad de recuperar un monto importante de lo que prestó, determinó echar a andar el proyecto, el cual confía que será un buen negocio a futuro.
Mencionó la posibilidad de participar en otras empresas con este tipo de operación, ``pues es importante desahogar el tema del Fobaproa y dar salida a los activos que se tienen. El WTC no es el único proyecto para Bancomext, pero sí es el más grande''.
Respecto a la demanda que presentó León Olea, dijo desconocerla porque se hizo ``cinco minutos antes de que los jueces salieran de vacaciones, pero en el momento que tengamos información al respecto se las daremos a conocer'', agregó.