La Jornada 6 de septiembre de 1998

Restaurar estabilidad de mercados, exige AL al Grupo de los Siete

Rosa Elvira Vargas, enviada, Panamá, 5 de septiembre Ť La perturbación en los mercados financieros internacionales corre el riesgo de agravarse, de estallar en una recesión mundial con consecuencias ``sumamente negativas'' para la economía latinoamericana, advirtieron los mandatarios de la región, reunidos en la cumbre del Grupo de Río.

En la declaración final, los jefes de Estado y de gobierno solicitaron a sus contrapartes del Grupo de los 7 -los países más desarrollados del mundo-, tomar de inmediato las medidas necesarias para restaurar la estabilidad de los mercados y garantizar el crecimiento de la economía mundial. Esta postura surgió de la delegación mexicana, y fue acompañada del exhorto a los organismos financieros internacionales a involucrarse ``de manera más rápida y efectiva'', en la solución de la crisis financiera internacional. Asimismo, pidieron a las naciones con más problemas, adoptar las medidas necesarias para corregir los desequilibrios.

Fue tanta la preocupación por la volatilidad de los mercados financieros, que el presidente Ernesto Zedillo, a nombre del Grupo de Río, llamó a ``evitar a cualquier precio una recesión mundial''. El Ejecutivo mexicano participó en la conferencia de prensa final, tras concluir el encuentro, y adujo que ``existe una muy seria preocupación ante el riesgo de que la situación siga agravándose''.

La participación de Zedillo se fundamentó, sobre todo, en alertar sobre los efectos de la crisis financiera que se puede extender a todo el planeta. No soslayó los efectos de la problemática internacional, aunque, ``hasta ahora, los costos de la crisis son manejables'', sin embargo, de seguir avanzando, podría golpear las economías de Estados Unidos y Europa, y enfilarse hacia la recesión mundial.

También afirmó que la crisis ha afectado los mercados ``de manera exagerada'', porque han bajado los precios de las empresas en las bolsas de valores de una forma que no corresponde con la realidad. Los países latinoamericanos ``han hecho la tarea'', al aplicar las reformas necesarias para amortiguar los choques externos, señaló.

Relevancia de la crisis

La Cumbre de Río -diseñada para desahogar la agenda multilateral de la región latinoamericana-, modificó de manera radical su programa de trabajo para ocuparse casi en forma exclusiva de los recientes acontecimientos que han perturbado a los mercados financieros internacionales, cuyas causas originarias son ajenas a la región latinoamericana.

Así, el tema financiero y su repercusión en la economía internacional, que se incluía apenas en el punto 35 del borrador de la Declaratoria de Panamá, tomó relevancia al término de las dos reuniones privadas que celebraron la maña- na de este sábado los diez mandatarios participantes; tanto, que expresaron la importancia de aplicar cuanto antes medidas de contención a los fenómenos bursátiles y financieros.

Los mandatarios argumentaron que tras una década de reformas estructurales, las economías de América Latina presentan claros rasgos de fortaleza, como lo reconocieron los más altos funcionarios de economía y finanzas, junto con los gobernadores y presidentes de los bancos centrales de América Latina, Estados Unidos y Canadá, que recientemente se reunieron con los organismos financieros multilaterales.

Indicaron que por interés propio de cada país, el Grupo de Río reafirma su compromiso de continuar manejando de manera responsable sus mecanismos de política económica para garantizar estabilidad y crecimiento.

La preocupación de los integrantes del Grupo de Río se manifestó ante ``la posibilidad de que la crisis financiera internacional continúe agravándose hasta el punto en que pudiera presentarse el riesgo de una recesión mundial, que tendría consecuencias sumamente negativas sobre las economías de la región''.

Antes de viajar a la ciudad de México, la canciller Rosario Green explicó que fue el presidente Zedillo quien llamó la atención a los participantes en esta cumbre, durante las conversaciones privadas, sobre la apremiante necesidad de discutir la situación financiera y sus repercusiones sobre América Latina. Ello obligó, se aseguró, a modificar sustancialmente la agenda de trabajo, lo cual fue anunciado por el propio presidente anfitrión, Ernesto Pérez Balladares.

La canciller Green dijo que si bien temas como el planteamiento común que deberá presentar América Latina en la cumbre del próximo año con la Unión Europea revisten especial importancia en este encuentro, se impuso como necesaria una reflexión colectiva sobre el fenómeno financiero, a partir de la cual puedan obtenerse algunas soluciones para este problema que nos está afectando a todos y que pueden agravarse con el tiempo''.

Advirtió que fenómenos como el que vivió Brasil apenas el viernes, con una caída en su bolsa de 13 por ciento, refiere la obligación de cada país de asumir su propia responsabilidad, pero también es real que en el concierto de una economía extraordinariamente globalizada e interconectada se demandan análisis y soluciones conjuntas en las que, por supuesto, se involucran también los organismos financieros internacionales.

Admitió entonces que a la luz de los acontecimientos de los últimos días, el tema de la crisis financiera en esta cumbre, que si bien tenía un espacio, tomó preponderancia y eso llevó a retardar la dinámica de las discusiones entre los mandatarios.