Agustín Palacios es un médico que ha dedicado su vida al psicoanálisis y vive en permanente labor imaginativa ante el dolor psíquico, el cual asume con apasionamiento total, pero imponiéndole la estructuración que ha adquirido de esta joven disciplina. Esto lo pone de manifiesto en su reciente libro El divorcio y los segundos matrimonios, publicado por Editorial Diana, y que es una alerta al daño psicológico que suele acompañar a los divorcios y a los nuevos matrimonios realizados con poca sensatez y aun bajo la influencia distorsionante del anterior fracaso, en especial el que sufren los hijos, víctimas de los matrimonios mal avenidos.
Agustín analiza bajo la óptica de su experiencia clínica las causas del incremento de los divorcios, en particular los que se derivan de las peculiaridades de nuestra idiosincrasia. Y es que el desconcierto de los mexicanos ante el mundo que nos ha tocado vivir --en lo político, lo económico y lo afectivo-- tiene que ser profundo en sus dos vertientes, la social y la que compete a la misma intimidad. No nos ha resultado fácil en lo amatorio desprendernos en cuanto a lo sexual de unos prejuicios que adquirieron compostura de virilidad y esconden un hambre de afecto.
En el trabajo de Palacios, que enriquece con datos estadísticos --difíciles de obtener-- y le sirven de apoyo para hacer un recorrido por nuestra historia y explicarse cómo tienden a estructurarse las parejas, la unión de machos y hembras sumisas que día a día están dejando de serlo.
La mujer deja de ser la virgen madre, sustento histórico de un dominio totalitario, y la pareja no sabe qué actitud tomar en su lucha contra esta irrupción emocional que rompe amarras con la tradición y se lanza a la aventura de la infinitud o la catástrofe en un mundo nuevo, en estado de transformación que rebasa los límites de la razón. Todo esto queda claro con ejemplos de la propia consulta del psicoanalista que parecen sentirse como parte de la experiencia común. Es decir, participando, en el siempre --de lo perpetuamente tornadizo de la pareja-- que se quiere apresar con garra de eternidad en la estampada de la firma matrimonial.
El clima de México cambia. Las condiciones indispensables del paisaje mental que han hecho hasta hoy de la pareja mexicana lo que ha sido van paso a paso perdiendo solidez, en lo que a la pareja clásica se refiere. Tratar de detener lo que se escapa, lo que se nos va, es cosa vana. El objetivo de Agustín Palacios en este trabajo, además de estudiar los matices del cambio en la pareja, consiste en deslizar sugerencias que puedan atenuar el efecto dañino de los errores comunes que se dan en el fracaso conyugal y que en la vida actual se canalizan en el divorcio y en nuevos matrimonios.
Por lo demás, el libro no es un tratado de recetas moralistas clásicas, sino las reflexiones de un hombre estudioso de la conducta en su larga vida.