Rechazo priísta a que se revisen sus gastos de campaña
Enrique Méndez Ť En medio de una nueva controversia interna que los integrantes de su propia dirigencia nacional han generado, el Partido Revolucionario Institucional estableció ayer que no acce-derá a que se reabran los expedientes de 1995 sobre sus ingresos y gastos de la campaña presidencial de 1994, pues insistió que el Instituto Federal Electoral (IFE) ya juzgó que fueron legales y que en la revisión documental no encontró ``nada irregular''.
Este martes, la Secretaría de Finanzas del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI retomó la resolución del IFE, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 11 de diciembre de 1995, en la que el organismo informa que el partido presentó sus comprobantes de ingresos y gastos ``en forma adecuada y correcta''.
Sin embargo se omitió que en la misma fecha el instituto reportó que a partir de la información proporcionada por el tricolor fue ``evidente la desproporción de los recursos declarados por el PRI, comparada con la declarada por el resto de (los) partidos políticos''. Incluso, señala que durante la revisión correspondiente requirió al partido ``una verificación y explicación'' adicional de ``ciertos productos financieros'' por el orden de 2 millones 747 mil 197 nuevos pesos ``destinados a la campaña presidencial''.
Asimismo, ayer el secretario técnico del Consejo Político Nacional, Celso Humberto Delgado, fue objeto de un ``severo'' llamado de atención por afirmar el lunes que su partido estaba de acuerdo en que se investigue el origen y montos de las campañas de 1994. Al hacer estas declaraciones, generó otro punto de conflicto interno, pues rompió un acuerdo tomado en la reunión semanal del CEN, en el cual se instruyó a los cuadros dirigentes a hacer declaraciones exclusivamente del área de su competencia y que correspondieran a la posición oficial priísta.
Adicionalmente, fuentes del CEN subrayaron que si efectivamente Gerardo de Prevoisin donó 8 millones de dólares al partido, las pruebas deben estar en poder del IFE, porque el PRI presentó ante el instituto el desglose del monto de los donativos de empresarios y quiénes de ellos hicieron contribuciones en ese año.
Uno de los momentos más álgidos de la controversia interna ocurrió el fin de semana, cuando por medio de un desplegado el tricolor negó cualquier relación con De Prevoisin y resaltó que no había recibido dinero del ex director de Aeroméxico, apenas un día después de que el secretario general, Carlos Rojas Gutiérrez, afirmó que aquél había entregado recursos a título personal y a nombre de la empresa que dirigía.
La aclaración que realizó el PRI se hizo apenas unas horas después de que el Partido Acción Nacional anunció que exigiría que el tricolor devolviera los 8 millones de dólares, pues éstos formaban parte de créditos otorgados a De Prevoisin en forma ilegal, y que se investigara si después fueron absorbidos por el Fobaproa.
Mientras tanto, José Luis Stein Velasco, secretario de Finanzas del PRI, y el representante de ese partido ante el Consejo General del IFE, Enrique Ibarra Pedroza, retomaron lo dicho por el presidente del instituto, José Woldenberg, y resaltaron que el financiamiento de 1994 ``es cosa juzgada'' y afirmaron que legalmente el PRI no está obligado a devolver al erario los 8 millones de dólares que De Prevoisin declaró haber entregado durante la campaña priísta a la Presidencia.
``Este es un asunto que el IFE ya calificó y, como dijo (José) Woldenberg, es un asunto juzgado y así lo asume el PRI'', recalcó Stein Velasco
-¿Por qué se niegan a que se reabra el tema, tienen algún temor?
-El PRI no tiene nada que esconder en cuanto a las aportaciones para financiar sus campañas políticas -dijo.
Como en el comunicado que el CEN emitió a su nombre el viernes, y cuyo contenido retomó la directiva en su desplegado del sábado, Stein se remitió al Diario Oficial de la Federación del 11 de diciembre de 1995, en el cual se publican los resultados del IFE sobre la revisión de financiamiento y gastos de campaña de los partidos.
Sin embargo, ahí también se subraya que ``el PRI fue uno de los dos partidos que presentó renglones de ingresos adicionales a los públicos, que en conjunto resultan relevantes para sus ingresos y campañas; los rubros declarados son comodatos, donaciones e ingresos por productos financieros'', acotación que no aparece en el comunicado ni en el desplegado.
Por su parte, Ibarra Pedroza expresó que legalmente no puede reabrirse el caso porque además de que se acreditó ``fehacientemente'' que los ingresos de ese partido en 1994 fueron lícitos y la auditoría fue aprobada por todos los consejeros del IFE, uno de los rasgos del sistema electoral mexicano es ``la definitividad de las actividades electorales''. El caso, insistió, está concluido y juzgado.