La Jornada 15 de agosto de 1998

Uno de cada diez adolescentes en EU porta un arma: informe oficial

David Brooks, corresponsal, Nueva York, 14 de agosto Ť Uno de cada cinco adolescentes estadunidenses porta algún tipo de arma, y uno de cada diez ha intentado el suicidio, informó una agencia federal de salud pública al brindar más evidencias de la violencia actual y potencial que se ha manifestado entre menores de edad en este país durante los últimos meses.

Las estadísticas se dieron a conocer poco después de que un juez sentenció a dos jóvenes (de 12 y 14 años de edad) --que mataron a cuatro de sus compañeras de escuela y a una maestra-- a permanecer en un reclusorio juvenil hasta que cumplan 21 años (la pena máxima para menores de edad), y después de casos parecidos en Oregon, Mississippi y Kentucky en meses recientes.

Esta semana se acusó de homicidio a dos niños de 7 y 8 años de edad, quizá los criminales mas jóvenes en la historia del país.

Según el sondeo de los Centros para el Control de Enfermedades, cerca de 20 por ciento de los adolescentes del país está armado con una pistola, cuchillo o un garrote. Al menos 43 por ciento de los jóvenes negros ha reportado haber estado en una pelea durante el último año, contra 41 por ciento de los estudiantes hispanos y 34 por ciento de los blancos.

Los recientes casos de menores de edad que acribillaron a sus compañeros y maestros, el incidente de un agresor armado que mató dos guardias al irrumpir en el Capitolio, y los datos diarios de violencia en este país --particularmente entre jóvenes-- mantienen interrogantes sobre la cultura social de Estados Unidos y cuestionan las causas de estos fenómenos.

``Yo diría que los síntomas de destreza en Estados Unidos no son manifestados hoy tanto por los movimientos sociales organizados, sino representados por el crimen y la violencia desorganizada'', comentó el historiador Howard Zinn a La Jornada.

``El grado de violencia y el número de homicidios y crímenes violentos en este país es asombroso comparado con otras naciones, esto tiene que surgir de algo, representar algo'', expuso.

Esa manifestación de violencia, aparte de sus raíces, es mortal en el país precisamente porque es una nación armada.

Lo que resulta ``asombroso'' para algunos, es glorificado por otros. ``En Estados Unidos tenemos una cultura de armas'', comentó a la dadena de televisión CNN el investigador Tom Smith. Se defiende el derecho del potencial de violencia como ``seguridad'' personal. Otros lo elevan a un nivel patriótico: ``Este país creció por las armas, de ellas se ganó nuestra libertad'', sostuvo un aficionado al armamento.

O sea, el derecho a tener un arma es algo que vincula a los ciudadanos con su historia, a la independencia nacional y personal de cada individuo. Por cierto, una cláusula en la Constitución afirma que el gobierno no limitará el derecho de los ciudadanos de portar armas.

Sin embargo, los escalofriantes hechos de los últimos meses, especialmente los que involucran a menores de edad en actos de violencia extrema, han llevado a que se inicie un cambio en la opinión pública. La última encuesta de CNN-Gallup encontró que 43 por ciento de los consultados opina que deberían de aplicarse mayores restricciones sobre las armas de fuego, y 15 por ciento desea que las armas sean declaradas ilegales.

Imposible, cualquier reforma

Pero los millones de miembros de la Asociación Nacional del Rifle, y millones más que insisten en su derecho como estadunidenses a poseer armas, siguen haciendo imposible cualquier reforma extensa de este ``derecho'' sagrado. La violencia armada, al parecer, es ``tan estadunidense como el pastel de manzana'' como dice el dicho.

Lo curioso es la expresión de ``cómo pudo haber pasado esto'', cada vez que una pistola o rifle habla en este país.

Pero con armas tal vez más accesibles que en cualquier otro país y con la celebración de la ``cultura de la arma'' en películas, televisión y en la misma historia, donde se proyecta la versión de heroísmo a través de balas, hay poco misterio sobre ``cómo paso esto''.

Así las cosas, todos esperan el próximo caso trágico.