En pagarés del fondo, 35% de la cartera de los 7 mayores bancos
César Martínez Ť Los siete bancos más fuertes del mercado local, Banamex, Bancomer, Serfin, Bital, Banorte (consolidado con los recién comprados Bancen y Banpaís), Santander y BBV, que acaparan 86 por ciento de la captación, poseen en conjunto 231 mil millones de pesos en pagarés del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), que representan 35 por ciento de su cartera total de créditos, según el último informe estadístico de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Por un lado, y en particular en los bancos con mayor volumen como Serfin, esto ha repercutido negativamente en el valor de sus acciones, pero también ha sido una solución transitoria para esos fondos, porque hoy no existen demandantes de crédito; en cambio los pagarés constituyen una colocación segura y con una tasa equivalente a la de Certificados de la Tesorería (Cetes) más dos por ciento.
Así, de los 552 mil millones de pesos que constituyen los pasivos del Fobaproa, 231 mil millones se encuentran en los bancos nombrados, 24 mil millones en Atlántico y Promex -que están en proceso de absorción por parte de Bital y de Bancomer, respectivamente, y cuyo desglose aún no se informa-, mientras que los restantes 297 millones pertenecerían a los doce bancos intervenidos y de los cuales no se divulgan sus balances: Inverlat, Bancrecer, Unión, Cremi, Oriente, Obrero, Interestatal, Sureste, Capital, Industrial, Promotor del Norte y Anáhuac.
El grupo de los siete mayores bancos tiene activos totales por 950 mil millones de pesos, de los cuales 660 mil millones constituyen su cartera de créditos global, mientras que su captación -los depósitos del público- ascienden a 802 mil millones.
Los pagarés que el Fobaproa les entregó durante el rescate financiero -los 231 mil millones- se cuentan dentro de sus créditos, de modo que representan 35 por ciento de su portafolios crediticio total, frente a 36 por ciento de los préstamos comerciales, que suman 238 mil millones de pesos. El restante 29 por ciento de la cartera de estos bancos se reparte en créditos al consumo, a entidades de gobierno, a la vivienda y a intermediarios financieros.
El mayor volumen de pagarés del Fobaproa se encuentra en Serfin, con 54 mil 932 millones de pesos, que constituyen 51.3 por ciento de su cartera de créditos y 37 por ciento de sus activos totales. En tanto, como Banpaís y Bancen poseen un altísimo porcentaje de sus créditos en esos pagarés, de 99.3 y 87.9 por ciento respectivamente, cuando Banorte consolide sus balances llegará a 44 mil 703 millones -cuando su operación con el Fobaproa había sido de sólo 5 mil 218-, lo que representará 70 por ciento de la cartera total.
Por su parte, Banamex y Bancomer, las dos instituciones más grandes del mercado, registran en sus balances créditos con el Fobaproa por 31 mil 11 y 35 mil 616 millones de pesos, respectivamente.
Según Sandra Aguilar, analista de Bursamétrica, el alto porcentaje que los pagarés representan dentro de sus balances es percibido negativamente por los inversionistas y constituye una de las causas de la fuerte caída en el precio de sus acciones en los últimos meses.
Las instituciones bancarias han reclamado que se agilice la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda pública, porque no los pueden comercializar en los mercados secundarios, y en cambio su transformación en deuda solidaria del gobierno sí lo permitiría. Argumentaron que de ese modo dispondrían de recursos para apoyar la reactivación de su actividad de intermediación tradicional mediante créditos a la producción y el consumo.
Sin embargo, para la operación de negocios de los bancos, la posesión de los papeles del Fobaproa significó también un beneficio, y no sólo por canjearse por créditos incobrables. Actualmente, dadas las altas tasas de interés, la demanda de créditos para la actividad comercial e industrial es muy baja, y por lo tanto difícilmente se podría colocar ese dinero en créditos con tasas mayores a las que hoy pagan los pagarés del Fobaproa, ya que su tasa equivale a la de Cetes más dos por ciento durante los primeros cinco años, de los diez de plazo total.
De todos modos, en opinión de Sandra Aguilar, los pagarés presentan más problemas que virtudes para los bancos, ya que constituyen un riesgo latente.