La Jornada 8 de septiembre de 1998

Unidad nacional para la transición, plantean PRD y AN

Los dirigentes nacionales del PRD, Andrés Manuel López Obrador, y del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, coincidieron -con sus matices- en que ante el agravamiento de la situación económica, política y social, así como los ``nuevos sesgos de violencia'' por las fracturas en el PRI, México necesita un pacto político de gobernabilidad que evite las recurrentes crisis sexenales y dé certidumbre al país en los dos años que faltan para el relevo presidencial.

Los líderes de los principales partidos de oposición también advirtieron que esa nueva ruta nacional, con rumbo y proyecto, tiene que ser construida con la participación de todos los sectores sociales. López Obrador la definió como la ``unidad nacional emanada de la aceptación de la pluralidad y la diversidad''. Calderón Hinojosa, como ``un gran esfuerzo concurrente para revertir la tendencia del deterioro''.

En una entrevista simultánea en el programa Detrás de la Noticia, conducido por Ricardo Rocha, los dirigentes del PAN y el PRD también hablaron de la violencia política al término de cada sexenio. Calderón Hinojosa comentó que la ``fractura o división en el partido dominante (PRI) puede ocasionar nuevos sesgos de violencia como los que ya se presentaron en 1994'', con los casos de José Francisco Ruiz Massieu y de Luis Donaldo Colosio.

Por su parte, López Obrador señaló: ``Hay que ver lo que va a suceder al interior del PRI, pues es preocupante la forma como ellos resuelven sus asuntos internos; como decía Felipe, siempre que les toca decidir quién va a ser el candidato a la Presidencia de la República se generan problemas graves al interior de ese partido. Lo que queremos es que no se desborden las pasiones y resuelvan de manera civilizada, con urbanidad política, sus diferencias.''

También se refirieron al planteamiento de la dirigencia del PRI, en el sentido de ``ver sólo hacia delante y olvidar el pasado''. López Obrador respondió: ``Hemos presentado algunas denuncias por gastos de campaña que ahora están en el Fobaproa; eso la autoridad competente lo tendrá que resolver, pero sí hay en el PRD ánimo de buscar acuerdos en lo fundamental para salir adelante, en el entendido de que con la unidad podemos salir fortalecidos de esta adversidad, de esta situación crítica; pero va a implicar cambios en las conductas y en la forma de gobierno, en la revisión del modelo que se ha aplicado''.

Felipe Calderón fue más duro: ``En el planteamiento del PRI yo simplemente recuerdo lo que es la tradición católica, que ciertamente hay perdón, pero hay pasos fundamentales de los cuales yo no veo que el gobierno haya iniciado alguno. El primero es el examen de conciencia, creo que no hay un análisis objetivo y responsable de lo que han hecho y el daño que le han causado al país; segundo, el dolor de los pecados, y parece que al gobierno no le duele absolutamente nada, sino que todo está muy bien; tercero, el propósito de enmienda, no parece que esté manifiesto por alguna parte; cuarto, la confesión, el señalamiento y el reconocimiento de lo que se ha hecho mal, y el último es la penitencia, y aquí tenemos que ver cuál es la pena, cuál es la penitencia que van a tener''.

Ambos dirigentes ignoraban que serían entrevistados vía telefónica simultáneamente en ese noticiero. ``Mira Ricardo, estas entrevistas tuyas son muy peculiares, porque no sabía que estaba Felipe'', reclamó el perredista. En la otra línea, el dirigente panista acotó que tampoco sabía que estaría su opositor político.

Rocha aclaró que ``no había ninguna intención de truco o de choques. Me están diciendo aquí por el teléfono que yo pedí, efectivamente, que se les llamase a los dos; lo que pasa es que, Andrés Manuel López Obrador, teníamos un teléfono y Felipe Calderón quedó en hablar y coincidieron las llamadas cuando estaban al aire''.

Reiteró que no se trataba ``de hacer ningún truco'' pero, dijo, ``siempre han coincidido ambos en que las discusiones de los asuntos nacionales deberán darse de cara a la nación, por lo menos eso le han demandado al gobierno federal'', y les aseguró: ``Esto no volverá a ocurrir''.

Romper la ``maldición''

Durante la entrevista, el dirigente del PAN insistió en que el acuerdo de gobernabilidad se base en reglas claras del juego, transparentes, con diseño de políticas públicas que puedan compartirse, que puedan llevarse adelante y hacerse sobre un compromiso claro. ``Nuestro propósito es que quien llegue al gobierno -y nosotros queremos hacerlo en el 2000- lo haga sobre una base estable, cierta, con un país fuerte, que permita romper esa especie de maldición de que México no puede salir, no puede caminar, no puede mejorar sus condiciones de vida; al contrario, se empeoran sus niveles de desigualdad y el país crece en miseria y sus problemas se agravan, incluidos los políticos''.

López Obrador enunció los temas fundamentales para la agenda de gobernabilidad: ``Además de la reconversión económica y la salida al problema del Fobaproa, hay otros más: apoyo a la población más débil del país, pues consideramos que no sólo se va a agravar la situación de las finanzas públicas sino también la economía de los mexicanos; que el presupuesto de 1999 se oriente a apoyar a los indígenas y a los más débiles; la austeridad, pues no aceptamos que mientras haya crisis que afecte a la población, el gobierno continúe con sus patrones de privilegios, derroche y corrupción; detener el gasto en armamento y suprimir los altos salarios, es decir, un programa general de ajuste''.

Otro de los puntos enumerados fue la solución a Chiapas, que ``no requiere dinero sino voluntad. Para la solución, el Ejército debe salir de la entidad, deben dejarse de construir cuarteles y carreteras de penetración y dar una salida negociada''.

Por último, el tema de la democracia, ``que es garantizar equidad en las elecciones que faltan de aquí al 2000 y lograr para las presidenciales reglas muy claras, sobre todo en el gasto en las campañas''.