ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Socorro Valadez ha caminado desde el principio, con discreción y entrega, el largo trayecto del periodismo democrático, crítico e independiente que nació en el Unomasuno y luego emigró para crear La Jornada. Ejemplo de fortaleza y de convicciones, Socorro es una mujer admirable. Hoy, cuando las leyes de la naturaleza se han cumplido en el cuerpo de su madre, sólo resta decirle a la coordinadora de El Correo Ilustrado lo mucho que, muchos, la queremos.
El PRD: ganar o no ganar
En Guerrero, el Partido de la Revolución Democrática parece estar haciendo todo lo necesario para no ganar (como si ese fuese el objetivo real: no ganar) una gubernatura que tiene al alcance de la mano.
Hoy hablaremos de otro de los casos en los que la política estatal se encuentra en un alto punto de ebullición (ya antes se han comentado los detalles de Baja California Sur y de Nayarit, que están en la antesala de las decisiones. Luego se hablará de los estados de México, de Hidalgo y de Coahuila).
En Guerrero, dicen algunos priístas de élite, se está a unos días de que el comité nacional destape a su candidato a gobernador (lo que de manera natural incrementa el fragor de las batallas internas) y, también, a unos días de que el comité nacional perredista defina el método mediante el cual postulará a su abanderado (mientras se desarrolla una desgastante refriega entre aspirantes internos y externos).
Como ya se ha escrito aquí en anteriores ocasiones, el PRD en Guerrero está frente a una inmejorable posibilidad de ganar la gubernatura del estado. Tiene una buena estructura estatal, una tendencia electoral de virtual empate con el PRI, un adversario (el mismo tricolor) disminuido por el choque de grupos y por la crisis extrema que se vive en la entidad, y un valioso grupo de precandidatos a gobernador.
Tan nutridas alforjas suelen ser escasas en el PRD. Es más, tan promisorias expectativas nunca antes se han dado en el partido del sol azteca: en el Distrito Federal, por ejemplo, no hubo reales riesgos de división, pues la figura de Cuauhtémoc Cárdenas era avasallante; en Zacatecas no había nadie más que Ricardo Monreal.
El problema de tener opciones de triunfo
Pero en Guerrero, el PRD se ha enfrentado por primera vez a la necesidad de saber operar políticamente un escenario de fuerte competencia interna.
Y los resultados, hasta hoy, son los de un lento aprendizaje. En lugar de eliminar reticencias y enconos, éstos se han multiplicado. En lugar de allanar el camino a una solución que mantenga la unidad, se han ido generando desconfianzas y atrincheramientos.
Un elemento que ha enredado el entorno perredista guerrerense es el de la encuesta que el presidente nacional de ese partido, Andrés Manuel López Obrador, propuso a los siete precandidatos como fórmula para ir destrabando el caso.
Los resultados del estudio, realizado por José Barberán, el especialista del PRD en asuntos cibernéticos aplicados a lo electoral, le han dado más cuerda a quien de por sí siempre tiene suficiente, como es el senador Félix Salgado Macedonio, al ubicarlo en un primer lugar de las preferencias extraídas mediante métodos que no satisfacen al resto de los aspirantes.
Según los resultados, que López Obrador calificó de entrada como meramente ``indicativos'' y no definitorios, el senador Salgado Macedonio tendría 14 por ciento de las preferencias; Zeferino Torreblanca, 12; Jaime Castrejón y Pioquinto Damián Huato, 8 cada cual; María de la Luz Núñez Ramos, 6; y con 3, 2 y uno por ciento, respectivamente, estarían Pablo Sandoval, Xavier Olea Muñoz y Angel Pérez Palacios.
Rebanaditas de poder
Hubo además otro ingrediente que acabó de ensombrecer el asunto: López Obrador les propuso a los siete precandidatos, luego de darles a conocer los resultados de la citada encuesta, que formaran una especie de planilla de unidad: Salgado Macedonio de candidato a gobernador y, bajo compromiso de honor cumplible a la toma de posesión, Damián Huato en la secretaría general de Gobierno; Torreblanca a Finanzas; Castrejón a Desarrollo Económico; Olea Muñoz a la Procuraduría de Justicia (que ya había ocupado en los años 60, cuando se enredó en episodios ingratos nunca suficientemente aclarados); Núñez Ramos a Desarrollo Social; Pérez Palacios a Planeación y Presupuesto; y Sandoval a la Contraloría.
La reproducción perredista del fenómeno tricolor de la repartición del pastel no funcionó. Tampoco el impreciso manejo de las encuestas.
Al contrario, sin hacer caso a los llamados a la unidad, todos se han lanzado abiertamente al activismo, dispuestos ya, sin duda, a pelear la postulación en una elección interna. Esa pelea puede ser muy atractiva para algunos interesadísimos observadores. Enfrente está un adversario poderoso y en peligro, dispuesto a gastar el dinero que se necesite para favorecer su estrategia y provocar el Aguas Blancas electoral que sea necesario: Rubén Figueroa Figueroa. Sin reglas claras ni mecanismos enteramente confiables, y con el riesgo de la injerencia figueroista, el PRD podría engendrar fracturas importantes.
Consulta interna mixta: con internos y externos
Atrapado en el enigma de resolver con buen oficio político el problema de tener fuerza, buenos candidatos y una gran posibilidad de ganar, el PRD parece encaminarse a la decisión de que la postulación se decida en las urnas, mediante un procedimiento no contemplado en los estatutos: una elección mixta, en la que puedan participar candidatos internos y externos (conviene recordar que Salgado Macedonio es el más destacado de los internos, y Castrejón, Torreblanca, Damián Huato y Núñez Ramos, los de los externos o no afiliados).
El accidentado camino que se ha recorrido en Guerrero ha hecho pensar a algunos, de dentro y de fuera del PRD, en la posibilidad de que, apabullados por la posibilidad del triunfo, los directivos del partido del sol azteca estén trabajando afanosamente en la consecución de una marca impresionante: teniendo al alcance de la mano todo para ganar, perderlo por falta de oficio, de proyecto y, acaso, de decisión.
Cartelera para mañana
¿Y en el PRI? Bueno, mañana le platicaremos aquí de un funcionario que se encarga de repartir dinero entre los pobres de la entidad e, increíblemente, se desdobla para encabezar marchas, mítines y otros actos con los que el pueblo agradecido le apoya para ser candidato a gobernador; y del también increíble caso de un mandatario en funciones que impulsa a su primo para que sea su sucesor, a pesar de que el comité nacional tricolor no lo incluye en su lista oficial de aspirantes.
Astillas: Don Rigo, el gran Rigoberto, no podía hacer quedar mal a esta columna. Ayer, apenas terminó la ceremonia de su quinto Informe, caminó a la Plaza de los Constituyentes y allí declaró formalmente iniciados los ``trabajos de auscultación'' para que el PRI elija candidatos a gobernador, presidentes municipales y diputados locales en Nayarit. Advirtió que si ellos, los priístas, no actúan con unidad, ``la oposición sólo tendría el trabajo de hacer a un lado y quitar los escombros de lo que hemos construido en tantos años de esfuerzo''. El único prietito en el cetemista arroz fue que, en tan solemne declaración, Ochoa Zaragoza no pronunció ninguna palabra altisonante... Sin duda alguna es importantísimo que Daniel Arizmendi haya sido capturado vivo. La creciente degradación social que vive México, a causa del demostrado fracaso de las corruptas instituciones de justicia, habría recibido un gran incentivo en caso de que el famoso secuestrador hubiese aparecido muerto. A semejanza de otros increíbles casos, en los que ladrones y delincuentes adinerados y/o poderosos retuercen a su gusto la ley para evadir castigos, es posible que el proceso de Arizmendi nos depare algunos tragos amargos, pero ya es un triunfo, atribuible a una voluntad política superior que debemos suponer reside en Los Pinos, el hecho de que el cortador de orejas esté vivo, y con la lengua íntegra, para hablar, entre otras cosas, de las redes oficiales de protección (de Carrillo Olea hacia arriba) que tuvo.