Limita Brasil la capacidad de sus bancos de pedir créditos externos
Ap, Río de Janeiro, 5 de septiembre Ť El Banco Central de Brasil restringió hoy la capacidad de los bancos de solicitar créditos en el extranjero, a fin de estimular la inversión nacional. Las instituciones ahora sólo podrán pedir préstamos a una tasa de interés de 29.75 por ciento, en lugar del anterior 19 por ciento, informaron funcionarios de la entidad central.
``Se estaban pidiendo demasiados préstamos a 19 por ciento para ser invertidos en el extranjero'', declaró ayer la portavoz del Banco Central, Silvia Faría, tras una agitada jornada en la bolsa de Sao Paulo. El viernes, los precios de las acciones llegaron a caer 14 por ciento antes de recuperarse y cerrar en baja de 6 por ciento.
El nerviosismo de los inversionistas en Brasil fue atribuido a la decisión de la firma Moody's Investors Service, de reducir la clasificación de solidez financiera del país.
Analistas consideran que el pánico se ha apoderado de los inversionistas debido a la creciente crisis económica y política de Rusia, además de la declarada en Asia, lo cual ha contribuido a crear un enrarecido ambiente mundial que desorienta a los accionistas que omiten los buenos fundamentos de las economías latinoamericanas.
A excepción de Venezuela, que presenta importantes problemas estructurales, el resto de las economías de América Latina parecen contar con fundamentos suficientemente sólidos para resistir los embates de la crisis de confianza actual. El caso brasileño es el que llama más la atención, pues es visto como el país más vulnerable -después de Venezuela- a un ataque especulativo. Siendo la economía más grande de Latinoamérica, el riesgo de una devaluación del real, la moneda local pone en alerta a toda la región, opinaron especialistas.
Tres son los focos rojos de la economía brasileña: déficit fiscal, deuda y déficit de cuenta corriente. El dato más reciente sitúa el déficit fiscal en 6.52 con respecto al producto interno bruto (PIB) en el periodo entre enero y mayo de 1998, un incremento frente al 6.23 entre enero y abril, y del 6.15 de enero a marzo. El problema del déficit fiscal brasileño es su carácter estructural, pues durante los últimos tres años, el déficit no ha bajado de niveles de 5.5 por ciento, y esto ha expuesto a Brasil a los embates especulativos.
Los recientes datos del déficit de cuenta corriente señalan un pequeño respiro al situarse en términos anualizados por abajo de 4 por ciento (3.49 por ciento) por primera vez desde julio de 1997. Este dato contrasta con el dato de junio de 4.07 por ciento. Esto se debió a una mejora en los resultados de la balanza comercial, al presentar un déficit de 380 millones de dólares contra 710 millones del mes anterior.
A pesar del monto de vencimientos de la deuda interna brasileña en los próximos meses, los niveles siguen siendo manejables, máxime si tomamos en cuenta que sólo 4 por ciento de la deuda doméstica es propiedad de extranjeros. El resto está en posesión del sistema bancario y fondos de renta fija, que se estima alargarán sus vencimientos al tiempo de la maduración de la deuda.
No obstante que los focos rojos de la economía brasileña evidencian una clara vulnerabilidad a los embates especulativos, existen también puntos favorables que permiten vislumbrar que Brasil no devaluará su moneda en el corto plazo. Estos son: liderazgo (pronósticos aseguran que la reelección del presidente Fernando Henrique Cardoso es un hecho), reservas internacionales (más de 65 mil millones de dólares) y la tasa de inflación que sigue disminuyendo, opinaron los analistas.