La Jornada 31 de julio de 1998

Mueren menos madres si el aborto es legal: OMS

Kyra Núñez, especial para La Jornada, Ginebra, 31 de julio Ť La Organización Mundial de la Salud (OMS ) ``no hace la apología del aborto para que ciertos países cambien sus legislaciones aunque la evidencia muestra que cuando el aborto es legal, el índice de mortandad materna declina'', sostiene la directora general de este organismo, Gro Harlem Brundtland. Advierte que independientemente de que se prohíba o se permita, su práctica tiene consecuencias negativas, por lo que debe ser debatido.

En entrevista para La Jornada, la ex primera ministra de Noruega y directora general de la OMS a partir del 21 de julio, se muestra dispuesta a dar su opinión sobre el aborto y de entrada recuerda que en la Conferencia de El Cairo (1994) sobre Población y Desarrollo se llegó al consenso de otorgarle un espacio entre los temas de importancia para la salud de la mujer.

``La posición de la OMS y la mía en lo personal es que todas las mujeres que recurren al aborto deben obtener el tratamiento médico y social adecuado para evitar los efectos negativos que provoca, sobre todo los legales.

``No importa el tipo de legislación que se tenga, la realidad es que los abortos siguen practicándose y las consecuencias desde el punto de vista de la salud y de los presupuestos de este sector a nivel social siguen siendo negativos.

``El debate sobre el aborto debe asumirse con seriedad para evitar las repercusiones negativas. Ciertamente para muchos países representa una de las encrucijadas más sensitivas, pero no podemos cerrar los ojos ante la realidad, sobre todo porque incide directamente sobre las tasas de mortandad femenina; miles de mujeres -unas 600 mil- mueren al año, sobre todo en los países en desarrollo, por causa de abortos mal practicados en condiciones clandestinas y miles más sobreviven con un impacto determinante; muchas quedan infértiles y acarrean problemas en su salud mental por lo traumático de la experiencia. Este tema también se discutió en El Cairo.''

Brundtland continúa: ``La OMS considera dos aspectos del aborto: donde está permitido debe tener todas las garantías de seguridad. Donde no lo está, las mujeres deben ser atendidas por los centros de salud, ya que recurren a ellos por las consecuencias posaborto.

``En ambos casos los gobiernos debe tener la responsabilidad de preparar al cuerpo médico y paramédico, con el fin de que pueda enfrentar estos casos e ilustrar sobre las dificultades que un aborto entraña cuando se practica sin seguridad.''

Empero, advierte que la organización que representa no aboga ni promueve el aborto ni legislaciones específicas al respecto. ``La OMS entiende que las consecuencias negativas del aborto inseguro -clandestino- son un problema grave de salud pública y como tal deben atenderse, porque afectan directamente la salud de la mujer''.

Observa que en un debate hay elementos que se oponen, se contradicen y parecen irreconciliables, como lo fue en su país, Noruega, donde en 1977 se introdujo a la legislación que las mujeres pudieran interrumpir embarazos no deseados hasta las 12 semanas. ``La reacción minoritaria fue la de que se iba a disparar su ocurrencia (13 mil anuales); en 21 años de vigencia de esa legislación ello no ha ocurrido. Siendo un país avanzado, la tasa de mortandad siempre fue muy baja y así ha permanecido. Los espíritus negativos no tuvieron éxito en sus predicciones. Lo que ocurre en otros países donde el aborto es practicado sin condiciones de seguridad es que la tasa de mortandad aumenta, pero no así el índice de la ocurrencia. Efectivamente, en Noruega, el elemento ético-religioso es diferente al de América Latina, quizá por ello fue posible el debate que permitió la liberalización del aborto'', ataja.

El aborto no es un tema aislado de otros, explica Brundtland, como los de la planificación familiar o el intercambio de experiencias, conocimientos, educación y también educación sexual; se trata de todo un proceso complejo que exige un tratamiento delicado sobre la manera de conducir el debate, cuya especificidad reclama la participación de todos, muy especialmente de la mujer.

La directora de la OMS prevé visitar América Latina, ``pero no en este primer año del quinquenio de su mandato, en el que se dedicará por completo a analizar el programa de reformas y a conocer de cerca las oficinas regionales, como la Organización Panamericana de la Salud, con sede en Washington.

En su primera entrevista a un medio mexicano, aseguró a La Jornada que la salud es el pivote del desarrollo humano y que para cumplir esa función ``es necesario desatar recursos: intelectuales, políticos y financieros''. Esto es poner la salud en la agenda política internacional.

Reconoce que los problemas de salud en América Latina son diferentes, aunque el concepto y los principios deben ser similares para todos los países y gobiernos. Se requiere cerrar la brecha entre quienes tienen el acceso a servicios de salud y quienes no. Sobre todo en Latinoamérica, donde la globalización ha impactado considerablemente y se necesita combatir la pobreza, mejorar los servicios y hacerlos accesibles a todos.

Advierte que en épocas de globalización no se puede triunfar sólo con políticas nacionales, sino con la coordinación de esfuerzos y con el establecimiento de códigos de conducta de vigencia internacional.

La directora de la OMS destaca que es importante destinar recursos para combatir la mortandad materno-infantil, ya que invertir en la salud de la mujer es invertir en el desarrollo humano, a partir de la política de que los derechos humanos son idénticos para hombres y mujeres.

``La mejor inversión de una sociedad es la salud de las mujeres y las niñas. Invertir en la educación y en la salud del género femenino cierra la brecha de la desigualdad y el subdesarrollo. Desafortunadamente la mayoría lo acepta como un compromiso de papel. Por ello nuestra prioridad se basa en lograr esa inversión, para lo cual la participación de todos jugará un papel esencial.''