Pese a la crisis, la estrategia social seguirá adelante, dijo Zedillo
Rosa Elvira Vargas, enviada, Acambay, Mex., 3 de septiembre Ť A pesar de las dificultades y los problemas económicos que enfrenta el país, el gobierno no detendrá su política social porque constituye el compromiso más grande del Estado mexicano, expresó el presidente Ernesto Zedillo en la primera gira que realiza luego de presentar su cuarto Informe de labores, la cual dedicó íntegramente al campo, la vivienda y la dotación de servicios públicos.
Tres municipios mexiquenses recibieron este jueves al mandatario. En Jocotitlán, ante un auditorio integrado en su mayoría por mazahuas, resaltó que la estrategia de desarrollo rural integral de su gobierno no se detiene en lo productivo, debe incluir necesariamente lo social, pues en el campo vive alrededor de la cuarta parte de la población mexicana y es además la que mayores rezagos y necesidades padece.
Entonces, dijo a los campesinos que deben saber que no están solos, pues tienen un aliado en el gobierno de la República y ``ese aliado por supuesto soy yo, su amigo Ernesto Zedillo''.
El primer mandatario consideró que no obstante ser México una de las quince economías más grandes del mundo, por ese mismo carácter existen rezagos que se han acumulado durante muchos años.
En ese lugar, alguien a su paso le gritó: ``¡Amigo Zedillo, la tripa tiene hambre!''. El Presidente indicó que un primer paso para enfrentar los problemas y desafíos consiste en reconocerlos, pues el objetivo es que México sea, en el próximo siglo, una gran nación que sepa darle a sus hijos la justicia, el progreso y la democracia que merecen.
Más tarde, en Acambay --población otomí--, la indígena María Félix Cipriano Ricardo en una sola frase le expuso al jefe del Ejecutivo: ``Vivimos rezagados y en extrema pobreza'', y le pidió que ayude más a cuantos viven en la parte norte del estado de México.
En respuesta, Zedillo dijo que se quiere un México con menos desigualdades y en el que la gente, sin importar su condición social y política, tenga acceso a los medios básicos para salir adelante.
El compromiso del gobierno, afirmó, es con quienes menos tienen y por ello ``en nuestros programas sociales no daremos pasos atrás''.
Antes de partir del poblado se acercaron al Ejecutivo un par de mujeres, cuyos casos dan cuenta de una realidad muy común. La primera tiene que mantener a cuatro niños a los que su madre dejó en el abandono y no tiene recursos para atenderlos. La segunda, con un brazo enyesado, denunció que su lesión fue causada por los golpes que le propinó su marido.
Con visible indignación, el mandatario le dijo: ``Eso no se vale''.
La mujer musitó: ``No se vale pero así lo hacen; le aguanté mucho, mucho, pero él me maltrata.
Obsequio y recomendación
Enseguida, el primer mandatario dio instrucciones para que la señora fuera protegida por la ley contra la violencia intrafamiliar. Dejó a la mujer en manos de las autoridades locales y encaró a otra que, decidida, le regaló un cinturón tejido y se lo colocó alrededor de la cintura. ``Tenga esta faja, Presidente; amárresela bien para que no se le caiga su pantalón'', le dijo.
Zedillo respondió: ``Oiga, estoy flaco pero no tanto''.
El Presidente tuvo como último punto de la gira Ecatepec, lugar que desde la campaña presidencial asegura que es como su casa. Los ecatepenses tienen la seguridad de que así es, pues como en cada visita del Ejecutivo la muchedumbre hace pasar serios problemas al equipo de seguridad al arremolinarse, empujar, gritar, atropellar y enviar a niños ``para el saludo''. Estruja y rompe todo orden con tal de saludar al mandatario.
En esta ocasión y con un fondo de casas grises con techos azules que rompen el paisaje de la sierra de Guadalupe, Ernesto Zedillo puso en funcionamiento el sistema de agua potable San Andrés-La Cañada, que beneficia a 36 mil personas del lugar, los que hace casi veinte años sólo se abastecían del líquido a través de pipas.
El mandatario ofreció que se realizarán de inmediato los trabajos de agua potable en ese lugar. Después refirió una conversación que en el trayecto a Ecatepec había tenido con el gobernador mexiquense César Camacho Quiroz, en la que éste le pedía una próxima gira para supervisar ``el enorme esfuerzo'' que realiza su administración en materia educativa.
Quizá al hablar así, el mandatario estatal recordaba la visita que hace poco hiciera el presidente Zedillo a Huixquilucan para inaugurar el ciclo escolar 98-99, y donde la escuela sede presentaba serios daños en sus aulas.